Cumbre del Clima: lo barato sale caro

El lunes comienza en Madrid la Cumbre del Clima que reunirá a 20.000 personas con el objetivo de “llamar a la acción”

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Cumbre del Clima: lo barato sale caro

Sefi García

Publicado el - Actualizado

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El lunes comienza en Madrid la Cumbre del Clima que reunirá a 20.000 personas con el objetivo de “llamar a la acción”, porque a pesar de los efectos del calentamiento global, todavía estamos a tiempo. Según la organización Meteorológica Mundial, los gases de efecto invernadero, aquellos que causan el cambio climático, alcanzaron a finales del año pasado valores sin precedentes en nuestro planeta. El CO2 llegó a alcanzar prácticamente 408 partes por millón, que supone el valor más alto de los últimos tres millones de años. Es la conclusión más impactante de la reunión que los expertos hicieron en el “Grupo de Observación de la Tierra”, un organismo formado por 109 estados y 139 organizaciones. Se reunieron a principios de noviembre para diagnosticar el estado del planeta y la conclusión, como la de la ONU, es que estamos en una emergencia climática. Las Naciones Unidas sostienen que las emisiones de CO2 tienen que caer un 7,6% antes de 2030 para frenar el calentamiento un grado y medio, cinco veces más que lo que han comprometido los gobiernos más implicados.

Con esta perspectiva comienza en Madrid “La cumbre del Clima”, que se reúne cada año por mandato de Naciones Unidas, para alertar y poner medidas sobre el cambio climático. 200 países tendrán representación en este encuentro mundial en el que participarán unas 20 mil personas, no solo políticos, también representantes de empresas, organizaciones internacionales, grupos interesados y observadores. Madrid se ha convertido en sede urgente de la Cumbre que se iba a celebrar en Chile, por los disturbios que vive el país. Previamente, Jair Bolsonaro, el presidente de Brasil, declinó organizarla, en medio de los pavorosos incendios del Amazonas.

Esta cumbre se celebra en un momento de conciencia social bastante acentuada, sobre todo entre los más jóvenes, que reclaman medidas contundentes. El acuerdo de París concluyo que a partir del próximo año los gobiernos deben implementar las medidas necesarias para reducir en 2 grados la temperatura del planeta y mantener los esfuerzos para que la subida no supere el grado y medio. Esto supone que las emisiones de gases de efecto invernadero en 2030 tienen que ser entre un 45% y 65% menos que en 2010. Consolidar ese compromiso es lo más urgente en la Cumbre del Clima, porque ya hay consecuencias muy serias. “Estamos en una situación de extrema urgencia", declara a Cope Adriana Opranolla, la responsable para el cambio climático de Cáritas ante la ONU. "Los daños causados por la alteración del clima son numerosos: los fenómenos atmosféricos, los terremotos...", añade. Un informe de expertos internacionales calcula que a este ritmo perderemos un millón de especies.

Es una situación compleja que afecta y mucho además a nuestro país, y que ya ha despertado las alarmas . “Esto tiene unos impactos económicos, ecológicos y sociales muy importantes”, cuenta la responsable de clima y energía de la asociación ecologista WWF Mar Asunción. "Los economistas nos están diciendo que cuanto más tardemos en asumir las reducciones más costoso va a ser en estos tres niveles. No hacerlo va en contra de nuestra propia calidad de vida. Por eso apelamos al liderazgo y a la altura de miras de los gobiernos que tienen que mirar más allá, no solo a cuatro años”. Mar Asunción sí está convencida de que las Cumbres del Clima sirven, a pesar de la lentitud y la resistencia de algunos gobiernos a tomar decisiones contundentes. “En la de Tokio se consiguió que el clima entrara en la agenda política y, aunque el objetivo de reducción de emisiones era pequeño, un 5,5%, hubo países que lo superaron. La de París implicó a los países emergentes y en vías de desarrollo”, asegura. 

Cáritas está trabajando ya en las comunidades más afectadas en el mundo por el cambio climático; las comunidades más pobres del mundo. Adriana Opranolla confiesa que los pasos políticos que se han dado hasta el momento son muy cortos, pero el acuerdo de París - explica - es un marco legal, lo que lo hace muy importante, “Es un marco vinculante. Desde Cáritas insistimos mucho en la voluntad política, en la necesidad de aumentar los objetivos y de ser más ambiciosos”. Y precisamente esa ambición es la exigencia que hacen desde todas las asociaciones preocupadas por el medioambiente. Para Tatiana Nuño, de Geanpeace, "se tiene que cerrar el libro de reglas del acuerdo de París. "De la Cumbre tiene que salir un mensaje claro de que todos los países están preparados para presentar unos compromisos de reducción de emisiones mucho más ambiciosos de los que ahora están sobre la mesa”, asegura. Tatiana Nuño nos ha explicado que “ahora mismo con los compromisos que han presentado los países, las estimaciones nos llevan a aumentos de temperatura en el planeta de 3 grados centígrados”. Esto supondría, según la portavoz de Greanpeace, “olas de calor más frecuentes y mucho más intentas, sequías mayores, aumento del nivel del mar, daños directamente en los modos y formas de vida, en la agricultura...en lo sectores económicos principales”.

Las organizaciones comprometidas con la defensa ambiental consideran que, a pesar de los desastres que el calentamiento global ha provocado ya, todavía estamos a tiempo de revertir la situación. Adriana Opranolla apuntaba que la Unión Europea debe ser el motor de cambio que tire de los países emergentes o en vías de desarrollo. No en vano, el Consejo Europeo se va a reunir a mediados de diciembre para decidir si se toman medidas para que en el año 2.050 Europa alcance la neutralidad climática. Es decir, cero emisiones de carbono. Es muy importante la conciencia social que han tomado los jóvenes y también la lógica que desprende la encíclica "Laudato Si", que el Papa Francisco ha lanzado al mundo. Con esa esperanza, afronta Cáritas esta cumbre “porque no puede existir un verdaderos bienestar de las sociedades humanas sin un entorno ambiental sano, sin biodiversidad, sin respeto a los recursos naturales” dice Adriana Opranolla. Y por su puesto, el reclamo que nuestros hijos que nos están pidiendo que les dejemos un mundo al menos tan bueno como el que nosotros hemos recibido.