Cataluña y Andalucía, en el epicentro de la sequía en España

Los expertos creen necesarias nuevas restricciones

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Carmen Labayen, jefa de Sociedad de COPE, dibuja el mapa de la sequía en España

Carmen Labayen

Publicado el - Actualizado

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Las últimas lluvias caídas en España se han repartido de forma desigual y no han mejorado la situación crítica que vive sobre todo en Cataluña, pero también Andalucía, convertidas en el epicentro de la sequía en nuestro país. Un panorama que, según los expertos consultados por COPE, hará necesario la puesta en marcha de nuevas restricciones y limitaciones a corto plazo.

Las reservas hídricas en España crecieron en la última semana, situándose en el 44,6 por ciento de la capacidad total, pero las precipitaciones beneficiaron especialmente al norte del país y no han mejorado la situación en las cuencas catalanas que han caído por debajo del 18 por ciento de su capacidad total y se encuentran en mínimos, en niveles cuatro veces inferiores a la media de la última década.

Lo mismo ocurre en el sur del país con la Cuenca del Guadalete en el 14,7 de su capacidad y con la de Guadalquivir y la Mediterránea Andaluza, que están por debajo del 20 por ciento de su capacidad total. Solo la Cuenca del Guadiana ha mejorado con las últimas lluvias y aun así sigue solo ligeramente por encima de la cuarta parte de su capacidad total.

En esta situación, expertos como el investigador del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Enric Vázquez, abogan por reforzar las medidas restrictivas que ya actualmente limitan el consumo de 6 millones de personas a 210 litros al día, además de las restricciones en los usos agrícolas e industriales que supuso la entrada en vigor del estado de pre emergencia en Cataluña el 29 de noviembre.

“Aunque se ha optado por una solución más gradual, creo que debiéramos haber pasado directamente al estado de emergencia porque la situación es muy crítica y es previsible que a mediados o finales de diciembre tengan que volver a intensificarse las restricciones. Y es que aunque se diga que los niveles de consumo permitidos en Cataluña son ya bajos, aún hay margen para reducirlos”, señala Vázquez.

A juicio de Estanislao Arana, director Académico del Foro de la Economía del Agua: “La pre emergencia es importante para concienciar e ir aplicando las medidas de menos a más de forma gradual. Aplicar medidas de alerta de forma anticipada puede evitar llegar a una situación de emergencia”.

Iniciativas para restringir el uso no solo agrícola e industrial, sino también el consumo humano se ultiman, según ha podido saber COPE, en Andalucía, donde la Junta prepara un nuevo decreto de sequía para, además de restricciones al consumo, implantar tratamientos terciarios en las principales depuradoras para la reutilización del agua, una mejora de la interconexión de los sistemas además de para aumentar la capacidad de desalación y recargar los acuíferos con aguas regeneradas.

Cuencas en niveles muy inferiores a los de la última década

La peor situación está en este momento en Cataluña, con 121 hectómetros cúbicos de agua embalsada en sus cuencas internas, 100 hectómetros cúbicos menos que hace un año y cuatro veces menos que los casi 470 metros cúbicos en los que se ha situado la media embalsada en la última década: “la sequía actual supera todos los modelos y predicciones y también las peores situaciones reales como la sequía de 2007 o 2008. Y todo porque llevamos ya 3 años con aportaciones mínimas”.

También en Andalucía los niveles están muy por debajo de lo normal.

La sequía afecta especialmente a la Cuenca de Guadalete, con 240 hectómetros cúbicos frente a una media de casi 850 hectómetros cúbicos de media en la última década. Le sigue la Cuenca del Guadalquivir, con reservas de algo más de 1.500 hectómetros cúbicos frente a 3.700 hectómetros cúbicos de media de la última década.

También afectada la cuenta del Segura, que tiene algo más de 200 hectómetros cúbicos, la mitad que la media de la última década, y la Mediterránea Andaluza, con solo 230 hectómetros cúbicos embalsados frente a casi 550 de media en la última década. Entretanto la del Guadiana no llega a los 2.500 hectómetros cúbicos, frente a más de 4.500 que supuso la reserva media en la última década.

Hacen falta políticas para paliar la situación

Que mejore la situación depende de cómo evolucionen las precipitaciones y también de las medidas que adopten las administraciones que, según recuerda Arana, “tienen en su poder herramientas para amortiguar y evitar que la situación empeore. Son necesarias medidas a corto plazo, pero también a medio plazo aumentar las infraestructuras para evitar fugas que hacen que actualmente se pierda el 20 por ciento del agua urbana, para favorecer la reutilización de los recursos para el regadío, dejando el agua más pura para el consumo humano. Una situación de sequía como la que vivimos puede ser una oportunidad para acelerar la implantación de estas medidas necesarias”.

Tanto Arana como Vázquez consideran que también la factura del agua va a estar pronto sobre la mesa. Para el Director Académico del Foro de la Economía del Agua, aumentar el precio de este recurso natural esencial hasta equipararlo al coste real generará una mayor conciencia de la escasez y evitará despilfarros.

“La factura del agua no está reflejando el coste en infraestructura y en el tratamiento del agua y esto es algo que vamos a tener que abordar en el corto plazo”, subraya Vázquez.

No hay hoy en día alternativa a los embalses y es que, según Arana, “el 80 por ciento de la aguas de las que disponemos están reguladas y gracias a ello es posible anticipar medidas. Sin reservas, la situación sería dantesca”.

Otra opción es, según subraya Vázquez, la recuperación de pozos y buscar recursos profundos que puedan constituir una reserva exclusiva que pueda ser utilizada, en casos de emergencia, sobre todo para abastecer a la población.

La tecnología una buena aliada

En la búsqueda de soluciones, la tecnología es una buena aliada frente a la escasez de agua, con un uso incipiente de la Inteligencia Artificial (IA) en diversas aplicaciones de consumo, de riego y de abastecimiento, por ejemplo.

“Con la IA aún estamos empezando, pero con los modelos matemáticos de modelación numérica de aguas superficiales o de acuíferos y aguas subterráneas están permitiendo retrasar la declaración del estado de emergencia”, señala Vázquez.

Y todo sin olvidarnos de la apuesta por el Big Data, ya que según el investigador del CSIC: “La automatización de las mediciones e invertir en un refuerzo de las mismas con instrumentos para conocer al detalle y en cada momento los niveles de agua o de los caudales nos va permitirá poder gestionar mejor nuestros recursos hídricos”.

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