Otra vez, Siria
"La toma de Alepo a manos de fuerzas opositoras comandadas por los salafistas resucita los peores fantasmas de la guerra en Siria"
Madrid - Publicado el
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La toma de Alepo a manos de fuerzas opositoras comandadas por los salafistas resucita los peores fantasmas de la guerra en Siria. Con Rusia enredada en Ucrania, e Irán ocupada en defenderse de los planes de Netanyahu para reconfigurar Oriente Próximo, Bashar Al-Asad se encuentra en un momento de debilidad. La situación recuerda a la de hace un año en Nagorno Karabaj, donde Azerbaiyán aprovechó la distracción de Moscú para lanzar una ofensiva contra Armenia. Detrás, entre bambalinas, se podía atisbar la mano turca, igual que sucede ahora en Siria, una situación que ejemplifica la complejidad de las alianzas e intereses internacionales contrapuestos, y el peligro de que cualquier conflicto genere consecuencias imprevistas en escenarios lejanos.
Al-Asad no es un dirigente modelo, pero el vacío de poder en Damasco puede resultar catastrófico, como demostró en Libia la caída de Gadafi. La huida de miles de personas de Alepo estos días, en particular minorías como la cristiana o la drusa, es una advertencia de lo que podría estar por venir. EE.UU. mantuvo durante años una calculada ambigüedad en Siria, dosificando los apoyos a la oposición, y manteniendo un mínimo diálogo con Rusia. La situación ahora es más compleja, no solo por las guerras en Ucrania y en Gaza, sino por el tenso relevo en el poder en Washington. La reordenación de Oriente Próximo bien podría producirse, pero de modo muy distinto al que pretenden Netanyahu y Trump, mientras la tensión entre las grandes potencias es aprovechada por todo tipo de fuerzas desestabilizadoras en todo el planeta.