La cara B de la pandemia: los que no ahorran

Son aquellos que han gastado ya todo lo que tenían y se ven abocados, algunos por primera vez en su vida, a pedir ayuda

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La cara B de la pandemia: los que no ahorran

Carmen Labayen

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Se ha hablado mucho del aumento de la capacidad de ahorro durante la pandemia ya que con la movilidad restringida algunas familias han gastado menos. También en previsión de tiempos difíciles que para otros han llegado precisamente en esta crisis. Son la cara B de la pandemia: los que han gastado ya todo lo que tenían y se ven abocados, algunos por primera vez en su vida, a pedir ayuda.

En casi 1.200.000 hogares en España nadie en activo tiene trabajo. 200.000 de ellos se han visto abocados a esta situación durante la pandemia. Muchas de estas familias como la de Miriam, de 34 años y actualmente en paro, no ahorran nada. El 25 por ciento ha perdido en 2020 una cuarta parte de sus ingresos y el 45 por ciento de los hogares vieron reducida su capacidad de gasto según el último Indice de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) de solvencia familiar .

Justo al inicio de la pandemia, Miriam decidió trasladarse de Madrid a Canarias con su hijo de 12 años para tratar de conseguir un empleo en el sector hotelero. A punto de ser contratada en marzo de 2020, la puesta en marcha del primer Estado de Alarma dio al traste con esta oportunidad de empleo.

En pleno confinamiento severo y con su permiso de trabajo en regla tras obtener asilo en España, Miriam que es de origen peruano y lleva dos años y medio en nuestro país explica a COPE cómo tuvo que lanzarse.

"Recorría kilómetros por la isla de Fuerteventura para tratar de buscar un trabajo de lo que fuera y cualquier cosa que me salía la cogía aunque ello implicara salir de mi casa a las seis de la mañana o terminar a las once de la noche” señala.

Y así logró varios contratos para limpiar varias oficinas e incluso un puesto de trabajo fijo a horario completo. Fue su mejor momento laboral.

“Conseguí ese trabajo en atención al cliente en una tienda de telefonía móvil, pero decidí combinarlo con uno de los trabajos de limpieza por la noche más que nada para poder mejorar mi situación y la de mi familia” nos cuenta.

Todo cambió cuando no le renovaron los papeles a pesar de estar embarazada y de tener una importante discapacidad auditiva. Perdió también su trabajo y trató por todos los medios de recurrir la decisión administrativa. Sin éxito.

Miriam está ahora en Madrid, sin trabajo ni ingresos más que un pequeño colchón que pudo rescatar de su país. En tres semanas nacerá su segunda hija a la que llamará Mía Calesi “todo un regalo y una bendición”, subraya en su entrevista con COPE como también su hijo mayor, Matías.

Ellos son su motor y su familia y cuentan con dos valiosos apoyos. El casero que les ha alquilado la casa en Madrid a pesar de conocer la precariedad de su situación además de todas las personas que han contribuido de forma solidaria para que pueda amueblarla.

Y la ayuda de Cáritas, que en pleno embarazo de riesgo para Miriam y con una importante necesidad de medicación le financia esos fármacos además de los audífonos que necesita por su fuerte discapacidad auditiva.

Hasta ahora había salido adelante por sus propios medios y es lo que confía en hacer una vez que su bébé tenga unos meses “voy a trabajar y si tengo que trabajar el doble pues lo haré, todo por mis hijos. Me ha costado lágrimas todo, pero me las he limpiado y he pensado en que todo esto es una prueba más y en que tengo que pasarla para salir adelante”.

Como Miriam 500.000 personas han acudido a Cáritas por primera vez durante la pandemia. Y es que “las organizaciones no gubernamentales han visto duplicarse o incluso triplicarse en los últimos meses la demanda social”, explica a COPE Luciano Poyato presidente de la Plataforma del Tercer Sector.

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Luciano Poyato presidente de la Plataforma del Tercer Sector

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La crisis sanitaria y económica “ha agravado las dificultades y personas que antes no tenían problemas, ahora están en una situación complicada bien porque han perdido el empleo o bien porque han visto caer drásticamente sus ingresos”, añade.

Ante esta situación además de ayudar y acompañar a todas esas personas en situación de vulnerabilidad piden a las administraciones que garanticen sus derechos con apoyos suficientes para que puedan ejercerlos.

“Si hay algo que también nos parece destacable es que más de dos millones de personas han hecho voluntariado por primera vez durante la pandemia. Y esto demuestra es que cuando los gobiernos no llegan, la gente está ahí”, señala.

A su juicio son tres los factores que influyen para dejar atrás una situación precaria como la de Miriam, “tener un nivel de estudios aceptable, profesionalidad y tener una familia que te ayuda. Sin este apoyo o el que ofrecen las organizaciones del tercer sector es muy difícil salir porque las ayudas públicas no están llegando para demasiada gente”.

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