La historia del cuadro con el que los soldados ucranianos se burlan de Putin en redes sociales
'Cosacos zapórogos escribiendo una carta al Sultán', es el nombre de la obra artística que los soldados ucranianos han imitado para ensalzar el valor de su país y su ejército
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La guerra genera imágenes impactantes no aptas para todas las sensibilidades, desde imágenes más dolorosas y complejas de asimilar, hasta auténticas escenas de incredulidad y fascinación como por ejemplo, la historia de la que hoy vamos a hablar. Ucrania lleva prácticamente una semana en una situación hostil, de invasión por parte del ejército ruso, y en una constante incertidumbre provocada por quienes están llamados a generar el caos en cualquiera que sea el territorio que luzca la bandera azul y amarilla del país.
Sin embargo, no todo es caos y desconcierto, y hay ciertas imágenes que quedan para la historia; no solo por el hecho del significado que tienen, sino que a veces también, por el motivo artístico que tiene detrás. Una visión de homenaje que busca rememorar otra época en la que el final de la batalla benefició enormemente al bando ucraniano, victorioso y ensalzado, ante otro rival que como en esta ocasión con la Federación de Rusia, desequilibraba la balanza a su favor.
Cosacos zapórogos escribiendo una carta al Sultán, es un cuadro creado por el pintor ucraniano Iliá Repin durante varios años, en concreto once en total, entre 1880 y 1891. La pintura muestra una supuesta escena de la historia ucraniana. La imagen está ambientada en 1676 y se basa en la leyenda de que los cosacos ucranianos enviaron una carta al Sultán Mehmed IV del Imperio otomano, después de derrotar a su ejército en batalla, y ante la insistencia del Sultán para que –a pesar de esta derrota– aceptaran su dominio.
Tal y como cuenta la leyenda, los cosacos replicaron en forma poco común. Redactaron un escrito repleto de insultos y obscenidades. La carta original no ha sobrevivido; sin embargo, en la década de 1870 un etnógrafo aficionado de Yekaterinoslav (hoy Dnipró), halló una copia hecha en el siglo XVIII. Él la entregó al historiador Dmytró Yavornytsky, que casualmente la leyó ante sus invitados, entre los cuales estaba el pintor Iliá Repin. Repin se interesó respecto a la leyenda y en 1880 empezó a trazar el primer bosquejo del cuadro.
La obra de arte refleja la diversión de los cosacos al leer el ultimátum del Sultán, y dictar y leer la sarta de vulgaridades que constituyó la respuesta. En la época de Repin, estos amantes de la guerra y la libertad eran objeto de gran simpatía popular, y el mismo pintor los admiraba: «Todo lo que Gógol escribió sobre ellos es verdad...¡Bendita gente!... nadie en el mundo ha mostrado ese espíritu de libertad, igualdad y fraternidad».
Una imagen remasterizada
Precisamente los soldados ucranianos han querido reflejar de igual manera en el presente, aquella imagen tan icónica de la historia de las batallas de tiempos pasados en los que el ejército ucraniano logró hacer retroceder y mofarse a gusto del Sultán otomano. Por el momento, las tensiones siguen por todo lo alto en Ucrania y la sensación es que permanecerán así durante un tiempo. Las tropas ucranianas tiran de valor y amor por lo propio para mantener la protección de sus raíces.