De Albacete al Everest: tres chavales con discapacidad, en el techo del mundo

Detrás de Jose, de Jesús y de Alejandro está siempre AMIAB, una asociación con sede central en Albacete para la inclusión de personas con discapacidad

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De Albacete al Everest: tres chavales con discapacidad, en el techo del mundo

Carmen Labayen

Publicado el - Actualizado

5 min lectura

Jose, Alejandro y Jesús no habían salido nunca de España. Tampoco tenían gran experiencia en montaña pero, cuando les propusieron ser parte del primer trekking inclusivo en el Himalaya, no lo dudaron. Ni tuvieron miedo ni vieron límites al proyecto que les presentaron sus monitores en la asociación de la que son parte en Albacete centrada en la plena integración de personas con discapacidad como ellos. Se trataba de pisar el techo del mundo.

Se lanzaron y tras caminar durante 12 días a temperaturas de 20 grados bajo cero lograron el que inicialmente parecía un objetivo inalcanzable, llegar al campo base del Everest. Toda una aventura a 5.500 metros de altura que cuentan en COPE y por la que han recibido la Medalla al Mérito Deportivo. Son todo un ejemplo de superación.

“Me dijeron ¿te vienes al Everest? y allá que nos fuimos. Era la primera vez que hacíamos deporte y la primera vez que íbamos al techo del mundo. Ha sido una aventura espectacular, unas sensaciones muy buenas a pesar del frio. Estamos muy orgullosos de lo que hemos conseguido” explica a COPE Jose Urbano, de 29 años y uno de los tres chavales protagonistas de la expedición.

Reconoce que fue duro pero, como sus dos compañeros, habla de una “experiencia inolvidable de la que no nos arrepentimos”. Si algo aprendieron señala es que “si se quiere, se puede conseguir con fuerza y con voluntad y, que si hemos hecho esto, podemos hacer otras cosas que nos propongamos, que a partir de aquí se abren más puertas”.

Para Jesús Bermúdez, de 25 años y como Jose con discapacidad intelectual, lo peor fue “la peligrosa mezcla del frío, la altura y el estar en una zona hostil”. Todo quedó olvidado cuando lograron llegar a la meta.

“Llegué de los primeros, fue muy emotivo, mis sentimientos estaban a flor de piel y empecé a llorar de la emoción. Después el ver llegar a los demás fue un momento muy alegre, verles subir hacia el objetivo, animándoles” recuerda con una sonrisa de oreja a oreja.

Considera que ha sido un experiencia muy importante porque “me hace ver que puedo ir a más constantemente y superarme” y también porque con o sin discapacidad “ahora pienso que cualquier persona si se propone un objetivo, con tiempo, paciencia y esfuerzo puede llegar a conseguirlo tarde lo que tarde”.

Es algo que no comparte del todo el tercero de la expedición Alejandro Martínez de 26 años para quien no todas las metas son alcanzables. En este caso si lo fue. “Ha estado bien la experiencia, sobre todo la alegría de haber llegado hasta el final”, nos cuenta.

Que querer es poder es algo que tampoco tenía claro el fotógrafo y realizador Alvaro Sanz hasta que se embarcó también en la aventura. De ella y filmando en solitario ha hecho un documental “La Cumbre es el Camino” que se estrena este mes y que podrá verse también por streaming.

“Llevo 25 años contando historias y sin duda ésta es la más satisfactoria, la que más felicidad me ha aportado, que más satisfacción me ha dado acabar y darle al play y con la que más he llorado” explica a COPE.

Con este documental Sanz espera que su obra sea útil “primero para dar fuerza y voz tanto a los monitores como a los chicos y espero que pueda ayudar a mucha más gente, a chicos con algún tipo de discapacidad o familias que creen que sus hijos no van a poder hacer ésto o aquello y también a la sociedad, hacer ver que todo requiere de un esfuerzo y que si nos marcamos objetivos y vamos a por ellos, los vamos a conseguir “.

De que lograran romper barreras en Nepal y caminar desde la ciudad de Lukla hasta los pies de la montaña Ama Dablam se encargaron también el reconocido alpinista Álex Txikon y los montañeros Ramón Portilla y Oscar Cardo además del personal local en la cordillera más alta de la tierra. Para ellos el contacto con los chavales fue un puente hacia un mundo, el de la discapacidad, con el que no suelen compartir montaña.

“Me impresionó mucho su actitud y que siguieran para adelante en lugares en los que ya se ha evacuado a gente, con gran respeto a la montaña pero sin miedo”, subraya Txikon.

Detrás de Jose, de Jesús y de Alejandro está siempre AMIAB, una asociación con sede central en Albacete para la inclusión de personas con discapacidad. Laura Maranchón fue una de los cuatro monitores de la organización que formaron parte de la expedición al Himalaya y un viaje según explica a COPE “nos ha cambiado a todos en todos los niveles sobre todo a los chavales que se han dado cuenta de lo que son capaces de hacer y nos han dado 35.000 vueltas en todos los aspectos”.

“Hemos estado en condiciones tan adversas y hemos pasado por cosas tan difíciles que ellos también me han ayudado a mí en momentos específicos del trekking. Hemos sido compañeros. Ha sido un trekking inclusivo porque han venido personas con discapacidad a hacer un trekking invernal al Everest, que eso no se puede decir todos los días, pero es que además ha sido inclusivo”, subraya Maranchón.

Y es que más que llegar ese era el objetivo fundamental, señala, hacer equipo, el trabajo conjunto de personas con y sin discapacidad: “no nos matábamos con que teníamos que llegar sí o sí al campo base del Everest, llegáramos donde llegáramos habíamos llegado, todos juntos, fin".

La filosofía desde el principio fue que "mientras los chicos pudieran, para adelante" y según recalca "son ellos los que nos enseñan”.

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