¿Cómo será la población española dentro de 20 años?

Más habitantes, menos jóvenes, más centenarios y con un gran peso de la inmigración. Así será nuestro país dentro de 20 años

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Más habitantes, menos jóvenes y más centenarios: así serán los españoles dentro de veinte años

Sefi García

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

España ha perdido un millón y medio de niños en los últimos 10 años, según los últimos datos del INE. Sin embargo, la población general ha crecido en un millón setecientos mil habitantes. Son 200.00 habitantes más. La llegada de extranjeros y el hecho de que tengan más hijos que los españoles explica este fenómeno.

En España viven casi cinco millones y medio de extranjeros, el 12 % de la población. La procedencia más numerosa es de Marruecos, son más de 775.000, según datos del INE, superados en número por las personas procedentes de países hispanoamericanos, que son “casi la mitad del total”, nos cuenta Rafael Pujol, catedrático de Geografía Humana y presidente de la UNIR.

“Desde el punto de vista demográfico -explica el catedrático-, que es la base de todo lo demás, vamos a ser algunos más porque seguirá creciendo la población, aunque poco, vamos a tener menos jóvenes, porque la natalidad ha descendido tanto, que el porcentaje de jóvenes va a continuar descendiendo.

Vamos a ser más personas mayores, porque el envejecimiento crece y el envejecimiento de la vejez, los mayores de 80 años va a aumentar, con lo que harán más centenarios”. El mercado laboral tendrá, por tanto “con menos jóvenes, más mujeres, más inmigrantes y más personas mayores”.

Positivo para España

Las personas que venga de fuera, la emigración “se va a convertir en un elemento clave de nuestra evolución, y va a permitir compensar la diferencia entre nacimientos y defunciones que va a ser negativa -vaticina Rafael Pujol-. Será un factor tanto demográfico como económico como social básico de nuestra trayectoria inmediatamente futura”.

Desde el punto de vista ideológico, no grandes variaciones, porque el espectro será muy parecido al de hoy y desde el punto de vista económico, “además de la economía producida por los adultos, habrá economía producida por los seniors aumentarán como productores y como consumidores de servicios que hoy encuadramos en la Silver Economy”.

Si las cosas mantienen su rumbo actual “seremos un país con algunos habitantes más, con una estructura muy envejecida y con una inmigración bastante significativa”.

Y ¿qué nos aportan los inmigrantes? A juicio del profesor Pujol “el balance es positivo”, porque “aportan su presencia en la economía, muy particularmente en aquellos empleos que ya los españoles no quieren desarrollar, y también valor positivo a nuestra demografía, ya no solo por su presencia en el país, también por la contribución que hacen a la natalidad, en torno al 20-22 %, que ayuda a que la tasa no sea tan baja como cabria esperar, sino un poquito más alta debido a los hijos de padres de madre y padre extranjeros”.

Es el caso de Flor. Llegó a España desde la República Dominicana hace 20 años, con apenas 16. “Desde el principio trabajo en hostelería y tengo dos hijos”.

Más inmigrantes subsaharianos

A España están llegando, según los cálculos del catedrático, personas procedentes de distintos países hispanoamericanos, sobre todo, y hay tres focos más: el norte de África, Europa del Este y Asia, en especial de China.

La inmigración en España tiene tres componentes básicos en la actualidad, “es muy probable -augura-, que la inmigración procedente de los países del este de Europa disminuya, porque están envejeciendo y, por su desarrollo económico, también la inmigración lationamericana, donde hay un clarísimo descenso de la natalidad, y el Norte de África se va a convertir en foco de tránsito de una inmigración subsahariana que yo creo que va a crecer significativamente, porque el continente que más va a crecer de aquí al año 2050, incluso duplicando su población va a ser África y muy especialmente el África subsahariana”.

¿Habrá conflictos raciales?

Nuestro país se ha librado por el momento de la violencia en las calles que han protagonizado en otros países de occidente. “En España no ha ocurrido porque somos el país europeo, según índices de Euroestat, que tenemos los grados de xenofobia y racismo más bajos”.

Una encuesta del CIS los españoles nos puntuábamos con un 2,2 en una escala del 1 al 20. El eurobarómetro posiciona bien a los españoles, siendo los cuartos de la tabla que más cómodos se sentirían con un presidente de color y los quintos que no tendrían ningún problema con tener un compañero de trabajo o un hijo con una pareja sentimental negra.

“Esto puede deberse, probablemente, a que mayoría latinoamericanos hablan nuestra lengua, tienen nuestras costumbres, la misma religión, y esa puede ser la razón de que los niveles de rechazo sean tan bajos”. Pero si en el futuro aumenta la inmigración de personas con culturas distintas, “podría producirse un cierto incremento de rechazo a los extranjeros, difícil ahora de prever, pero posible”.

No hay que olvidar, sin embargo, que según el último informe sobre delitos de odio publicado por el Ministerio del Interior, los delitos de odio crecieron un 3,7 % el año pasado, y casi la mitad (el 44 %) están relacionados con el racismo y la xenofobia.

Lo que propone el catedrático para prever futuros conflictos es que se definan “toda una serie de políticas que permitan la integración de esas personas en una sociedad como la española a través de leyes y medidas adecuadas. Hay que felicitarse de que la inmigración no nos haya causado especiales problemas de rechazo y hay que ser precavidos para que en el futuro tengamos los elementos adecuados para luchar contra esa posibilidad”.

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