JORNADA MUNDIAL DE LAS MIGRACIONES
Integración y normalización: tres ejemplos de inmigrantes que han triunfado
Ermonela Jaho tuvo que cuidar ancianos para poder dedicarse a la música y hoy es una de las sopranos más aclamadas; David Andrade llegó de niño a España y ha cumplido su sueño de ser actor de efectos especiales; Sadik Abubakari llegó en patera y vivió en la calle para después anunciar un perfume en televisión
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Las personas migrantes suman y aportan a la sociedad española y europea. Aquí tienes tres casos ejemplares:
ERMONELA JAHO: CUIDAR A ANCIANOS PARA PODER APRENDER A CANTAR
Nació en Tirana en 1974, en una Albania pobre, muy pobre. Hija de un militar y una profesora, Ermonela Jaho tiene, además, cuatro hermanos. Todos tuvieron que emigrar a Italia, como tantos de sus compatriotas. Sin embargo, en ambos países Ermonela soñaba con cantar. Dice que más que soñar, deliraba con ello. Mientras tanto, como ella mismo ha confesado muchas veces, las miserias de ser migrante y pobre: trabajó de cualquier cosa, iba a clases de canto mal vestida por no poder comprarse nueva y sus compañeros se burlaban de ella. Pero salió adelante. Consiguió algo de estabilidad cuidando de ancianos y pudo costearse las lecciones.
Ese trabajo duro ha dado sus frutos y hoy en día Ermonela Jaho es una de las soprano más aclamadas de la escena musical europea. Ha pasado de cantar La traviata en albanés con 14 años a subirse a las tablas de los mejores auditorios del continente -incluido el Teatro Real de Madrid- como su protagonista, Violeta. Lo ha hecho más de 250 veces, también como Madama Butterfly, de Puccini, u Otello.
Jaho es consciente de que su éxito tiene mucho que ver con la dureza de su infancia. De hecho, quien la ha visto la aprecia por las emociones que se perciben en su voz. Y ella reconoce que no cantaría así de no haberlo pasado mal. Ahora ha vuelto a Albania, ya una democracia, para seguir formándose en su país y enseñando a jóvenes cantantes.
DAVID ANDRADE, EL NIÑO ECUATORIANO QUE SOÑABA SER ACTOR DE EFECTOS ESPECIALES
Para muchos españoles, la cara de David Andrade les resulta muy familiar. Cada semana, este inmigrante ecuatoriano se metía en el salón de sus casas para dar vida al doctor Waldo Jaramillo en la serie Hospital Central. Pero para entonces, Andrade ya llevaba mucho tiempo en España.
Nació en Quito en 1978. Cuando aún era niño, llegó con sus padres a España. En el colegio, a sus compañeros les llamaba la atención su acento ecuatoriano:
A los 18 años entró en la Escuela de Especialistas de Cine Ángel Plana, donde ahora es monitor y preparador de alumnos que, como él hizo, quieran formarse en este campo. Esa formación le ha permitido trabajar, más allá de la interpretación, en series como Periodistas o películas como Salvador (Puig Antich).
Además, el actor y especialista colabora con fundaciones como Berltesmann, que lucha contra el desempleo juvenil, o en campañas puntuales con migrantes, como la que organizaron las asociaciones Aesco (América España Solidaridad y Cooperación) y Senami (Secretaría Nacional del Migrante) para animar a los extranjeros residentes en nuestro país a inscribirse en el censo electoral y votar en las últimas elecciones municipales.
SADIK: DE LA PATERA A ANUNCIAR PERFUMES
Si a Sadik Abubakari le llegan a decir lo que le depararía su futuro en España, no se lo creería. Este joven llegó a Fuerteventura en patera con solo 16 años, procedente de su país, Ghana. Primero estuvo en un centro de menores, pero mintió, se hizo pasar por adulto y consiguió salir y volar a Madrid. Una vez llegó a la capital, vivió en la calle y en un centro de acogida hasta que Mensajeros por la Paz se cruzó en su camino. Entró en un programa que le ofrecía vivienda, asesoramiento jurídico para su regularización y formación para el empleo. De esta forma, Sadik consiguió trabajo como electricista, pero la crisis económica también le pasó factura.
Fue entonces cuando una amiga le puso en contacto con una agencia de publicidad interesada en perfiles africanos para un anuncio televisivo de un reconocido perfume. Él no fue con demasiadas esperanzas, pero salió bien y acabó protagonizando el spot. A partir de ahí, Sadik sueña con seguir haciendo publicidad o música, porque también rapea.