2 de cada 10 muertes al volante están relacionadas con el sueño, ¿cómo se puede limitar el riesgo de fatiga?

Monotonía, falta de descanso o condiciones que requieren de mucha concentración, son los factores que más somnolencia generan

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2 de cada 10 muertes en el volante están relacionadas con el sueño

Carmen Labayen

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Hay muchos aspectos en el coche que aumenta el riesgo de fatiga al volante. Según recoge la guía para conductores de la Dirección General de Tráfico (DGT) estos son los principales:

-La monotonía de la conducción. Ocurre cuando nos encontramos en un entorno que nos resulta cómodo y que es repetitivo como cuando conducimos por autovías de gran tamaño y parece que nada a nuestro alrededor está cambiando.

-Las condiciones desfavorables, entre ellas, la lluvia, la niebla, la nieve o la conducción nocturna. Exigen mucha mayor concentración por parte del conductor y aceleran la aparición de la fatiga.

-El exceso de horas conducidas sin descanso. No parar como recomiendan desde la DGT cada 200 kilómetros o cada 2 horas también nos hace más propensos a sentir sueño y cansancio. Unos kilómetros o tiempos que deben recortarse en caso de alta densidad de tráfico, que nos exige estar muy pendientes al vehículo de delante; cuando circulamos por una vía desconocida; cuando el asfalto es irregular y produce un continuo movimiento en el coche o cuando la luz impacta directamente en la cara de la persona que lleva el vehículo porque son situaciones que agotan al conductor.

-El diseño del vehículo también puede influir en la fatiga del conductor con elementos como una temperatura muy elevada del habitáculo, un mal estado del vehículo, ya que puede producir sonidos y movimientos muy exigentes o incluso ser un elemento distractor para el conductor y, por último, un diseño poco ergonómico del asiento puede favorecer la aparición del sueño.

¿Cómo puede un conductor limitar el riesgo de fatiga?

Evitar la aparición de somnolencia al volante o limitarla pasa por:

-Descansar regularmente.

-Circular a la velocidad recomendada, ya que las altas velocidades requieren mucha concentración y fomentan la aparición del cansancio.

-No realizar esfuerzos físicos en los momentos anteriores de la conducción para tener el cuerpo descansado.

-Conducir de la manera habitual evitando, por ejemplo, viajar por la noche cuando no sueles hacerlo porque aumentará el riesgo de fatiga.

-Comer e hidratarse suficientemente evitando una alimentación copiosa y, por supuesto, tomar alcohol.

De hecho, para Cristina, que es una conductora experimentada, “la gente que para a comer en buenos restaurantes se mete una comilona y luego a la hora de la siesta coge el volante también es un peligro”. Explica que “cuando más veces he sospechado que un conductor se estaba quedando dormido por una corrección muy brusca, ha sido precisamente sobre la hora de la siesta.”

¿Cómo saber si está cansado al volante?

El conductor debe ser consciente de su estado físico y considerar si está preparado para conducir, o no. Los síntomas del cansancio se hacen notar especialmente en los ojos, provocando que la visión esté borrosa e incluso doble, el aumento de parpadeos unido a la dificultad de mantener los ojos abiertos es otro síntoma de cansancio.

Si el conductor no es consciente de su estado, el copiloto también puede darse cuenta de que su acompañante no se encuentra en condiciones óptimas para conducir, si el copiloto aprecia que el conductor realiza muchos cambios de postura, estiramientos, muchos bostezos, si se acomoda constantemente en el asiento y si mueve las manos con regularidad significa que está cansado.

Debemos tener muy en cuenta que la fatiga, y en general, el cansancio el cuerpo lo combate con el sueño. No debemos ignorar las señales que manda nuestro cuerpo para avisarnos que debemos descansar, ya que, en el caso de desoír esas señales y no aplicar los métodos “anti sueño” que hemos señalado terminaremos provocando un accidente y probablemente muertes.

Como explica Montoro: “tener dificultades para mantener la cabeza erguida, no recordar lo que ha pasado en los últimos kilómetros, moverse mucho en el asiento o incluso tener tendencia a ir hacia el centro de la calzada, son indicadores de sueño. En estas situaciones la parada debe ser inmediata o habrá un accidente”.

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