Desolador testimonio de la madre de las niñas asesinadas por su padre en Castellón

Itziar Prats acusa de la muerte de sus hijas a las administraciones que no atendieron su llamada de "socorro"

Calle de Castellón donde se ubica el edificio desde el que un hombre se suicidó

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Itziar Prats, la madre de las dos niñas asesinadas por su padre en Castellón el pasado mes de septiembre, llevará a los tribunales y "hasta sus últimas consecuencias" a todas las administraciones que no atendieron su llamada 'de socorro' si éstas no asumen "voluntariamente" su responsabilidad.

Itziar lamenta en un comunicado: "No encontré amparo. Ya es tarde para mí. Es tarde, sobre todo, para Nerea y Martina, irremediablemente". A través de su primo y portavoz, Itziar ha relatado su periplo por distintas instituciones a las que acudió ante las amenazas del asesino, del que estaba en proceso de divorcio. "Él nunca admitió nuestra separación, y menos que la decisión de hacerlo fuera mía", afirma.

"Cuidado con lo que haces, vais a terminar todos muertos y yo en la cárcel", avisaba el agresor. Sin embargo, pese a que su proceder se ajustó en todo momento con "respeto a todas las normas" y con las "actuaciones y protocolos que el sistema facilita", no funcionaron. "Mi vida es de servicio a los demás, pero cuando yo he pedido socorro no he recibido ayuda", ha censurado esta educadora social.

Todo comenzó con un aviso de su hija mayor

Fue un aviso de su hija mayor de que su padre había roto a golpes el carrito de Martina mientras ella protegía a su hermana en el pasillo de casa el que la empujó a ir al Centro de la Mujer de Castellón, donde la pusieron en contacto con una psicóloga.

También se lo contó a su médico de familia, que la creyó "desde el primer momento" y, sin ella saberlo, puso los hechos en conocimiento de un juzgado.  Mientras, ella dio el paso de denunciarpero su caso fue valorado por la Policía como de riesgo bajo ante la ausencia de antecedentes penales del criminal.

La fiscal no pidió medida cautelar alguna ante el Juzgado de Guardia, aunque después cambió de postura cuando el caso lo asumió uno especializado en violencia de género. "Sorprendentemente", y en un nuevo giro, la jueza rechazó otorgarle protección. Tumbó el recurso al considerar que el hecho de que Itziar fijase su domicilio cerca de la casa del agresor no era "compatible" con que su "miedo fuera real".  

Un "error patente cuando de violencia de género hablamos (...), pues es absolutamente indiferente a cuanta distancia estuviera mi domicilio si se permite que las niñas estén y pernocten con quien las ha amenazado de muerte", razona.

"El sistema ha fallado, todos lo reconocen, pero ninguna administración asume las consecuencias de su responsabilidad".

Por eso, esta madre exige que todas las que han estado implicadas en su tragedia "asuman las responsabilidades en las que han incurrido" y, "si no lo hacen voluntariamente", la pedirá en los tribunales "hasta sus últimas consecuencias".

A pesar de su "irreparable desgracia", ha querido aportar su "grano de arena" para "contribuir a un cambio en el futuro" y ha reclamado una mayor educación en igualdad, más medios para los juzgados, mayor coordinación entre los agentes implicados en esta lucha y que, en casos de crisis matrimoniales, se someta al maltratador a un seguimiento, tratamiento y reeducación.Sobre este asesino pesaba otra denuncia previa ante la Policía de Castellón por amenazas de muerte de su exmujer.  

Itziar no va a "poner etiquetas" a su dolor, aunque sí quiere dejar clara una cosa: "No hay razón alguna ni excusa de ningún tipo que justifique la violencia de ningún maltratador. Quien estos actos justifique, en público o privado, es cómplice del maltratador. La violencia de género ha de ser condenada por toda la sociedad sin paliativos, siempre".

"Dejad de buscar ninguna otra justificación, porque quien mata a sus hijas y luego se suicida no es un pobre hombre, es un cobarde", zanja

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