Madrid - Publicado el - Actualizado
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El PSOE sigue con las conversaciones para lograr la investidura de Sánchez mientras pregunta a la militancia si apoya el pacto de Gobierno con Iglesias. La pregunta que los militantes socialistas deben responder es muy significativa porque no detalla ningún programa, se limita a hablar de un Ejecutivo progresista. Como ha señalado Felipe González, el preacuerdo entre Iglesias y Sánchez no se basa más que en un reparto de sillones, que por otra parte no se ha hecho público. El texto firmado la semana pasada es breve, genérico y pobre en el plano programático. Contrasta con los detallados pactos de Gobierno que, por ejemplo en Alemania, alcanzaron en su momento los socialdemócratas y la CDU. Aquí todo se basa en una confianza personal en las decisiones del líder, lo que ofrece poca calidad democrática.
La vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo, ha pedido a los independentistas que apoyen con su abstención una investidura por el bien de España. Sus declaraciones son también muy indicativas de la contradicción en la que incurren los socialistas al pedir una investidura por el bien del país, apoyándose en quienes quieren fragmentarlo.
Es previsible que los socialistas y ERC acerquen posiciones, pero entretanto, el PP podría ofrecer una abstención a Sánchez a cambio de una ruptura con Podemos y con los independentistas. Aunque sea muy difícil aún estamos a tiempo de tener un Gobierno constitucional. Si como es probable, Sánchez rechazara la oferta, quedaría retratado.