INFORME COPE
Dos de cada 10 homicidios en España son crímenes machistas
Hoy en COPE abordamos la lacra de la violencia machista. Un yugo que asfixia a más de 2 millones de mujeres que, en nuestro país, sufren malos tratos
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El terror machista, radiografía de la violencia machista en España.
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Más de 2 millones de mujeres siguen sufriendo en silencio la violencia que contra ellas ejercen sus parejas o ex parejas en nuestro país. Según recoge el Informe COPE “El terror machista”, a pesar de la mayor conciencia y sensibilización social y pese a los esfuerzos económicos y políticos de las dos últimas décadas, hoy todavía 2 de cada 10 homicidios en España son crímenes machistas. El número de menores asesinados en este contexto alcanzó una cifra récord el año pasado y también las mujeres sufren una violencia cada vez más extrema y extendida.
A continuación, puedes escuchar este nuevo Informe COPE con los datos más destacados que aparecen en este reportaje.
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Escucha el reportaje COPE sobre la violencia machista al que pone voz Carmen Labayen.
Solo en 2024 fueron 48 las mujeres víctimas de la violencia machista. 9 menores fueron también asesinados en este contexto, la mayor cifra desde que hay registros junto con 2015. Todo un fracaso social consideran los expertos consultados por COPE conscientes de que los esfuerzos legales, políticos y económicos han supuesto un avance pero son todavía mejorables tanto para prevenir nuevos crímenes machistas y proteger mejor a las víctimas como para reparar el daño que sufren ellas y sus hijos.
“Cada año, de media, 60 mujeres son asesinadas en crímenes machistas y no estamos haciendo lo suficiente para evitarlo. Claramente en los últimos años hay un descenso en el número de homicidios pero los que se cometen se llevan a cabo con mucha mayor violencia, algo que se traduce en el número de golpes y de puñaladas que reciben las víctimas mortales y en esa ampliación de la violencia a su entorno y dirigida también contra sus hijos e hijas”, explica a COPE el experto en violencia de género Miguel Lorente.
Considera este médico forense y ex delegado del Gobierno para la Violencia de Género entre 2008 y 2011 que, a pesar de todo, hay una mayor sensibilización social y las medidas están facilitando que se denuncie más y que aumente la protección de las víctimas:” están sirviendo y están ayudando, pero con un ritmo y a un coste que es insoportable. Hoy todavía el 20 por ciento de todos los homicidios que se cometen en nuestro país son cometidos sobre mujeres en sus casas por son llevados a cabo por hombres que no tienen vínculos con la criminalidad ni la delincuencia”.
¿Estamos poniendo suficientemente el foco en los agresores?
“Seguimos haciendo recaer la culpa sobre las víctimas en lugar de fijar la atención en los agresores, ellos son los culpables y de ellos apenas hay datos sobre cuántos están encarcelados o los años de condena que reciben. Llega a parecer que hay violencia de género porque hay víctimas porque lo que hacemos es contar esas víctimas cuando lo que debiéramos es contar asesinos y maltratadores”, explica a COPE Ana Bella Estévez Jiménez de los Galanes
Es un cambio de perspectiva necesario para que aumente la conciencia social de lo inadmisible de esta situación, considera esta superviviente de la violencia machista y creadora de la Fundación Ana Bella que ha ayudado a más de 44.000 mujeres en España a dejar atrás el maltrato. Lograr agentes de cambio en la sociedad es lo que persigue con la Red Ana Bella presente en 82 países.
Solo desde que hay registros en España, desde 2003, 1.296 mujeres han sido víctimas mortales de la violencia machista. En opinión de Lorente, “las razones fundamentales que llevan a los hombres a asesinar es porque van a perder el control, bien porque su pareja les va a dejar o porque se dan cuenta de que esa pareja o ex pareja no va a volver”.
Se trata, según señala este médico forense, de crímenes ideológicos en los que ellos se creen con el derecho moral de controlar e incluso de matar a su pareja. Considera que conocer las condenas de otros hombres por estos mismos crímenes no les disuadiría. Prueba de ello, subraya, es que pocos huyen, “el 75 por ciento se entrega, llama a alguien para decir que ha matado a su mujer o espera en el lugar del crimen”.
