Madrid - Publicado el - Actualizado
3 min lectura
El arquitecto Aníbal González diseñó la Plaza de España de Sevilla con cientos de anaqueles de cerámica para que contuvieran libros y hoy, cien años después de que se iniciara su construcción, ha vuelto a sus orígenes como una enorme biblioteca al aire libre, pública y gratuita. VÍDEO
La editorial sevillana Punto Rojo, uno de los sellos líderes en autoedición -sistema por el que los escritores que no encuentran una editorial comercial costean la edición de sus propias obras-, ha distribuido 1.500 ejemplares de títulos de todos los géneros por los anaqueles que separan los bancos de la plaza, cada uno de ellos correspondiente a una provincia española.Edificio emblemático de la Exposición Iberoamericana de 1929 y uno de los grandes atractivos turísticos de Sevilla, su construcción comenzó en 1914, y los responsables de Punto Rojo celebran este centenario con esta donación de libros, para que turistas y paseantes aprovechen sus descansos en la plaza para leer u hojear libros. Esa fue la idea de Aníbal González, cuya preocupación por la cultura le llevó a diseñar estanterías de cerámica no sólo para las líneas verticales que separan los bancos de la plaza sino también para otras glorietas y pequeñas construcciones diseminadas por el Parque de María Luisa, que repiten las estanterías como motivo arquitectónico."Aníbal González fue un genio, nuestro particular Leonardo, un adelantado de su época que dio un gran valor al conocimiento y la cultura en general", ha dicho el editor de Punto Rojo, Iván Parrilla. En la España de hace cien años los índices de alfabetización debían estar a la cola de Europa y el genial arquitecto "tuvo la visión de una gran biblioteca pública y al aire libre, cuando aún no existían las bibliotecas públicas", según Parrilla.Además de celebrar el centenario, Parrilla ha explicado que con esta iniciativa se trata de "llamar la atención de los agentes culturales" para que emprendan acciones en favor de la cultura y, en particular de otras editoriales, para que, ha señalado, antes de destruir libros de sus fondos los destinen a donaciones similares a ésta. Aníbal González fue también un adelantado del 'book crossing', ya que a Parrilla su abuelo le contó que los libros originariamente destinados a las estanterías de la Plaza de España y del Parque de María Luisa duraron poco tiempo, y esta misma mañana muchos visitantes de la Plaza de España han optado por llevarse a casa algunos cuantos ejemplares, en algunos casos hasta media docena.A la iniciativa han asistido varios autores de Punto Rojo, como el especialista en cirugía cardíaca pediátrica del Hospital Virgen del Rocío Reza Hosseinpour, británico de origen iraní que ha publicado un libro sobre el toreo destinado al público británico, en inglés y de carácter técnico sobre el arte de la lidia. Hosseinpour ha dicho que la iniciativa de Punto Rojo "es original y amena, propia de los españoles, que tienen duende y conciben estas ideas sencillas y brillantes". Otro autor de la editorial, José Manuel García, artífice de la novela "El arma de los invisibles", ha dicho a Efe que se trata de "una iniciativa fabulosa" y que "está bien que alguien apueste decididamente por fomentar la lectura". "Vamos a seguir con acciones como ésta", ha asegurado el editor de Punto Rojo, sello que ha abierto oficinas en Madrid y Los Ángeles (Estado Unidos) y abrirá otra en Lisboa, con vistas al mercado lusófono y a dar el salto a Brasil. Los libros colocados en los anaqueles de la plaza llevan una pegatina explicando el espíritu de la iniciativa: "Ayudamos a retomar este espacio cultural libre y gratuito para todos. No solamente puedes tomar un libro prestado y devolverlo al mismo lugar tras leerlo. Anímate a colaborar y ayuda a hacer crecer la biblioteca"