El consumo en terraza y la compra online han llegado para quedarse

Las terrazas y la compra online seguirán triunfando, pero los expertos consultados por COPE creen que los hoteles se adaptarán a los nuevos hábitos de consumo

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El consumo en terraza y la compra online han llegado para quedarse

Maribel Sánchez Margallo

Madrid - Publicado el - Actualizado

9 min lectura

La crisis sanitaria y económica que arrastramos desde hace 20 meses también ha afectado a nuestras relaciones sociales y hábitos de consumo, como demuestra que las grandes empresas hayan comenzado a replantearse sus objetivos y campañas de márquetin para adaptarse a estos cambios.

Susana González Pérez, profesora de Comercialización e Investigación de Mercados de la Universidad CEU-San Pablo valora estos cambios en declaraciones a COPE: "La pandemia los ha cambiado, pero hay pautas que quedarán y otras no. Dependerá de cómo construyamos esas experiencias sólidas desde la base, entendiendo qué es lo que quieren los consumidores ahora y encontrar la forma de que los usuarios estén lo más cómodos posibles tanto en un establecimiento de hostelería, hotel o una empresa del comercio minorista".

Son cambios evidentes para todos porque al envío de la comida de los grandes chefs a domicilio, se une el tapeo en terrazas también en invierno y las reservas de casas rurales que nos aíslen de grandes aglomeraciones como ejemplos de toda una revolución a la hora de comprar y disfrutar de nuestro tiempo de ocio.

CONSUMO ONLINE

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El consumo en terraza y la compra online han llegado para quedarse

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Juan Carlos tiene 35 años y se ha convertido en un asiduo de la compra on-line, “tanto si se trata de comida para una noche con amigos, nos cuenta en COPE, “como para hacer la compra de la semana o alguna otra adquisición de materiales para su trabajo”. “Lo hacía antes de la pandemia, pero aumentaron mis compras durante el confinamiento y creo que voy a seguir haciéndolo”

Coincide con la valoración que hace en COPE la profesora Susana González: “El verdadero motivador de la compra online es la comodidad de que me traigan la compra a casa frente a la de proximidad en la tienda al lado de casa. En este sentido y gracias a la pandemia hemos superado la barrera tecnológica y muchos han dejado de ver como un problema el e-commerce o comercio electrónico. Con la COVID han hecho sus primeras compras y, si les ha ido bien, ya no tienen ese miedo. Por eso creo que la compra online ha venido para quedarse. Eso no quiere decir que la compra de proximidad vaya a desaparecer porque los españoles somos muy proclives a ir a la tienda de barrio para coger el producto que nos gusta”.

Casi la mitad de los españoles (48%) reconocen que han cambiado sus hábitos de compra desde el inicio de la pandemia y ni la vacuna ni el descenso continuo en el indicador de Incidencia Acumulada de contagiados ha hecho que volvamos a los hábitos de consumo previos a la pandemia. Lo confirman el 21% de los que empezaron a consumir on-line durante los meses de confinamiento y que ahora afirman que seguirán haciéndolo, según el estudio de la consultora Alvarez & Marsal (A&M) elaborado conjuntamente con Retail Economics.

La revolución que ha provocado la pandemia en nuestros hábitos ha hecho también que los españoles vayamos cada vez menos a la compra. Los supermercados online han fidelizado un 70-80% de los consumidores que ganaron durante los momentos más críticos de la pandemia (confinamientos), y serán los grandes vencedores del e-commerce, junto con las tiendas a bajo precio, como destaca el informe de esta consultora.

Además, los pagos con tarjeta y con el móvil, ‘contactless’, experimentaron un gran boom y la tendencia es que estos métodos seguirán muy presentes entre los consumidores.

Unos datos que confirman que cada vez es menos necesario trasladarnos al supermercado a hacer la compra, como se pone de manifiesto en el estudio que acaba de publicar la Universidad Complutense de Madrid y que confirma que el 60% del tiempo que permanecemos en el supermercado lo dedicamos a caminar por los pasillos y sólo necesitamos 25 segundos para seleccionar un producto de alimentación.

En este sentido, Susana González explica en COPE que “mi experiencia en EEUU me lleva a decir que este es un fenómeno muy pequeño en España. Cuando nos quedamos encerrados por el confinamiento estábamos agobiados en España, pero en EEUU hubo empresas que se quedaron sin empleados por la demanda tan alta que tuvieron por el aumento de la compra online”.

TAPEO EN TERRAZAS TAMBIÉN EN INVIERNO

Pola es camarera de un restaurante en Madrid y mientras nos sirve unas cervezas reconoce que “esto siempre está así, lleno. La gente siempre pide una mesa en la terraza y solo acceden al interior cuando no queda nada libre fuera”.

Un estudio de la empresa de reservas El Tenedor señala que el 43 % de los consumidores intenta reservar más en terrazas para disfrutar de una experiencia al aire libre, más cómoda y segura. El 42 % adelanta la hora de la cena, para evitar aglomeraciones. El 35 % de los clientes reserva más a menudo de forma online y el 31 % con más antelación.

