Muchos refugiados ucranianos comienzan a volver a casa

Hoy cumplimos 120 días de la guerra en Ucrania, justo el día en el que, con casi toda seguridad, Bruselas va a ratificar el estatus de este país como candidato a entrar en la Unión Europea. Y desde que comenzó la invasión rusa a finales de febrero, muchos refugiados ucranianos han llegado a nuestro país huyendo de la guerra. Aquí en Madrid, se han atendido ya a más de 13.000. La mayoría, mujeres con sus hijos. Sus maridos se quedaron en su país para luchar.

Uno de los lugares madrileños a donde más personas llegaron fue a la parroquia de Santa Teresa de Jesús en Getafe. Su párroco, el padre Andrei es ucraniano. Lleva más de 2 años en España y cuando comenzó la invasión no dudo en traerse a su parroquia a muchos de sus compatriotas. Por ejemplo, María y sus dos hijas, Anna de 15 años y Tatiana de 12 llegaron el pasado mes de abril a esta iglesia. Más de 2 meses han estado en Getafe y el pasado domingo decidieron volver a Ucrania. A retomar sus vidas y a reencontrarse con su marido y con su padre.

Al igual que ellas, muchas de las personas que llegaron han dejado estos meses y estas semanas nuestro país. Andrei el párroco nos cuenta que son las personas mayores a las que más difícil se les hace vivir fuera de casa: “Para las personas que no tienen experiencia o que viven en pueblos pequeñitos y salen a otro país que esta tan lejos de su casa, es difícil”.

Otros ucranianos que vivían en las viviendas habilitadas por la parroquia han decidido irse a países cercanos a Ucrania. Sobre todo, aquellos cuyas casas ya están destruidas: “Van a países como Polonia o Rumanía o a países que tienen frontera con Ucrania. Están cerca de su casa y siempre pueden volver”.

Vasyl es un ucraniano que lleva trabajando 20 años en Madrid. Estos meses ha estado ayudando a las personas que venían con practicante todo: papeles, viviendas, trabajos... Nos dice que vuelven porque por culpa del idioma es difícil encontrar un trabajo y también por falta de estabilidad: “Adaptas al niño a un colegio y después de dos meses te envían a otro cuando el niño ya se ha adaptado”.

Otra ucraniana que lleva 5 años trabajando en Madrid como traductora es Irina. Su mejor amiga vino a España desde Kiev, volvió hace un mes allí a Ucrania y ahora ha vuelto de nuevo a Madrid: “Quería volver a Ucrania, pasaron unos meses y decidieron volver porque aquí todo es más tranquilo. En ucrania no se puede vivir, no puedes llevar al niño a un parque infantil porque es peligroso”. Son las consecuencias de la guerra y el drama de las personas que huyen de su tierra y de sus casas.