Contra el mataleón prevenir, protegerse y atacar al agresor
Un experto en defensa personal aconseja en COPE cómo contrarrestar una agresión con esta técnica, que provoca la inconsciencia de la víctima
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Lleva años entre nosotros por desgracia, pero lo cierto y verdad es que los casos de ataques mediante el método violento del mataleón han experimentado un incremento en las últimas semanas, nos apuntan nuestras fuentes policiales. Las dos zonas de Madrid capital donde se aprecia este repunte de agresiones son Azca (entorno de la calle Orense) y el barrio de Tetuán, tras el último caso conocido esta semana en Moratalaz.
Una mujer de 26 años ha tenido que ser atendida de urgencias en el Hospital Gregorio Marañón después de ingresar inconsciente y con traumatismo facial. Un hombre joven, fuerte y alto la había atacado por la espalda, en el portal de la víctima en la calle Arroyo de Fontarrón, para robarle el móvil de última generación y unos auriculares. Fue un mataleón en toda regla. Una técnica procedente del jiu jitsu brasileño consistente en estrangular por la espalda el cuello de la víctima, con la ayuda de ambos brazos, hasta dejar sin oxígeno ni riego sanguíneo a la persona que sufre el asalto. En pocos segundos, la persona pierde el conocimiento. Los riesgos de tan expeditiva técnica pueden acarrear daños neuronales irreversibles, incluso la muerte por asfixia.
CÓMO RESPONDER A UN ATAQUE CON MATALEÓN
El experto en artes marciales y defensa personal, Alexandre Orozco, asegura a COPE que “la primera regla de oro es la prevención: estar muy atento a los que nos rodea. Suelen atacar a las personas que están distraídas, mirando el móvil o sin percatarse de lo que sucede a su alrededor. Es conveniente entrenarse y prepararse bien para defenderse de este tipo de agresores. Ante un ataque por la espalda, hay que actuar muy rápido para poder bloquear el ataque”.
Orozco va un paso más allá y recomienda: “Es muy difícil pero tenemos que intentar proteger el cuello; en caso de que no podamos hacer mucho más, habría que intentar limitar los daños. Si lo vemos claro, podemos atacar las zonas sensibles del agresor como los ojos o los genitales. Si tenemos en la mano el teléfono móvil todavía, nos podemos valer de él para causar un daño mayor al asaltante en sus partes más vulnerables”.