¿Cómo nos afecta el cambio de hora?

Todos los expertos en la materia coinciden en remarcar que las molestias deben ser transitorias y durar como máximo una semana

¿Cómo nos afecta el cambio de hora?

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

En los últimos tiempos hemos hablado mucho sobre este tema y este sábado ha llegado el día. Toca cambiar la hora. Y con ello, se generarán una serie de inconvenientes para nuestra salud. El cambio de hora suele afectar a la gran mayoría de la población. Suelen ser problemas de salud que pasan desapercibidos, pese a ser generalizados.

Los efectos del cambio de hora son bastante claros:

-Problemas con el sueño. (No poder dormirse a la hora deseada)

-Falta de atención. (Tenemos faltas de concentración producidas por un peor descanso).

-Irritabilidad.

-Molestias gástricas.

Todo depende de la capacidad de adaptación a las nuevas condiciones que tenga cada individuo y eso es cambiante entre unas personas y otras. Como suele ser habitual, los niños y los ancianos son los que tienen más dificultades para adaptarse a estos cambios.

¿Cómo hacer el cambio más fácil a los niños?

La Asociación Española de Pediatría (AEP) aconseja adaptar las actividades rutinarias de juegos, comida y sueño de los niños con antelación para prevenir las alteraciones derivadas del cambio de horario.

Uno de los consejos que ayuda a que el cambio sea progresivo es intentar propiciar la entrada de luz natural 15 minutos antes de despertarlos o ir andando al colegio para estimular la serotonina.

Queda claro que, pese a que parezca algo nimio, los cambios horarios afectan de forma directa en nuestro organismo. Nuestro reloj interno se altera produciendo una serie de desequilibrios que, a veces, no son lo suficientemente grandes como para evidenciarse, pero que afectan de la misma manera a nuestra salud. Aún así, todos los expertos en la materia coinciden en remarcar que las molestias deben ser transitorias de, como máximo, una semana. 

Tomarlo con calma, afrontar los desequilibrios y cambiar los hábitos de manera anticipada pueden ser las claves para olvidarnos de los inconvenientes de un cambio de hora que puede tener los días contados.

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