Los terroristas pretendían secar los explosivos para atentar en la Sagrada Familia

Entre sus objetivos se encontraban varias iglesias | La célula yihadista se financiaba gracias a los sueldos de dos de los integrantes

Imagen de archivo Sagrada Familia

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

La célula yihadista a la que se atribuyen los atentados de Cataluña estaba esperando a que se secaran los explosivos que tenían preparados para atentar contra monumentos e iglesias, entre ellas la Sagrada Familia, según declaró a los Mossos Mohammed Houli Chemlal, el herido en la explosión de Alcanar.

Según fuentes jurídicas, en la segunda declaración que prestó este detenido ante los Mossos d'Esquadra, que ayer ratificó ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu antes de ingresar en prisión, afirmó que los miembros de la célula le dijeron que los explosivos aún no estaban listos porque se tenían que secar.

Una vez secos, los iban a trasladar a furgonetas para hacerlos luego explotar en varias iglesias y hablaron de la Sagrada Familia como uno más de esos templos, ya que era el monumento más conocido de la capital catalana.

El detenido afirmó a los agentes en su declaración, que ayer le fue leída ante el juez y él ratificó en su integridad, que los yihadistas le dijeron que según el Islam destruir monumentos estaba bien y le convencieron de que, como era el más ignorante de todos en materia religiosa, no sabía que atentar era algo bueno.

Este testimonio y otros indicios sirvieron a los Mossos para barajar la tesis de que la célula iba a cometer atentados de mayor envergadura de forma inminente.

Según describen los expertos, el explosivo que fabricaban en Alcanar, triperóxido de triacetona (TATP), se puede dejar secar durante unas horas para convertirlo en polvo y hacerlo más potente, pero también más inestable. Una vez seco, se debe utilizar dentro de las siguientes semanas, ya que va perdiendo fuerza explosiva.

El TATP, conocido como la madre de Satán y muy usado por el Dáesh, se puede fabricar con materiales relativamente accesibles, como ácido sulfúrico, peróxido de hidrógeno (agua oxigenada) y acetona.

En el caso de los yihadistas de Ripoll, compraron entre los días 1 y 2 de este mes 500 litros de acetona, lo que hace sospechar que manipulaban este explosivo y, según apuntan los expertos en la lucha antiterrorista, el calor pudo ser el factor clave para que les estallara el pasado miércoles en el chalé de Alcanar (Tarragona) donde lo manipulaban.

Y es que este explosivo, que es casi tan poderoso como la dinamita, es extremadamente sensible a impactos, fricción y cambios de temperatura, especialmente si es almacenado como producto seco.

El mismo miércoles a las ocho y media de la tarde, tres horas antes de la explosión de la casa, adquirieron 15 fundas de almohada y bridas para, según los investigadores, meter las bombas.

El TATP fue utilizado por primera vez por los terroristas de Hamás en 1997. Ampliamente utilizado por grupos islamistas, aunque Al Qaida no lograse dominar inicialmente su técnica, fue usado en los atentados de Casablanca de 2003 y en el 7-J de Londres.

Los terroristas del Dáesh lo han usado en varias ocasiones, como en los atentados de París y Bruselas, hasta el punto de que dominan la técnica para fabricarlo y difunden en internet estas instrucciones.

Puede presentar dos aspectos: seco y polvoriento, lo que lo hace extremadamente inestable. O gelificado con agua o acetona, que lo hace más estable. 

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