Enrique, uno de los primeros ingresados en la UCI por COVID: "Me dijeron: ¿Pero no sabe que hay un virus?"

Este catalán de 57 años fue una de las primeras personas que permaneció ingresado muy grave por coronavirus en nuestro país

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Enrique, uno de los primeros ingresados en la UCI por COVID: "Me dijeron: ¿Pero no sabe que hay un virus?"

Paola Albaladejo

Publicado el - Actualizado

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Enrique Parejo es catalán aunque reside en Madrid. Tiene 57 años, y fue de las primeras personas que se contagió de la COVID-19 en nuestro país. Mi compañera Blanca de la Calle, encantadora, me acercó su historia. Y no pude resistirme.

En las fechas en las que Enrique empezó a encontrarse mal (en febrero) había unos 50 casos notificados, según informaba Sanidad. En todo el mundo, y hasta el 29 de febrero de 2020 se notificaban 85.203 casos de la COVID-19. Un escenario bien distinto al que tenemos ahora. Lejos quedan esos datos. Ahora, en nuestro país nos encontramos con 693.556 contagios con fecha del 23 de septiembre.

Enrique empezó a sentir que no se encontraba bien a finales de febrero, pero no tenía síntomas. Ni fiebre, ni tos, pero sí mucho cansancio. Tiene lagunas por hipoxia, falta de oxígeno. Su mujer fue la que llamó al médico de Urgencias. Tal era su situación, que el facultativo lo mandó a Sanchinarro casi de inmediato. Estaba muy débil.

Uno de los retos con los que se encontraron los médicos fue cómo tratar a Enrique. Él llegó a Urgencias, no sabían lo que le ocurría y al hacerle la placa vieron que tenía una neumonía severa colateral. Así que, tomaron una decisión: “Llamaron al Carlos III y me hicieron una PCR. Dio positivo.

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De los pocos recuerdos de su estancia en su hospital, ninguno es agradable. “Me dieron el pijama, la enfermera se ofreció a ayudarme y yo me negué. Ella tuvo un mal presentimiento”. Y añadía: “Al rato volvió a entrar y me encontraron medio desnudo e inconsciente”. De ahí fue a la UCI. Y no tiene imágenes. Él recuerda los sonidos. Todo le viene muy difuso.

Enrique no tenía ni idea de lo que estaba sucediendo en el país. España ya se encontraba en estado de alarma, estábamos confinados y él sin saberlo. Igual que también le ocultaron el coma inducido. Pero el apoyo no le faltó. Mucha gente le trasladó su apoyo: “Me dieron el móvil, llamé a mi familia y cuando abrí el móvil tenía 2.200 mensajes de ánimo. Se me saltaron las lágrimas”.

Él se había comprado poco antes de sufrir la COVID un barco y le dijeron que para Semana Santa lo echara al agua. Y le vino la idea. ¿Por qué no celebrar su salida del Hospital? Decidió llamar a la naviera para celebrar su salida al mundo exterior. Para su sorpresa, la persona responsable le dijo que no iba a poder navegar: “Ni tú ni nadie puede navegar. Está el puerto cerrado… ¿Pero no sabe que hay un virus?”.

Al coger el móvil se fue informando: “Me sonaba a cuento chino y al ver la carretera de Burgos me di cuenta de que había pasado algo… no había nadie”. Poco a poco, fue informándose. España entera estaba en estado de alarma por el mismo virus que le mantuvo intubado en la UCI.

Todavía hoy le quedan secuelas del virus. Enrique sufre una neuropatía en un pie al estar tanto tiempo en la cama. “Me fallan los nervios que mandan las órdenes a los músculos y al principio se me caían las cosas”, asegura.

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Esta historia que protagoniza Enrique es el ejemplo perfecto de que el coronavirus se supera. Este señor de 57 años vivió el comienzo de un confinamiento de una forma extraordinaria. Se convirtió en una de las primeras personas que combatió el virus cuando ni los médicos sabían cómo tratarlo adecuadamente.

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