España en fiestas
Moros y Cristianos en Pollensa
La tradición y la imaginación se dan la mano en el mes de agosto para convertir España en una fiesta. Aquí te iremos contando no las más importantes y con más renombre, sino, sólo, algunas de las más curiosas

Inicio de la batalla en Pollensa. Ayuntamiento de Pollensa
Madrid - Publicado el - Actualizado
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2 de agostoSimulacro de Moros y Cristianos en Pollensa (Mallorca)Hoy, se celebra el Simulacro de Moros y Cristianos, con el que se rememora la defensa de la ciudad contra los piratas turcos.Cuenta la historia que en la madrugada del 30 al 31 de mayo de 1550, el corsario Dragut, al mando de 1.500 hombres, desembarcó en Pollensa, saqueando todo a su paso y apresando a mujeres y niños.“Pollensines, levantaos los piratas ya están aquí. Virgen de los Ángeles, protégenos”, clamó Joan Mas, héroe local, llamando a sus conciudadanos y encomendándose a la Virgen. Las campanas empezaron a repicar y los lugareños, se echaron a la calle a medio vestir y con lo que tenían a mano, remos, palos, azadas, defendieron el pueblo consiguiendo una victoria épica y rescatando a las mujeres y niños que habían sido hechos prisioneros por los piratas y estaban encerrados en la Iglesia de Sant Jordi.Hoy, a las siete de la tarde, se recrea, justamente, ese momento en el que Joan Mas, llama a los habitantes de la Villa e implora la ayuda de Nuestra Señora de los Ángeles para, llegando ante la Iglesia de Sant Jordi, simular el combate que representa la liberación de las mujeres y niños que los moros habían encerrado allí.Tras el simulacro de Moros y Cristianos, quienes acaparan la atención son los Cossiers, un espectáculo tradicional de danza en el que tres parejas de hombres danzan llevando en la mano un pañuelo y un ramillete de albahaca mientras el demonio intenta, por todos los medios, sabotear el baile. En el centro de la danza, una mujer que representa el bien y dirige los movimientos Cossiers.Si quedan fuerzas para las emociones fuertes, hay que atreverse con “El Calvario”, justo detrás de la Plaza Mayor, una “cuestecita” con, nada menos que 365 escalones, tantos como días del año y que desde su parte alta, ofrece unas estupendas vistas. Mucho más cómoda, resulta la visita a monasterio del Monte Puig de María, cuyo origen se remonta al año 1348, que fue uno de los principales monasterios mallorquines y colegio para las hijas de la nobleza y desde dónde hay unas vistas espectaculares sobre Pollensa.Naturalmente, no puede faltar una visita a los miradores de la Creueta y el Colomer, privilegio de la naturaleza, donde se reúnen cada día cientos de personas para disfrutar del espectáculo impresionante del momento en que el sol se acuesta con el mar.