Unidos en la oración

Este domingo el Papa Francisco nos ha propuesto a todos los cristianos unir nuestras voces y elevarlas al Cielo. Nos ha invitado a rezar juntos, en estos momentos tan difíciles, en los que la humanidad tiembla con la amenaza de la pandemia global. Y nos ha invitado a hacerlo todos los días, de forma constante, pero en particular a recitar el Padre Nuestro conjuntamente el próximo miércoles 25 de marzo, festividad cristiana de la Anunciación de la Virgen, en la que se celebra el Día de la Vida, y el próximo viernes 27 de marzo, a las 6 de la tarde, en el que el Papa presidirá un momento de oración en el sagrato de la Basílica de San Pedro, con la plaza vacía. El Papa nos lanza la invitación a unirnos espiritualmente y a rezar todos juntos con las posibilidades que nos ofrecen los medios de comunicación. En la oración del viernes se proclamará la Palabra de Dios y habrá un rato de adoración al Santísimo, con el que el Papa dará la Bendición Urbi et Orbi, a la que se adjuntará la posibilidad de recibir la indulgencia plenaria.

Este tiemplo de emergencia nos pone a prueba, también en la capacidad que tenemos para elevar nuestra súplica al Cielo, para ser constantes en la oración, y para hacerlo junto a todos los hermanos cristianos de diversas confesiones.

Como recordamos de forma especial cada mes de enero, existe una larga tradición en las Iglesias cristianas de orar por la unidad. Ahora es un momento propicio para rezar unidos y para responder a la invitación del Papa con una sola voz de plegaria elevada al Cielo. Hemos de ser uno para que el mundo crea y hemos de rezar unidos también para que el mundo vuelva sus ojos a lo esencial y sea capaz de sacar luz de este momento en el que todo parece quedar envuelto en la oscuridad.