Así funcionan los drones que utiliza la DGT
La DGT ha comenzado a utilizar en este puente de mayo hasta 5 drones de vigilancia en las carreteras españolas.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Estos drones no se utilizan para poner multas, sino que su uso se limita a sobrevolar las vías para recabar información. Estos aparatos poseen una autonomía de vuelo entre 25 y 40 minutos, o lo que es lo mismo, es el tiempo durante el que los drones pueden estar volando. Además, el radio de alcance entre el operador que controla los mandos y el propio dispositivo alcanza hasta los 2 kilómetros, según ha especificado en una entrevista al mediodía del fin de semana de COPE Ander García, Director Técnico de Dron by Dron.
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Sin embargo, este radio de alcance está restringido por ley para aparatos de más de 2 kilogramos de peso. En este último caso, el aparato debe encontrarse en menos de 500 metros de distancia (dentro del campo visual), mientras que los ligeros, o de menos de 2 kilogramos, pueden llegar hasta esos 2 kilómetros de distancia siempre y cuando se envíe una notificación aeronáutica, para informar al resto del espacio aéreo. Respecto a la cámara, el técnico asegura que estos drones son capaces de enviar imágenes y vídeo “en una calidad muy alta” y en tiempo real para que la reciban desde el centro de mando de la Dirección General de Tráfico. En tanto a la altura, aunque estos aparatos pueden alcanzar alturas operativas de 1.500 metros, el límite legal se encuentra en los 120 metros.
Para el sistema de control del dispositivo, la DGT cuenta con un mando que se conecta a una tablet o móvil y se maneja a través de un software de control de vuelo, mientras que para enviar las imágenes hasta la central tienen activo un servicio de streaming o emisión en directo. Recuerda también Ander García que algunos de los drones con los que cuenta la Dirección de Tráfico, concretamente el Matrice 200, está diseñado “especialmente para soportar cualquier adversidad meteorológica”.
Eso sí, uno de estos drones podría costar desde 1.500 euros hasta 20.000 euros, en el caso de los que van a utilizar de la DGT. Aunque sí queremos fijarnos en los más caros, estima Ander García que estos serían aquellos de uso para seguridad o militar, y la cifra podría llegar “hasta los cientos de miles de euros”.