El resto, casi 1 de cada 4 asesinos se suicidaron en 2024 y casi otro 13 por ciento lo intentó. Es una cifra que, según interpreta Lorente, va en aumento al ser los maltratadores cada vez más conscientes del rechazo familiar, laboral y social a los crímenes machistas. También se suicidaron el 33 por ciento de los que presuntamente cometieron violencia vicaria.
Las sentencias condenatorias por violencia machista han ido también aumentando en los últimos 5 años pasando de estar por debajo del 70 por ciento en 2018 a superar actualmente el 80 por ciento, según refleja el último informe del Observatorio Contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial.
¿Y qué pasa con el entorno? El silencio también es cómplice
“La violencia de género es responsabilidad de los hombres que la ejercen, pero las personas que sospechan y callan también son cómplices”, asegura Ana Bella, madre de 4 hijos quien también sufrió el silencio de su entorno durante los 11 años que fue maltratada por su marido. Considera esencial para que una mujer pueda romper su silencio ese apoyo externo hacia quienes puedan estar en relaciones abusivas.
Se trata, según explica, de estar ahí para ellas, de dar un paso hacia delante, y de mostrar que si tienen cualquier problema pueden contar con nosotros. “Quizás hoy nieguen estar en esa situación como hacen 4 de cada 10 mujeres maltratadas, pero no importa. Debemos dejarles su espacio, respetar sus tiempos y dar ese apoyo sin forzar, dejando que sean ellas quienes llegado el momento nos cuenten lo que están viviendo y preguntándoles entonces cómo les podemos ayudar”, señala Ana Bella.
7 de cada 10 denuncias por violencia de género las presenta la propia víctima, las que presenta su entorno estaban todavía por debajo del 2 por ciento en 2024 según reflejan los últimos datos del Observatorio contra la Violencia doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial. Más del 15 por ciento se derivan directamente de atestados policiales y casi el 8 por ciento de partes de lesiones.
La igualdad y el respeto, dos asignaturas pendientes
El 11 por ciento de las mujeres de 16 o más años residentes en España han sufrido violencia física de alguna pareja actual o pasada en algún momento de su vida, según la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer 2019, la última elaborada por la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género. Hablamos de 2.234.567 mujeres en riesgo en nuestro país.
“Solamente vamos a reducir el riesgo de asesinato si conseguimos que muchas menos mujeres tengan que convivir a diario con situaciones de violencia. Las macroencuestas muestran que sigue habiendo un poso social en la opinión pública, incluida en población muy joven, que siguen pensando que la violencia de género no es para tanto”, subraya Marisa Soleto, directora de la Fundación Mujeres.
De hecho, 1 de cada 5 chicos de entre 15 y 29 años asegura que la violencia de género no existe y que es “solo un invento ideológico” y más del 15 por ciento de estos jóvenes considera que “si la violencia es de poca intensidad no es un problema para la relación de pareja”, el doble en ambos datos que las chicas, según refleja una investigación del Centro Reina Sofía FAD publicado en 2021.
Para la psicóloga Angela Magaz que trabaja en la formación en igualdad y la detección de actitudes y de comportamientos machistas en jóvenes “se han complicado más las relaciones tanto de pareja como de amistad. Hay más comportamientos machistas, más violencia y más problemas emocionales. En la base de cualquier forma sana de relacionarnos tiene que haber respeto por uno mismo y respeto por los demás. Esto implica que comprendamos que cada uno es único y diferente y que admitamos que no tenemos la razón sino nuestra razón. Es algo que se puede aprender a cualquier edad”.
“Deberíamos pensar en cómo queremos relacionarnos y en cómo lograr una buena convivencia, no siempre lo hacemos y no siempre educamos parar lograr esta forma sana de interrelación tanto para nuestro bienestar como para el de los demás. Nosotros hacemos esto a diario y trabajamos con métodos probados desde hace décadas con los más pequeños. Aplicamos el programa “Enseñanzas de Soluciones Cognitivas para Evitar Problemas Interpersonales” para enseñar a pensar y a tomar decisiones y basado siempre en el respeto a las diferencias”, explica a COPE Magaz de Albor Cohs Psicología.
