Crece el uso de productos para adelgazar perjudiciales para la salud y sin receta en adolescentes

Puede suponer el primer paso para desarrollar trastornos de la conducta alimentaria, para los que es esencial un correcto acompañamiento familiar

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Escucha la crónica de Sandra Asenjo sobre el aumento de las pastillas para adelgazar en jóvenes

Sandra Asenjo

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Crece el uso de productos para adelgazar perjudiciales para la salud y sin receta en adolescentes. Al menos el 10% los han utilizado en algún momento de su vida, según un estudio internacional de la revista científica JAMA en el que han participado jóvenes españoles.

Una práctica que puede suponer el primer paso para desarrollar trastornos de la conducta alimentaria, para los que es esencial un correcto acompañamiento familiar. Enfermedades que afectan a uno de cada veinte adolescentes en España.

A espaldas de los padres

"Este tipo de conductas, como el consumo de pastillas para bajar de peso, se suelen producir a espaldas de los padres. Cuando la conducta ya está instaurada es cuando, en la mayoría de los casos, los padres se dan cuenta. Vivimos en la sociedad de la inmediatez y no solo los adultos buscamos soluciones rápidas. La adolescencia es un periodo sensible repleto de inseguridades, donde la aceptación social es muy importante y en el que hay acceso a un mundo irreal a través de las redes sociales", explica a COPE la psicóloga Blanca Cogollos.

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Efectos secundarios

Desde la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) detectan que se está produciendo un aumento del uso de medicamentos para tratar la obesidad o el sobrepeso por parte de personas que no los necesitan, si no que solo buscan bajar de peso. Muchos de ellos jóvenes.

"Nosotros, como endocrinos, prescribimos este tipo de medicamentos con receta, y así deberían dispensarse siempre en las farmacias, pero es probable que que se estén utilizando fuera de estas normas con compras a través de internet o con intermediarios. Quienes no cumplen los criterios y no padecen obesidad, sobrepeso o hipertensión, sino que simplemente quieren bajar unos kilos, los toman de forma inadecuada, en muchos casos de manera intermitente, sin seguimiento nutricional, y pueden sufrir efectos secundarios importantes gastrointestinales e, incluso, llegar a la deshidratación", relata a COPE la doctora Ana de Hollanda, coordinadora del Área de Obesidad de la SEEN.

Desarrollo de Trastornos de la Conducta Alimentaria

Lucía comenzó a tomar pastillas para adelgazar sin prescripción médica con 15 años. Dos años después, le diagnosticaron anorexia nerviosa. "Empecé tomando una al día y fui aumentando la dosis. Acabé ingiriendo una cada vez que comía. Entonces no sabía que estaba enferma. Luego empecé con los laxantes. Allí ya había sido diagnosticada y estaba en una clínica", cuenta a COPE esta joven malagueña, ya recuperada "gracias también a la serenidad con la que abordaron su trastorno en casa y a que sus padres se implicaron en su recuperación, participando en la terapia e involucrando a su grupo de amigas".

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El acompañamiento familiar, esencial

Un correcto acompañamiento familiar es determinante para superar cualquier Trastorno de la Conducta Alimentaria. A veces, se genera tensión en el hogar por falta de información y de conocimiento sobre la enfermedad.

"Muchos padres no entienden que los trastornos alimentarios también son enfermedades mentales. Como padres, debemos saber que nuestros hijos no actúan así porque quieren, sino porque no pueden hacerlo de otra manera, porque su cabeza no les deja. Esa lucha es la que provoca el cambio de carácter y los conflictos en casa. En el momento en el que entiendes la enfermedad, ves que el problema no es tu culpa como padre. No hay padres perfectos, pero sí bien intencionados. Tenemos que preguntarnos qué podemos hacer para ayudar. El obligarles a que coman, no lo hace, pero valorar positivamente y animar a nuestros hijos cuando hacen las cosas bien, cuando logran un avance, sí", cuenta a COPE Mari Carmen Galindo, presidenta de la Federación Española de Asociaciones de Ayuda y Lucha contra la Anorexia y Bulimia Nerviosa, que destaca que lo más importante para gestionar una situación así es "tener resistencia, serenidad y paciencia, algo que no ocurre siempre".

La actitud de la familia y no ejercer presión es determinante para que los hijos acaben superando la enfermedad, "aunque tampoco debemos actuar como terapeutas, sino como un apoyo a los profesionales que tratan de curar a nuestros hijos y que van marcando el camino a seguir", explica Galindo.

Cada vez aumentan más los casos de chicos jóvenes que desarrollan Trastornos de la Conducta Alimentaria, pero 9 de cada 10 siguen afectando a mujeres.