Adiós al horario intensivo de verano ¿sería posible mantenerlo todo el año?
4 de cada 10 trabajadores prefiere mejorar su horario que su sueldo
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4 de cada 10 españoles renunciaría a una subida de sueldo a cambio de flexibilidad laboral, concretamente, de tener una jornada intensiva durante todo el año, según el “Estudio Tendencias en Recursos Humanos 2023” de Sodexo Beneficios e Incentivos. A pesar de que los horarios profesionales son un elemento clave para atraer y retener talento y para motivar a los trabajadores, muchas empresas en España solo los implantan en verano. El que este modelo no se imponga todo el año se debe, según los expertos consultados por COPE, a factores culturales, tecnológicos y de gestión.
4 de cada 10 profesionales en España tienen jornada intensiva todo el año según refleja el “Informe sobre Horario Laboral 2022” de InfoJobs. En su última estadística al respecto de 2020, en plena pandemia de COVID, el Instituto Nacional de Estadística (INE) elevaba hasta 6 de cada 10 los ocupados con jornada continuada, 12,3 millones de trabajadores en nuestro país. En el extremo opuesto y, aquí los datos coinciden, 3 de cada 10 trabajadores tienen horario partido todo el año lo que alarga la jornada laboral.
Manuel tiene 41 años, trabaja en la producción de joyas y disfruta de un horario intensivo todo el año: “estoy encantado, voy de 7h a 15h todo el año y tengo toda la tarde libre con lo que me da tiempo a hacer todo lo que quiero. Llevo 8 años así y no lo cambiaría. Es que además sé que a la empresa le salen los números y que yo rindo igual porque cuando tienes jornada partida después de comer te entra el bajón y ya no haces lo mismo”.
Su pareja Sara de 36 años solo disfruta del horario intensivo en los meses de verano “lo justo y ya está, en septiembre, vuelta a la normalidad. Me gustaría tenerla todo el año porque te ayuda a conciliar con la niña, pero a la empresa le gusta cubrir el horario y están muy implantados los horarios de todo el día salvo el viernes que sí tenemos horario intensivo, algo que se agradece un montón”. Como Sara que es administrativa y, según el informe de InfoJobs, el 6 por ciento de los trabajadores tiene jornada intensiva al menos 1 día por semana a lo largo del año, generalmente el viernes.
El horario intensivo no está recogido como un derecho de los trabajadores. Cada empresa ofrecerá o no la posibilidad de implementar esta jornada que también puede estar recogida en el convenio colectivo. Hay sectores en los que resulta más complicado y también en empresas de menor tamaño. Cuando se aplica, el número de horas de trabajo suele reducirse de 8 a 7 siendo los horarios más frecuentes de 7h a 14h o de 8h a 15h. Muchos estudios señalan las ventajas de este tipo de jornada continua tanto para los trabajadores como para las empresas. Los profesionales ganan en conciliación, motivación y desconexión y la empresa en productividad y competitividad.
¿Qué frena entonces la implantación generalizada de la jornada intensiva?
Tras años de experiencia profesional como psicólogo especializado en el ámbito laboral, Tomás Santa Cecilia, es partidario de la jornada intensiva durante todo el año por lo que ve a diario en su consulta: “la gestión del tiempo preocupa mucho y lo que veo es que la gente está cansada, que no duerme bien y así es difícil que sea productiva”.
Y, todo según subraya, porque “todavía en España pasar más tiempo en el trabajo es sinónimo de mayor productividad y es al revés. Nuestro país tiene horarios laborales bastante más extensos que la mayoría de los países europeos y, sin embargo, no somos más productivos, con lo que algo está fallando: llegamos tarde a casa y cansados al trabajo”.
El foco hay que ponerlo, según Santa Cecilia, en la gestión laboral: “debemos mejorar el rendimiento y la productividad y esto compete tanto a la alta dirección como a los recursos humano porque si un empleado llega contento y descansado al trabajo el rendimiento aumenta considerablemente. Tenemos que cambiar un poco los horarios y tenemos dos grandes retos: acelerar la digitalización y mejorar la conciliación”.
