¿Cómo afecta fumar en las terrazas al COVID-19?
En el Día Mundial sin Tabaco, los neumólogos invitan a dejar de fumar para evitar riesgos como los que provoca el coronavirus
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El tabaco y los productos derivados del tabaco matan a más de 8 millones de personas cada año en todo el mundo -60.000 en España-. Más de siete millones de esas muertes se deben al consumo directo del tabaco y 1,2 millones al humo ajeno al que están expuestos los no fumadores. El 25 por ciento de las muertes por cáncer en el mundo se deben al consumo de tabaco.
Estos datos que destaca la OMS con motivo del Día Mundial sin Tabaco, se han visto agravados con la pandemia provocada por el SARS-CoV-2. Si el consumo de nicotina y de productos de tabaco aumenta el riesgo de padecer cáncer, enfermedades cardiovasculares y neumopatías, tras revisar estudios, expertos en salud pública de la Organización Mundial de la Salud señalan que los fumadores tienen más probabilidades de desarrollar síntomas graves en caso de padecer COVID-19, en comparación con los no fumadores e incluso fallecer por coronavirus.
Los neumólogos subrayan que la COVID-19 es una enfermedad infecciosa que ataca principalmente los pulmones. Pulmones cuya función está muy deteriorada si somos fumadores. Es más, el tabaquismo añade un factor de riesgo en enfermedades no transmisibles, como las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, algunas enfermedades respiratorias y la diabetes, y las personas que padecen esas enfermedades tienen un mayor riesgo de desarrollar síntomas graves en caso de verse afectadas por la COVID-19.
La nicotina no protege, te expone al coronavirus
Sin duda, los fumadores son más vulnerables a la COVID-19. El acto de fumar supone arrimar los dedos (y los cigarrillos, que pueden estar contaminados) a los labios, lo que aumenta la posibilidad de transmisión del virus de la mano a la boca. Los fumadores también pueden padecer una enfermedad pulmonar o una capacidad pulmonar reducida, lo que potencia enormemente el riesgo de enfermedad grave.
Advierte la OMS sobre el uso de pipas de agua porque se comparten boquillas lo que facilita la transmisión y el contagio del virus y recuerda que los fumadores pueden padecer afecciones pulmonares graves como la neumonía que "incrementan las necesidades de oxígeno".
Sin embrgo, un estudio elaborado por el Hospital Pitié-Salpêtrière de París conseguía sembrar confusión al afirmar que "la condición de fumador parece ser un factor de protección contra la infección por el SARS-CoV-2" y que "se puede sugerir la nicotina como posible agente preventivo contra la infección por el COVID-19". ¿Qué consistencia científica tenía el estudio? ¿Sobre qué evidencias científicas basaba tales constataciones? Y aquí ya flojeaba, se afirmaba que su base cientíca era la literatura científica y las observaciones del propio hospital. Y se citaba al neurólogo Jean-Pierre Changeux, muy conocido en Francia y que tiene la hipótesis de que la nicotina utiliza los mismos receptores ACE2 que utiliza el SARS-CoV-2 para entrar en las células, e impediría la propagación del nuevo coronavirus.
Ante tal afirmación la Organización Mundial de la Salud volvió a remarcar que el tabaco "pone a los pacientes en mayor riesgo de enfermedades pulmonares graves como la neumonía". La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) es tajante al respecto, "la nicotina es la droga causante de la adicción que crea el consumo de tabaco" y remarca que "no existen datos científicos, ni fiables ni contrastados, que permitan asegurar que el consumo de nicotina contribuye a reducir la probabilidad de infección por coronavirus"; por el contrario, sí "existen multitud de datos científicos, fiables y contrastados, que aseguran que el consumo de cigarrillos produce una disminución de las defensas del aparato respiratorio y que facilita las infecciones respiratorias producidas tanto por virus como por bacterias". Un dato más por si hay dudas, "los fumadores multiplican por 2,4 sus posibilidades de desarrollar una forma clínica severa de infección por coronavirus".
Fumar, terrazas y mascarillas: mayor riesgo de contagio por coronavirus
4.500 profesionales de la salud respiratoria recomiendan no fumar en las terrazas y espacios públicos, ahora que con el desconfinamiento y los sucesivos avances de fases vamos a poder ir a tomar algo con nuestras familias y amigos a terracitas y también vamos a poder acceder a las playas, ya en fase 2 y se abriran las piscinas, con toda probabilidad, en una futura fase 3.
¿Por qué lo mejor sería no fumar si estamos al aire libre? Estos expertos que forman parte de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) consideran que las terrazas, sobre todo, "son espacios en los que el riesgo de contagio aumenta tanto para los fumadores como para las personas del entorno" porque "al fumar y exhalar el humo, ya sea tabaco convencional o dispositivos electrónicos, se expulsan diminutas gotitas respiratorias que pueden contener carga viral y ser altamente contagiosa, pero además al fumar es inevitable llevarse la mano a la boca o a la nariz o a la cara, lo cual facilita la entrada del virus en el aparato respiratorio”.
Además, en estos momentos tenemos un nuevo factor de riesgo: las mascarillas. El doctor Carlos A. Jiménez-Ruiz, neumólogo y Presidente de SEPAR lo deja claro, “añadimos un nuevo factor de riesgo, ya que con el uso obligatorio de mascarillas que rige en el momento actual, el sujeto cuando realiza el acto de fumar debe quitársela y ponérsela lo cual aumenta el riesgo de manipulación de la mascarilla y, en consecuencia, el riesgo de contagiarla".
Las gotitas respiratorias, también llamadas gotitas de Flügge, son partículas diminutas, invisibles al ojo humano, expelidas al hablar, toser, estornudar o respirar, que pueden transportar gérmenes infecciosos de un individuo a otro. Estas partículas pueden permanecer hasta 30 minutos en el aire en suspensión y alcanzan hasta los dos metros de distancia, lo cual les permite ingresar en las vías respiratorias de las personas del entorno y contaminar superficies donde pueden permanecer durante horas en función del tipo de material.
Por ello, añade el doctor Signes-Costa, coordinador del Área de tabaquismo de SEPAR que "la evidencia científica ya nos ha demostrado que el coronavirus se transfiere entre personas a través de las gotitas de Flügge y por vías de contacto con superficies por lo que nuestra recomendación ahora más que nunca es no fumar”.
La evidencia científica no deja lugar a duda: los ambientes 100% libres de humo de tabaco son la única manera comprobada de proteger adecuadamente la salud de todas las personas de los efectos devastadores de la exposición al aire contaminado por humo de tabaco. En ese humo hay más de 4.000 sustancias tóxicas, a ellas se puede unir otro enemigo mundial, el SARS-CoV-2 contra el que no paramos de luchar desde hace tres meses y los epidemiólogos advierten de que una segunda ola, igual o más devastadora tanto a nivel de vidas humanas como las consiguientes consecuencias económicas, está por llegar.
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