Amon Göth: el comandante de las SS en el que se basó la película 'La lista de Schlinder'
Los nazis le dieron plena autoridad en el campo de concentración de Plaszow, se autoproclamó su "Dios" y cometió atrocidades de las que no se arrepintió ni el día de su ejecución
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La Alemania nazi está llena de atrocidades desde el comienzo de su ascenso hasta la derrota en 1945 ante el bando aliado en la Segunda Guerra Mundial. El personaje más recordado es Adolf Hitler, el líder de los nazis, pero otros personajes fueron claves en este periodo y protagonizaron acontecimientos terribles.
Una de las peores políticas del ejército nazi fueron los campos de concentración donde se obligaba a los presos a realizar trabajos forzados y finalmente eran asesinados. El más conocido es el de Auschwitz, pero no era el único. De hecho, uno de los personajes más sanguinarios de los campos de concentración no dirigía este, sino el campo de concentración de Plaszow en Cracovia. Tan estremecedora es su historia que en este mandatario nazi está basada la película 'La lista de Schindler' de Steven Spierlberg. Su nombre es Amon Göth y era apodado como 'el carnicero de Cracovia'. Este comandante de las SS supervisó la construcción del campo de concentración de Plaszow, en Cracovia, en el que se obligó a trabajar a esclavos procedentes del 'ghetto' de la ciudad.
Nació en una familia de clase alta en Viena y antes de llegar a la mayoría de edad dejó los estudios para alistarse a las juventudes hitlerianas y en 1927 entró en la Steirischer Heimatschutzverband Wien (Organización de Protección del Hogar de Estiria en Viena), una división radical del grupo antisemita Heimwehr. En esta organización estuvo durante tres años hasta que en 1930 comenzó su incorporación a la facción austríaca del partido nazi y se unió a las SS austríacas con el rango paramilitar SS-Mann. Esta pronta incorporación a la causa nazi le valió ser considerado como un viejo combatiente o como se les conocía un 'alter kämpfer', algo que daba un gran prestigio y le valió para tener plena autoridad en la dirección del campo de concentración de Plaszow. Además, su desempeño en los aspectos relacionados con los judíos en la Segunda Guerra Mundial le valieron numerosos ascensos con los que ganó popularidad, llegando a participar en la 'Operación Reinhard', el asesinato de los judíos polacos que precedió al Holocausto.
"Yo soy tu Dios"
Los mandatarios nazis le dieron libertad para ordenar lo que considerase y esto lo reflejó en la inauguración de la edificación, cuando aseguró en su discurso: “Yo soy tu Dios”. En sus primeros días, el campo de concentración de Plaszow tenía unos 2.000 presos, pero llegó a albergar hasta 25.000 reclusos. Con autoridad para hacer lo que decidiese sin tener que responder ante nada y ante nadie, asesinó a miles de prisioneros de los 150.000 que se calcula que pasaron durante su estancia como mandatario del campo de concentración. El comandante de las SS asesinaba sin ningún pudor a quien le apetecía de diferentes maneras, mostrando que disfrutaba su “trabajo”.
Su intención era imponerse a base de sembrar el pánico en los reclusos. Atemorizaba a los reclusos no solo para que hiciesen todo lo que se les pedía, sino para que si veían a algún otro recluso que intentaba huir o no hacía su trabajo avisasen. Esto lo hacía con una medida que determinaba que si una persona de un grupo de trabajo intentaba escapar o cometía alguna infracción, todo el grupo sería castigado. Un testigo aseguró que el lugar preferido de Amon Göth para ejecutar a sangre fría a reclusos era la colina de Hujowa Górka, en la que pudo haber asesinado entre ocho mil y doce mil presos.
Amon Göth era un loco a cargo de una infraestructura que era una locura. Era frecuente que vigilase desde su oficina los trabajos forzados de los reclusos y a aquellos que veía que se paraban o que descansaban de sus labores los disparaba. También tenía dos perros, Ralf y Rolf, a los que tenía entrenados para matar a mordiscos a los prisioneros. Asesinaba a su antojo y llegó a matar al cocinero por servir la sopa demasiado fría.
Se mantuvo como máxima autoridad del campo de concentración de Plaszow hasta 1944, cuando los líderes le relevaron de su cargo por los castigos y el trato excesivamente duros y por robar propiedades de judíos, algo que la legislación nazi prohibía al considerar que estas pertenecían al Estado.
Con el fin de la Segunda Guerra Mundial, fue examinado y le diagnosticaron una enfermedad mental y fue internado en el hospital de psiquiatría en Bad Tölz. En mayo de 1945 fue detenido por el ejército nazi y al ser identificado por antiguos prisioneros de Plaszow fue juzgado y el 13 de septiembre de 1946 fue condenado a muerte por “matar, mutilar y torturar”. Le colgaron para cumplir la sentencia, pero en las dos primeras ocasiones no funcionó y fue en el tercer intento cuando finalmente falleció. Sus últimas palabras en la orca fueron “Heil Hitler” mostrando orgullo por las atrocidades cometidas por los nazis y ninguna señal de arrepentimiento.