Un albañil gana 123 millones en el Euromillones y sorprende a sus vecinos con lo que hace nueve meses después

Ser agraciado en un juego de azar siempre supone un motivo de alegría. Muchas de las personas agraciadas tienen dinero y un poco más no les viene nada mal para seguir viviendo con tranquilidad, aunque a otras parece solucionarles la vida, pues te embolsas una cantidad que nunca habías pensado tener. Esta acción también supone una gran satisfacción para la empresa que lo proporciona, pues consigue el prestigio y hace que los ciudadanos acudan en masa a ella a probar suerte, aunque no todo es siempre tan fácil.

En el caso de premios numéricos como la Primitiva, la Lotería, la Bonoloto o el Euromillones, hay personas que, de manera habitual, juegan una serie de números. Cada semana acuden a su administración de referencia y apuestan a los mismos números, esos que llevan jugando toda la vida, que en algún momento fueron los de sus padres o que simbolizan fechas especiales.

Si resulta agraciado, es importante pensar bien en qué vas a invertir el dinero, ya que en muchos casos se trata de cantidades muy grandes que parece que van a dar para mucho, pero si se derrocha la historia puede terminar mal. Además, es habitual pensar en la gente de tu entorno cuando recibes un premio de estas características. Esto es lo que hizo Steve Thomson.

Gana el Euromillones y sorprende a sus vecinos por lo que hace con el premio

Se trata de un albañil inglés que resultó agraciado con un premio millonario. En concreto, jugando al Euromillones consiguió ganas 105 millones de libras esterlinas, lo que supone más de 123 millones de euros. Se trata de una cifra realmente cuantiosa, pero lo curioso de esta historia es a lo que ha destinado este ciudadano buena parte del dinero.

En primer lugar, no fue alardeando de haber sido agraciado y durante los siguientes meses siguió trabajando con normalidad, cumpliendo con los compromisos laborales que ya había adquirido previamente. Pero también tuvo tiempo para acordarse de sus vecinos y gente cercana, como cuenta el diario 'Mirror'.

Thomson decidió compartir su fortuna y dar sumas importantes de dinero a otros. En concreto, 50.000 libras fueron a parar al colegio al que asisten dos de sus hijos y otras 50.000 fueron donados al centro médico de su pueblo, todo ello para que sus vecinos puedan tener una mejor educación y sanidad, al menos en una pequeña parte. El club de cricket del pueblo también recibió parte del Euromillones, en concreto, para ellos fueron 100.000 libras, y es que Steve es muy fan del equipo.

Y aunque tardó unos meses en comenzar a gastar los millones con los que fue agraciado, también se compró algo para él y su mujer. Nueve meses después de que la suerte llamara a su puerta, adquirió una furgoneta de segunda mano para él y un coche para su mujer, Lenka.