La covid-19 desequilibra la circulación de otros virus y bacterias estacionales

La alteración en los contagios se debe también al fin de la mascarilla

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La covid-19 desequilibra la circulación de otros virus y bacterias estacionales

Carmen Labayen

Publicado el - Actualizado

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Aunque las bacterias suelen desplazar a los virus en los meses de verano, el COVID-19 ha alterado el mundo de los microorganismos con brotes por ejemplo de gripe en mayo y en junio poco habituales para esta época del año. El 85 por ciento de estos virus nos producen cuadros respiratorios leves tipo catarro, pero el resto sigue siendo el SARS COV-2 y, cada vez, con más fuerza las dos nuevas variantes de ómicron.

“El mundo se ha vuelto loco y el mundo de los microorganismos también. Entonces ahora mismo en junio estamos detectando gripe todos los días en porcentajes importantes para lo que estamos acostumbrados. Es algo poco común. Me causa extrañeza que casi en julio estemos viendo más casos de gripe que en enero, pero en ningún caso está habiendo tantos casos como los que se registraban en las campañas de gripe previas a la pandemia” explica a COPE Julio García es jefe del Servicio de Microbiología del Hospital la Paz.

En este centro sanitario madrileño el 15 por ciento de las muestras analizadas en hospitales son coronavirus, un dato que considera extrapolable al resto de los grandes hospitales españoles: “todavía estamos en cifras altas, estamos en la séptima ola que es superponible a la tercera o cuarta ola en cuanto a porcentaje de positividad y la tendencia es al alza”.

El motivo de esta cohabitación entre COVID y gripe tardía lo explica García en dos factores: “el virus puede haber desplazado a los otros patógenos y también es verdad que las medidas de barrera que se han impuesto ha cortado la transmisión de muchos virus en el momento en el que eran más prevalentes y esas medidas ya han desaparecido y se han encontrado con una población por así decirlo virgen por infectar”.

Para el virólogo José Antonio López Guerrero el uso de la mascarilla ha reducido hasta un 90 por ciento la trasmisión aérea de virus y bacterias. Una vez suprimidas “algunos patógenos han perdido la estacionalidad o temporalidad como ha ocurrido con la gripe que proliferó en primavera en lugar de terminar en marzo como suele ser habitual o incluso otros virus catarrales. Seguramente estamos en un proceso de reequilibrio”.

“Cuando la gente tiene un catarro y no es coronavirus puede tener cualquier otro virus que producen cuadros respiratorios porque hay un montón como bocavirus, metaneumovirus, adenovirus, virus para influenza y, la mayoría de los casos son banales”, señala el jefe de Microbiología de la Paz.

A la transmisión de estos virus contribuyen además de la retirada de las mascarillas en interiores los sistemas de aire acondicionado, más que por el cambio de temperatura entre el interior y el exterior porque según subraya López Guerrero: “al resecar las vías respiratorias se pueden hacer más sensibles para algunos patógenos de transmisión aéreas”.

Ya en esta época del año suelen proliferar las intoxicaciones alimentarias con bacterias como la salmonela entre otras que este año y, de momento, no hacen sombra a los cuadros respiratorios que llegan a los centros de salud y hospitales en pleno repunte de COVID por la expansión de las variantes BA4 y BA5 de ómicron que, según la microbióloga María Tomás, “tienen un cierto escape vacunal además de bastante mayor capacidad de reinfectar a personas que ya han pasado la enfermedad en otros momentos y de combinarse con otras variantes”.

Herrera en COPE

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