Theresa May despeja dudas

La Premier británica Theresa May ha despejado las dudas que llevan seis meses planeando sobre el Brexit. Es verdad que el camino previsto por el artículo 50 del Tratado de la Unión establece un procedimiento que habrá que ir desplegando de modo progresivo, pero no lo es menos que el Gobierno británico estaba obligado a negociar la salida, a pronunciarse sin ambigüedades y a reconocer los costes de esta decisión.El Brexit permitirá a los británicos controlar sus fronteras con independencia de la Unión Europa, al tiempo que Gran Bretaña saldrá del mercado único y que será el Parlamento británico el que ratifique definitivamente la materialización del proceso. “Dejamos la Unión Europea pero no Europa”, ha dicho la Primera Ministra, que no ha ocultado sus intenciones de usar la política fiscal para presionar a la Unión si no se lo pone fácil. Desgajarse de una unidad que se ha ido construyendo según un proceso de cooperación e integración, y cuyo objetivo era el de afianzar lazos de amistad política y social, no es una buena noticia. Quizás los mercados estén hoy más tranquilos, aunque todos sabemos que en un mundo abierto y globalizado las supuestas ansias de independencia son más un mito que una realidad. Tras el Brexit vendrá un acuerdo de libre comercio. Habrá que ver si las dos partes salen ganando. De momento, la decisión de los británicos no debería paralizar un proyecto integrador del que hoy Alemania, Francia y España son los principales valedores.