El hurto de alimentos supone el 40% de todos los robos que se cometen en España

El aceite de oliva, que se ha encarecido un 67% en el último año, es el principal objetivo de los ladrones para revenderlo

Sandra Asenjo

Publicado el - Actualizado

5 min lectura

El dato del IPC de septiembre se sitúa en el 3,5%, mientras que la cesta de la compra se ha encarecido un 10,5% en el último año. Esta escalada inflacionista sigue disparando los robos en los supermercados españoles. De hecho, el hurto de alimentos supone el 40% de todos los robos que se cometen en España.

Los productos más saqueados siempre han sido las bebidas alcohólicas o los ibéricos, pero este año ha cambiado. El aceite de oliva, que se ha encarecido un 67% en el último año, es el principal objetivo de los ladrones para revenderlo en el mercado negro. Es el producto más caro y, por lo tanto, más fácil de despachar por un importe más bajo que en los supermercados ante este aumento de los precios, que ha provocado que muchas familias ya no puedan permitirse comprar este básico de la cesta de la compra.

Encadenar el aceite

Rubén Navarro es CEO de Tu Super, una pequeña cadena de supermercados andaluza. En los últimos meses, han denunciado más de una veintena de robos, solo de aceite, con pérdidas que llegan a los 1.800 euros. Por ello, esta empresa ha optado por encadenar las garrafas, con lo que han conseguido frenar esta oleada de robos.

"Hemos conseguido frenar esta barbarie que estábamos padeciendo con el aceite. Es una medida extrema, pero muy efectiva. Es cierto que no ayuda a la venta, porque los clientes ahora tienen que pedir que les den el producto, pero también evita que tengamos que incrementar el precio para suplir las pérdidas por los robos. El aceite de oliva es ahora mismo el producto más caro y, por lo tanto, es muy fácil para los ladrones venderlo en cualquier canal o, incluso, en la calle, en un banco", narra a COPE el directivo de esta cadena de supermercados.

Impunidad

Rubén Navarro lamenta la impunidad con la que cuentan estos ladrones, ya que los robos de menos de 400 euros se consideran hurtos, que conllevan, en el mejor de los casos, el pago de una multa, lo que los anima a volver a actuar, incluso, en el mismo establecimiento: "los vemos por las cámaras, cómo salen corriendo, pero saben que si, en cualquier momento son detenidos, se consideran pequeños hurtos y solo conlleva una falta leve que, judicialmente, tiene poco recorrido", explica.

Los sistemas antihurto, disparados

Los supermercados tratan de protegerse mediante pegatinas y alarmas que han pasado de colocarse en el alcohol o los cosméticos, a las botellas de aceite.

Alejandro Alegre es el director de marketing de STC, una empresa de sistemas antihurto, y asegura a COPE que han multiplicado por diez las peticiones de demanda.

"El alcohol, uno de los productos más robados históricamente, ya contaba en casi todos los establecimientos con estos elementos para protegerse, pero los supermercados no tenían estos sistemas para el aceite. Si utilizan los que ya tenían para el alcohol en el aceite, desprotegen el alcohol. Por eso, estamos teniendo peticiones que ya eran altas, pero ahora multiplicadas por diez, porque el aceite, que nunca se había robado ni se había protegido, ahora sí se está haciendo".

Los productos más robados

De hecho, según esta empresa de sistemas de seguridad, este año, el aceite de oliva se ha convertido en el principal objetivo. Históricamente, entre la lista de los productos más robados, encontramos las bebidas alcohólicas, los ibéricos, los quesos curados, las conservas selectas como los berberechos, la ventresca o el bonito, el chocolate, las cápsulas de café y los helados, pero de vez en cuando hay novedades y este año el claro protagonista es "el oro líquido".

"El aceite no se roba para consumir. Hay un porcentaje pequeño, pero no es el mayoritario, que se usa para el autoconsumo, pero normalmente se utiliza para la reventa", asegura Alejandro Alegre.

Mercado negro

A esta situación, la de los ladrones que roban las botellas de aceite y que muchas veces se revenden a la vuelta de la esquina, hay que sumar que el aceite de oliva cuenta con un mercado negro que genera cerca de la mitad de los beneficios de todo el sector.

Según EUIPO, la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea, esta realidad supone una pérdida para el sector del aceite de oliva de cerca de 1.500 millones de euros. España, al ser el primer productor del mundo, es el país más perjudicado por este mercado negro.

De hecho, en líneas generales, somos el país europeo donde más fraude alimentario se comete en sus productos de origen, por delante de Italia y Países Bajos. Algo que padece en primera persona el consumidor, muchas veces estafado, aunque también permisivo con esta situación, según la opinión de Fabián Torres, director de desarrollo de negocio de SICPA España, un proveedor de tintas de seguridad para los envases.

"El cliente muchas veces sabe que un producto no es legal, pero sigue comprándolo. Casi todo el fraude se está produciendo a través de internet. La explosión total sucedió durante la pandemia".

El cliente también es estafado

Cada vez hay más sistemas de seguridad que nos permiten saber si el producto que vamos a comprar está adulterado o, si se ha vaciado el contenido del mismo, y se ha sustituido por otro.

"Si el consumidor ve dañado el precinto, o directamente no ve precinto, esa botella es sospechosa. También se utilizan tintas de alta seguridad en esas etiquetas, parecidas a las de los billetes, a las del dinero, que cambian de color en función del ángulo con el que lo mires", explica Fabián Torres, aunque el sentido común sigue siendo la mejor forma de evitar que nos estafen.

Si el precio de un producto, por ejemplo, de un aceite de oliva virgen extra, es muy bajo en comparación con el resto de marcas, debemos sospechar porque, probablemente, no sea de la denominación que se indica, algo que sucede, sobre todo, en las marcas menos conocidas.

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