El trasfondo común de una intensa semana en Roma
Escucha ya la Línea Editorial del domingo 1 de octubre
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España cuenta desde ayer con tres nuevos cardenales. Además del arzobispo de Madrid, José Cobo, y del rector mayor de los salesianos, Ángel Fernández Artime, el Papa sorprendió con el nombramiento del franciscano conventual Francisco Javier Bustillo, navarro pero vinculado a la Iglesia en Francia. Para quienes les conocen no hay sorpresas ni cuesta encontrar similitudes entre estos tres purpurados de perfil pastoral nítidamente volcado en la evangelización en sociedades secularizadas pero a la vez sedientas de Dios.
Esta realidad sociológica es en gran medida el trasfondo de la fase del sínodo que se abre este miércoles en Roma para avanzar durante todo el mes hacia el reto de una Iglesia más participativa y fraterna, condición para un anuncio creíble del Evangelio, con una participación más decidida del laicado. Coincidiendo con la solemne apertura del sínodo en el día de san Francisco de Asís, se presenta además la exhortación “Laudate Deum”, de algún modo la segunda parte de la exhortación Laudato si, sobre el cuidado de la casa común.
Publicada en 2015, Laudato si es ya uno de los documentos pontificios más citados de la historia, y presenta de modo original la respuesta de la Iglesia a la crisis climática. A partir de la más pura tradición cristiana, el Papa Francisco inició un fecundo diálogo con el mundo contemporáneo, prestando una contribución decisiva que, junto a la cuestión ambiental, pone en el centro del debate la dignidad del ser humano, negada de facto hoy de múltiples formas. Otros dos acentos, diálogo y defensa de la dignidad humana, que son parte hoy integral de la evangelización.