El milagro de Usera

A principios de septiembre era uno de los distritos más afectados de la Comunidad de Madrid. En Usera, solo el barrio de Almendrales en septiembre contaba con una incidencia de 1.273 casos. Hoy la cifra ha bajado a 172. En solo dos meses. ¿Cómo ha sido posible? Cuando empezó la segunda ola, en septiembre el distrito de Usera encabezaba la lista de zonas con más contagios. Por primera vez todas las zonas básicas de este distrito superaban los casos por cada 100.000 habitantes. La bajada de contagios en estos dos últimos meses en este distrito se ha debido a varias actuaciones del gobierno de la Comunidad de Madrid. En primer lugar, se procedió los cierres perimetrales de las zonas básicas de salud. Con esta medida se logró frenar la movilidad. La segunda línea de actuación ha consistido en la realización masiva de tests antígenos a los vecinos de Usera. El gobierno de Isabel Díaz Ayuso llegó a comprar 5 millones de pruebas, las cuales la mayoría se destinaron a los distritos con más contagios. De esta forma, se consiguió detectar más rápido los casos y por tanto, imponer las cuarentenas a tiempo. La tercera cuestión que ha resultado también determinante a la hora de contener el virus en esta zona ha sido el análisis de las aguas residuales. A partir de este estudio, la Consejería de Sanidad ha podido conocer con 48 horas de antelación las zonas con riesgo de aumento de casos de coronavirus.

Otro de los aspectos que ha ayudado especialmente a esta mejoría ha sido la mayor conciencia de vecinos. Hemos hablado con algunos de ellos y existen opiniones de todo tipo. “Veo que la gente es más consciente. Hay menos gente en la calle y eso hace mucho. Yo por lo menos voy a comprar al supermercado y poco más. Estamos yendo hacia una tendencia más positiva.” Rita es una vecina que vive desde hace varios años en el barrio y considera que se ha dado un cambio de actitud general. Alberto también es vecino de hace tiempo, pero considera que no se debe a un mayor esfuerzo de los vecinos. “Para mí la gente sigue igual. Todo ha cambiado poco. Es verdad que al contagiarse tanta gente, ya no queda tanta gente que contagiarse. Hay menos gente mayor en la calle. Puede ser que la gente mayor haya tomado más conciencia en esto. Pero la gente hace su vida normal”.