Admite que no en todos los trabajos ni sectores es posible concentrar los horarios laborales, pero sí considera que se podrían extender más en nuestro país, algo que recuerda forma parte de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Según el citado informe de InfoJobs, el 74 por ciento de los trabajadores afirma que la jornada intensiva ayuda a la organización con los hijos o con personas dependientes; el 69 por ciento considera que fomenta la motivación, el 65 por ciento que limita las horas extra impagadas y el 63 por ciento que mejora la productividad laboral.
Otro estudio de “PageGroup” de 2019 señalaba que reducir el tiempo de permanencia en la oficina fomenta que el trabajador tenga mayor capacidad de planificación y, sobre todo, de concentración para sacar el mismo trabajo o más en menos tiempo. Otras investigaciones apuntan a menores niveles de estrés, mayor autoestima y un descenso del absentismo lo que, de nuevo, beneficia a la empresa que con la extensión de la jornada intensiva a todo el año ve además mejorada su imagen tanto interna como externa.
Además, y según un informe de la consultora Conecta, el 67 por ciento de los trabajadores aprovecha la tarde libre para formarse, el 73 por ciento lo hace ya sea en su sector laboral o en otro según InfoJobs.
Sin embargo, no todo es positivo de la jornada intensiva. Según explica a COPE la consultora y coach experta en Recursos Humanos María Baigorri “mantener una jornada intensiva todo el año es cansado, el tiempo de trabajo seguido es más prolongado al haber menos descansos, hay que madrugar más para terminar antes y eso al final emocionalmente también se puede pagar. También afecta a la socialización porque cuando tú tienes como una especie de sprint todos los días, esto al final genera una tensión que te impide relajarte, reírte, hacer algún chascarrillo o tomarte un café con los compañeros y esto tampoco es bueno”.
Lo ideal es, subraya Baigorri, es la flexibilidad y que haya una comunicación franca y transparente tanto de las necesidades tanto de las personas que forman parte de la organización como de la empresa que puede temer no poder satisfacer la demanda de su negocio mediante una generalización del horario intensivo todo el año: “nada es blanco y negro, hay modelos híbridos que pueden funcionar, estableciendo el horario partido para unos días y el intensivo en otros dentro de una misma semana como ya ocurre con los viernes”.
Considera que “muchas empresas se han tomado la pandemia como un Kit Kat y quieren volver al modelo anterior, a lo que antes les funcionaba. Pero esto es una creencia que muchos trabajadores, especialmente los jóvenes, rechazan porque las necesidades de las personas van cambiando y gracias a la tecnología lo que antes era imposible ahora si es factible. Tanto las compañías como los trabajadores deben plantearse no solo el porqué de cualquier cambio de horario sino también el para qué”.
El adelanto electoral ha dejado en el cajón una ley que tenía por objeto modificar la organización de las jornadas laborales, la llamada Ley de Usos del Tiempo de Trabajo y Racionalización Horaria. Sin hacer referencia a la jornada intensiva, si incluye entre sus propuestas una reducción progresiva de la jornada laboral pasando de las 40 horas semanales actuales a las 37,5 en 2026 y a las 32 horas semanales en 2032 además de incluir la recomendación de terminar el trabajo a las 18h. Y todo sin contar con la semana laboral de 4 días que el Gobierno del Reino Unido está probando de forma experimental y sobre la que también en España sigue abierto el debate.
7 de cada 10 empresas no ven viable la implantación de esa semana laboral de 4 días de la que son partidarios 2 de cada 3 trabajadores según la XXVI Edición del Informe Infoempleo Adecco: Oferta y Demanda de Empleo en España. La negativa de las compañías se debe a la falta de margen de beneficio para mantener los salarios. Según este informe 7 de cada 10 trabajadores confirman que durante 2022 su empresa ya nos les facilitó la posibilidad de teletrabajar.
Actualmente en España el 49 por ciento de las empresas trabajan en formato completamente presencial frente al 48 por ciento que ha adoptado un modelo híbrido, la opción favorita para 7 de cada 10 trabajadores. Tan solo el 2,5 por ciento de las empresas posibilitan este año un trabajo completamente en remoto, según el informe de Sodexo.