2019: todas las alarmas antiincendios encendidas este verano tras un año seco

Con la llegada de las altas temperaturas, el riesgo de incendios forestales se multiplica. Por ello, España ya ha puesto en marcha su plan de acción para blindarse contra el fuego, que amenaza nuestros paisajes y fauna.

2019 ha sido un año seco, por lo que esta circunstancia, unida a las previsibles olas de calor, propiciará la aparición de incendios. Si bien es cierto que 2018 fue el mejor año del siglo XXI en materia de incendios y el segundo desde que hay registros, gracias en buena medida a que fue un año lluvioso y un verano más suave de lo normal, en 2019 las alertas vuelven a estar al máximo nivel. En lo que llevamos de año, se han registrado ya 5.550, el doble que al año pasado y un 12% más de la media de la última década.

En cuanto a la superficie quemada, el fuego ha arrasado ya 35.000 hectáreas, el triple que el año pasado por estas mismas fechas y un 23% más que la media. Algunos territorios temen especialmente la llegada del verano, dado a que se tratan de zonas especialmente vulnerables. Es el caso de Doñana, que ya en el mes de mayo registró su primer incendio a la altura de Los Mimbrales, en la localidad onubense de Almonte.

Y es que los vecinos de la zona no olvidan el 24 de junio de 2017, cuando en Moguer se originaron las llamas que afectó a su parque natural. Las llamas obligaron a desalojar unas 200 personas del Parador de Mazagón, el Centro de Experimentación de El Arenosillo, algunos de los campings... Se cortaron las carreteras aislando a 50.000 personas en Matalascañas. Las llamas fueron extinguidas el 4 de julio de 2017. El balance de daños fue inmenso: 8.400 hectáreas calcinadas e importantes pérdidas económicas, tanto a nivel de destrozos como en turismo, que representa buena parte de la economía del entorno.

En estos casi dos años, las administraciones y los diferentes colectivos se han volcado en la recuperación de este espacio natural. En declaraciones a COPE.es, el portavoz de la plataforma “Salvemos Doñana”, Juan Romero, ha remarcado que el monte se está regenerando de manera natural: “No tenemos ya esa estampa de color negro ceniza. En general es un paisaje verde, pero sin árboles, ya que el pinar quedó completamente arrasado. Está siendo más fácil la recuperación de los matorrales que se ubican en la zona más cercana a las dunas, en las proximidades del mar.”

El fuego se produjo como consecuencia de una negligencia, mientras se procedía a la quema de carbón, a una temperatura que rondaban los 40 grados: “Estaban haciendo fuego en un área sin cortafuegos. Lo peor de todo es que no aprendemos. Recientemente hubo un conato de incendio en la misma zona debido al mal estado de los cables. En materia preventiva seguimos sin aprender. Este año, que ha llovido poco, vamos a tener un verano calentito.”