La mosca negra vuelve a las andadas

La útlima ola de calor ha hecho que vuelva a proliferar este insecto de tan sólo 6 milímetros, pero cuya mordedura puede ser peligrosa

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Herrera en COPE con Carlos Gutiérrez y Mónica Álvarez de 12:50 a 13:00 horas (19/08/2021)

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Una vieja amiga ha vuelto a Madrid. Te hablo de la mosca negra. Un pequeño insecto cuya mordedura, en forma de sierra, deja un corte sangrante, muy doloroso y que puede llegar a infectarse si empezamos a rascarnos con fuerza.

Se trata de una especie autóctona y sólo hasta hace unos años, sabìan de ella en ámbitos rurales. Pero el cambio climático ha incentivado su ciclo reproductivo y la mayor limpieza y conservación de la vegetación de ribera de los ríos a su paso por ciudades como Madrid ha favorecido su crecimiento y el consiguiente ataque a humanos. Los vecinos de Villaverde, Perales del Rio y otras zonas del entorno del Río Manzanares, conocen bien cómo se las gasta.

Si a ello se suma la ausencia de depredadores naturales, debido al retroceso de los murciélagos en las ciudades, y el creciente número de olas de calor en los veranos que aumentan el número de huevos viables y aceleran el ciclo reproductivo, se consigue el cóctel perfecto para esta nueva plaga.

Según Jorge Galán, de la Asociación Nacional de Empresas de Salud Ambiental, "el calor acelera el metaboilismo y su ciclo biologico, reduciendo a la mitad tel tiempo en el que se reproducen, lo que significa un aumento exponencial de su población".

Galán recuerda que la mosca negra pica durante el día, sobre todo al amanecer y justo antes del anochecer. Por eso, nos recuerda que es conveniente, si salimos a pasear cerca del agua, en alguna ribera de un río o de un pantano, llevemos "ropa de colores claros que nos cubra los brazos y las piernas y usar un repelente de insectos para intentar evitar la mordedura".