1 de cada 4 personas tendrá un problema de salud mental a lo largo de su vida
La prevención podría reducir en más de un 30% la incidencia de trastornos mentales
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Sueño, cansancio, mal humor, cambio de hábitos en comidas o pensamientos suicidas. Estos son algunos de los síntomas de una posible depresión. En España, 1 de cada 10 personas están diagnosticadas con un problema mental o psicológico y se estima que el 25 por ciento de la población tendrá un problema de salud mental a lo largo de su vida. ¿Algo evitable? Sí dicen los expertos que consideran que con una adecuada prevención se podría reducir un 30 por ciento la incidencia de los trastornos mentales.
En los últimos años la prevención de la salud mental se ha hecho cada vez más visible, pero aún existe una gran estigmatización y temor a acudir al psicólogo o psiquiatra para pedir ayuda. España es el país del mundo que más ansiolíticos consume. Mercedes Bermejo, vocal del Colegio Oficial de Psicología de Madrid advierte que “la venta de antidepresivos se ha disparado en 2021 en más de un 10%”. Añade que “de los trastornos que hay en la edad adulta, entre el 70-75% tienen su origen en la infancia y la adolescencia”.
Las enfermedades mentales más frecuentes en España
La depresión, es una enfermedad que tiene un enorme impacto en la sociedad. Cuatro millones de personas lo padecen en nuestro país. Te provoca un estado de ánimo de desesperanza y se manifiesta con el llanto frecuente sin motivo aparente y descuido de las relaciones sociales y profesionales.
El 15 por ciento de la población española sufre ansiedad. Permanecen siempre en estado de alarma y estresadas por cuestiones que no existen o escapan a su control.
Cerca de medio millón de personas padecen esquizofrenia en España. Hace que el paciente pierda el control con la realidad y deteriora su capacidad para controlar sus pensamientos y emociones.
¿Cómo afrontar esta situación?
La prevención es fundamental para reducir la ansiedad y la depresión. Según la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM) https://sepsm.org/, una atención temprana desde la infancia y la adolescencia podría reducir en un tercio la incidencia de los trastornos mentales. La OMS ya ha advertido que 2030 la primera causa de discapacidad será la enfermedad mental.
Ejemplos prácticos
La educación en los colegios y en el ámbito familiar son fundamentales. Helena López-Casares, doctora en Neurociencia Cognitiva y profesora de la Universidad Europea cree que “la conducta de los adultos, como tratan un problema, lo que cuentan en casa y cómo los vemos actuar se queda en los más pequeños, crean poso y forman creencias que generan actitudes en la vida”.
También es fundamental formar al profesorado en prevención y detección de casos. En el Instituto Julio Caro Baroja en Pamplona trabajan con el modelo pentacidad, donde enseñan a todos los alumnos a conocer, expresar y dirigir sus emociones.
Está totalmente integrado en su modelo educativo y en cada asignatura. Son los propios alumnos los que cuando no han hecho algo bien describen donde han fallado y ponen sobre la mesa una posible solución, lo hacen rellenando un compromiso de convivencia que firman las familias y supervisa y dirige el profesorado.
Una de las coordinadoras de este centro pionero Beatriz Martínez explica en COPE que “enseñan a los alumnos a mostrar sus sentimientos y a ayudar a los compañeros a superar cualquier crisis”. Llevan varios años con este método y han notado que han mejorado las notas, la convivencia y hasta la asistencia.
El condicionante genético
El doctor Celso Arango, director del instituto del psiquiatría y salud mental del Gregorio Marañón cree que hay que empezar a tratar la salud mental incluso antes de nacer.
Una embarazada con estrés, que consuma drogas, sufra abusos o maltratos es más probable que tenga luego un hijo que sufra algún tipo de problema de salud mental. Incluso la forma de llegar al mundo puede afectar en nuestras emociones. “El 80% de los niños muy prematuros, por debajo de 600 u 800 gramos, sufre un trastorno en el desarrollo, desde discapacidad intelectual hasta autismo”, explica Arango.
La covid también ha pasado factura
La pandemia del coronavirus ha empeorado los datos, especialmente entre los más jóvenes, el 16% sufre ansiedad y depresión. En España, desde marzo de 2019 a marzo de 2021, los diagnósticos relacionados con trastornos relacionados con la salud mental han aumentado un 10% en pediatría. Los datos oficiales sobre el suicidio reflejan que en 2020 los casos entre niños y niñas menores de 15 años se duplicaron. La tasa de pensamientos suicidas se sitúa en un 10,8%. Las ideas suicidas, intentos de suicidio y autolesiones representó la cifra de 7.770 peticiones de ayuda, lo que significa que se han multiplicado por 18,8 en la última década.
Paula tiene 21 años, a raíz de la pandemia y la vuelta a la “normalidad” comenzó a notar muchos dolores de tripa y ataques de ansiedad. Acudió a un especialista gracias al apoyo y el consejo de su madre. Ella sabe que su problema venía de antes de la llegada del coronavirus, pero fue a partir de pasar tiempo en casa y a solas cuando acabó manifestándose.
En su caso no había recibido educación socioemotiva en el colegio, explica Paula que considera que “eso me habría ayudado a identificar el problema antes de llegar a la crisis”.
La mejor inversión
España es uno de los países que menos recursos económicos destina al gasto sanitario en salud mental, un 20 por ciento menos de media que el resto de Europa. Según el informe “Headway 2030-Mental Health Index”, sólo destinamos el 5 por ciento del gasto sanitario a la salud mental, frente al 10 por ciento que dedican de media el resto de países de la Unión Europea.
Incrementar el gasto es fundamental porque además a largo plazo supondrá un ahorro para las arcas públicas. Según un estudio del London School Economics (LSE), por cada euro que invertimos en Atención Primaria se acaban recuperando 43 euros. Y por cada euro en formación del profesorado para la prevención y detección de casos se recuperan 83 euros.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre los 10 y 30 años de vida los trastornos mentales generan más discapacidad que el resto de todas las enfermedades juntas.