El detalle del supermercado en el que nunca te habías fijado y que cambiará tu forma de comprar

El supermercado en el mundo digital se va haciendo hueco poco a poco, pero aún reina el establecimiento de toda la vida. Hay muchos factores a tener en cuenta, no solo es el precio, sino la calidad, la variedad o el tiempo de espera

Son muchos los supermercados que cumplen una serie de requisitos para conseguir fidelizar a sus clientes: Mercadona, Carrefour, Dia, Lidl, Alcampo, Eroski, Consum o Ahorra Más, entre otros regionales.

Cada supermercado utiliza su propia estrategia para convencer al consumidor, pero casi todos siguen esta línea de marketing:

Más del 50% de ventas que realiza un supermercado son producidas por compras deliberadas y espontáneas. Esto significa que el consumidor acude a por un producto en concreto, pero después termina dejándose llevar y arrojando más productos a la cesta. Uno de los objetivos del establecimiento consiste en captar esos impulsos.

Una de las cosas que más impresión causará es que los productos básicos de alimentación (leche, pan, carne y pescado) y los de higiene personal se encuentran al fondo del supermercado. Esto ocurre para que el cliente tenga que recorrer varios pasillos y algún impulso le lleve a caer en esa compra espontánea.

La disposición de cada elemento es muy importante. A la derecha suelen estar los productos más estimulantes y tentadores; y a la izquierda se colocan los más básicos.

De esta forma es frecuente ver a clientes haciendo zig-zag para que se percaten del máximo posible de productos, estén más tiempo y compren más.

De vez en cuando, los productos son cambiados de lugar para que el cliente no se familiarice con la estantería y evite una compra mecánica. Los más afectados son los de primera necesidad, aunque esta estrategia solo se lleva a cabo en casos extremos en los que las ventas disminuyen considerablemente.

La ubicación es otro de los factores que más predomina en un supermercado. Los más económicos suelen encontrarse en las baldas inferiores y los más caros en las superiores, a la altura de la vista. Así logran que, de un vistazo, los primeros productos que llamen la atención sean los de un precio más elevado. Y de esta manera consiguen aumentar las ventas.

Pocas veces se ve un producto redondeado. Se ha demostrado mediante numerosos estudios que los precios que más atraen a los consumidores son los terminados en 5 o 9, y los supermercados lo ponen en práctica.

Las tipologías del color es un método muy utilizado en marketing. Los colores cálidos son más cercanos y atraen, por lo que se usan más en el exterior del establecimiento. En cambio, los colores fríos fomentan la contemplación y las ventas, por lo que predominan en el interior.