Un farmacéutico madrileño va a trabajar y lo que alguien deja en medio de la farmacia le deja a cuadros: "Qué valor"

Este farmacéutico ha utilizado sus redes sociales para contar la surrealista anécdota que vivió cuando se vio sorprendido por lo que una mujer dejó en su farmacia

TikTok

Álvaro Fernández, conocido en redes como @farmaceuticofernandez

Redacción digital

Madrid - Publicado el

3 min lectura

      
      
             
      

Las farmacias son un nido de anécdotas. Los farmacéuticos son una pieza fundamental para que el mundo de la medicina funcione. Al final ellos son el nexo de unión, los responsables de facilitar y dispensar los medicamentos a todos los usuarios. 

Un trabajo, sin embargo, que no deja de ser cara al público. Esto significa que casi siempre deben lidiar con todo tipo de clientes. Algunos agradables, otros no tanto... pero lo que es seguro es que han vivido todo tipo de experiencias. 

Luego, a largo plazo, muchos de ellos aprovechan para dar a conocer estas experiencias en sus redes sociales y hacer que los usuarios puedan echarse, al menos, alguna que otra risa.

Una de esas personas es el farmacéutico Álvaro Fernández, quien se encarga de dar a conocer muchas de estas situaciones a través de su perfil de TikTok

En este caso, pese a todo, no es tanto una situación para reírse, sino más bien para reflexionar. O como mínimo para cuestionar el comportamiento de muchos padres y madres de este país. 

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Un farmacéutico madrileño va a trabajar y lo que alguien deja en medio de la farmacia le deja a cuadros

Álvaro Fernández, un farmacéutico que se ha hecho viral en redes sociales como TikTok bajo su usuario @farmaceuticofernandez y que utiliza como herramienta para divulgar sobre fármacos y dar sencillas pinceladas sobre datos de medicina. Sin embargo, siempre lo hace con humor, así como también comparte sus curiosas anécdotas. 

      
             
      

En este vídeo en particular, Fernández, con las manos en los bolsillos, comienza a contar la historia con rostro perplejo. "Es de estas cosas que a veces pasan que dices tú, pero qué cosas más raras pasan".

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Seguidamente, relata que varios días antes le ocurrió "una de esas cosas raras que a veces pasan".

"Resulta que había un carrito y había un bebé, pero no había señora ni señor. O sea carrito sí, bebé también, pero padre no. No había nadie y nada, ahí estuvo el carrito y el bebé un rato".

      
             
      

Al cabo de un rato, volvió la mujer a recoger al niño: "Resulta que la señora se había ido a comprar a la carnicería y había dejado allí el carrito con el bebé porque el bebé estaba dormido y le pareció que la farmacia era un buen sitio, porque la carnicería hay mucho ruido y se lo iban a despertar", explica.

Afortunadamente, concluye a modo de broma: "Allí estuvo el bebé. Muy bueno, por cierto, no lloró ni nada". 

Una madre va a la farmacia pidiendo ayuda para su hijo y el farmacéutico no da crédito al motivo

Esta es otra de las muchas experiencias que ha contado este farmacéutico. En esta ocasión, estaba relacionado también con su madre y el hijo. "Viene una señora preocupada la farmacia porque su hijo se había comido un pescado. Un pescado entero", matiza este farmacéutico. "Eso es lo que dijo. Mi hijo se ha comido un pescado entero. Y yo, que tampoco me mostré muy intuitivo, le pregunté si era un pescado que tenía espinas", explica.

      

A su juicio, y en ese momento, pensó que a aquella madre podría preocuparle que su hijo se pinchara con alguna espina. "La señora me dijo que las espinas no era lo que le preocupaban, que lo que le preocupaba es que el pescado le fuera a sentar mal, que yo la verdad pensé que la señora era un poco exagerada. Hombre, si se ha comido un atún entero sí, pero se ha comido un lenguadito o un salmonete, pues tampoco es para tanto", agrega. Además, el farmacéutico asegura que "el pescado rara vez sienta mal. Eso es lo que le dije".

La sorpresa le llegó después y con la explicación que le dio la mujer. "Me dijo que ya, que sabía que el pescado normalmente no sentaba mal, pero que es que se había comido el de la pecera. Y crudo", concluye.