“Las terrazas son un fenómeno que deberíamos conservar. Me imagino que cuando venga el mal tiempo las terrazas se reinventarán (para mantener la clientela) pero se mantendrán porque nos gusta estar en el exterior y la experiencia va a seguir siendo positiva, pero no solo en España”, considera en COPE Susana González.

“A mí me pilló la pandemia en California (en Palo Alto), nos cuenta esta profesora de la Universidad del CEU-San Pablo, “y allí peatonalizaron muchas calles para que se pudieran instalar las terrazas. En España he visto que también han quitado mucho espacio al aparcamiento y a los coches, con lo cual conseguimos que los clientes consuman de una forma segura y hacemos que la ciudad sea más amigable. Es una experiencia positiva para un país como España con un tiempo excelente”.

La COVID nos impedía salir a tapear con los amigos y empezaron a aumentar las ventas de comida a domicilio. El “delivery” pasó de ser un mercado copado por el "fast food" a ser la vía de escape de numerosos chefs y restaurantes más clásicos o modernos.

Muchos restaurantes tuvieron que cerrar, pero otros apostaron por la comida para llevar que ofrecían desde la barra o incluso la ventana de sus locales. Es el “take away” que respondía a la demanda del consumidor y ha conseguido que se amplíe el radio de reparto con recetas con mayor plazo de caducidad. Incluso hemos visto como se abrían locales dedicados específicamente a la producción de comida a domicilio.

A esto se suma que los consumidores nos hemos vuelto cada vez más exigentes con las medidas de protección contra los contagios de virus y hemos pasado de ver como una curiosidad cuando nuestros vecinos europeos alternaban en terrazas en pleno invierno a aceptarlo como algo habitual. De hecho, grandes ciudades españolas, como Madrid o Barcelona, mantienen las autorizaciones que dieron para ampliar las terrazas de los bares y restaurantes durante los primeros meses.

CASITA RURAL O APARTAMENTO

Viajar se ha convertido en un desahogo frente a las restricciones que sufrimos durante meses por culpa del coronavirus y la prueba más evidente la hemos visto durante el pasado puente del El Pilar. El miedo inicial a salir se vio rápidamente compensado con las ofertas de alojamientos individuales en formato apartamento o casa rural.

Esto ha motivado que 2 de cada 3 viajeros aseguren que buscan un alojamiento para sus días de vacaciones que cumpla con las medidas de prevención contra la COVID-19, lo que puede influir más en su decisión de reserva que el precio del hotel. Además, las buenas cifras de septiembre que reflejan un aumento del 15% en el número de solicitudes de reserva respecto al 2020, según datos recogidos por https://www.clubrural.com/ , hacen prever que la tendencia continuará en los próximos meses. De hecho, solo en el pasado puente del Pilar la plataforma superó el 85% de las solicitudes recibidas el año anterior.

También los datos del mes de agosto muestran que las pernoctaciones en establecimientos de turismo rural ascendieron a más de 2,43 millones, un 15,6 % más que en el mismo mes de 2020, según el Instituto Nacional de Estadística (INE) . Si analizamos los primeros ocho meses del año, las pernoctaciones en estos establecimientos se incrementaron en un 26% y la gran mayoría de los que hicieron las reservas eran españoles. En total, las casas rurales alojaron durante agosto a 635.753 viajeros, de los que 89.875 procedían de fuera de España.

La profesora de Comercialización e Investigación de Mercados, Susana González, se muestra convencida en COPE de que “los cambios en los alojamientos están teniendo su momento por necesidades de prevención en el contagio del coronavirus, pero ahora que nos estamos embarcando en la nueva normalidad vemos un futuro distinto. Los hoteles tradicionales pueden volver a tener su hueco si siguen dando una experiencia excelente. No pasa como las terrazas que puedes seguir disfrutando con tus amigos igual fuera que dentro del establecimiento. En los hoteles tienes unos servicios como la limpieza de la habituación, las zonas comunes, la piscina y otros pequeños lujos que hacen que la experiencia sea diferente a la de alquilar un apartamento”.

El nuevo viajero prima además a los hoteles que se comprometen a reducir el consumo de agua, las emisiones de carbono y los residuos. Por eso, las grandes cadenas llevan tiempo persiguiendo que demuestren que utilizan energías renovables, que ofrecen alimentos de origen local o que sus edificios son sostenibles.

De hecho, según el Banco de España, habrá que esperar a 2023 para alcanzar los niveles previos a la crisis en cuanto al número de viajes y los lugares lejanos a los que viajar. Los datos del banco emisor supeditan esta vuelta a la normalidad a la recuperación económica.

“La vuelta al hotel tradicional, explica en COPE esta profesora universitaria, va a depender de cómo estos transmitan al consumidor que pueden encontrarse totalmente seguros al tiempo que disfrutan de las comodidades que les diferencian de un apartamento o casa rural. Es más, va a hacer que vuelvan los hoteles de mayor calidad y donde se invierta mucho en esa sensación de seguridad que te ayude a olvidarte que sigue habiendo COVID alrededor. Los que más han tener que pelear para encontrar su hueco son los hoteles de menor categoría y los de más lujo deberían tenerlo más fácil”.

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