Considera que el foco hay que ponerlo “en todas las personas que tienen esa falta de respeto hacia las diferencias y hacia las personas como iguales, es decir, las que consideran que hay personas superiores o inferiores en virtud de lo que sea”. Algo válido tanto para los agresores como para las víctimas.
En la falta de respeto hacia los demás incluye la agresividad y la manipulación que practican los maltratadores y para las víctimas los problemas aparecen cuando dejas que los demás te impongan sus decisiones o deseos para agradar o por cualquier otro motivo porque el respeto hacia uno mismo incluye también no consentirlo.
Para la también psicóloga Trinidad Bernal, “solo con ver la televisión indigna ver cómo se hablan unos y otros y las constantes faltas de respeto. Por ejemplo en la política ¿dónde está la oratoria de defender con buena forma lo que uno cree? Nuestros políticos solo están en la defensa de sus propias posiciones y en el ataque de las de los demás. Vivimos en un panorama de guerras, de malas formas de exponer las cosas, una cultura cada vez más violenta. Como sociedad lo que necesitamos es sustituir el enfrentamiento por el respeto”.
¿Hay perfiles de víctimas y de agresores?
“No existen perfiles claros de víctimas ni existen perfiles claros de victimarios porque la verdad es que hay diferentes tipos. Es un problema estructural y multicausal profundamente enraizado en la sociedad relacionado con una cuestión de roles y de estereotipos aprendidos desde la infancia”, explica en COPE Agustina Vinagre, coordinadora del Máster de Victimología y Criminología Aplicada de la UNED.
La violencia física es menos frecuente que la violencia psicológica emocional o de control que también tiene efectos muy negativos sobre la salud de las víctimas. Afecta gravemente a la autoestima de estas mujeres, el verse anuladas y completamente dependientes de su agresor que en el proceso de maltrato suele aislarlas de su entorno. Quedarse sola o sufrir dependencia económica aumenta el riesgo de quienes sufren maltrato nos cuenta esta experta en psicología de la victimización.
Según Vinagre, los agresores físicos suelen tener baja tolerancia a la frustración e incluso un cierto déficit de habilidades sociales. Vuelcan esas carencias en agresividad hacia sus parejas. Otros son, en cambio, dependientes, lo que no soportan es que ella se vaya o se aleje y una minoría también son violentos fuera del hogar. Además, hay perfiles especialmente peligrosos -con rasgos relacionados con la psicopatía- que son quienes para hacer daño a la mujer utilizan la violencia contra los niños y niñas, matando, en ocasiones, a sus propios hijos.
Explica que la forma de trabajar con agresores y víctimas es muy distinta: “con los maltratadores el foco se pone en las distorsiones que tienen de roles y estereotipos de género. Se insiste mucho el concepto de igualdad entre hombres y mujeres, en que ellas ni son menos ni les deben sumisión. Se trata de romper los sesgos sexistas. Con las mujeres se empieza con la conciencia sobre su condición de víctimas porque, debido al daño psicológico y emocional sufrido, en la mayoría de los casos no se consideran maltratadas. Mostrarles apoyo y que no están solas y trabajar la autoestima y la sensación de que pueden volver a controlar y gestionar su vida. Es un proceso lento”.
El terror machista, una realidad que Efigenia no olvida
“Me casé con un maltratador”, afirma Efigenia Vidal Reyes de 55 años, un infierno que duró 26 años y los 7 de noviazgo. Durante buena parte de este tiempo reconoce que no era consciente de sufrir violencia a cargo de su marido. Al maltrato psicológico siguió el físico y la situación fue a peor tras el nacimiento de sus dos hijos.
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El duro testimonio Efigenia Vidal, una víctima de violencia machista.
“El día en que me pegó con un bate de béisbol y en el que amenazó a nuestro hijo de 14 años y los tuvimos que refugiarnos en una de las habitaciones de nuestra casa decidí que hasta aquí habíamos llegado. Él partió la puerta haciéndole un boquete con el bate. Estábamos muertos de miedo y pensábamos que de ahí no salíamos. Su cabeza asomándose por el agujero no parecía la de una persona sino la de un lobo hambriento, casi nos mata”, explica en COPE Efigenia.
En los momentos más difíciles reconoce que “me veía muy sola y con pocos recursos”. Les ayudó a pagar el alquiler el párroco de su barrio “él me dijo que me iba a ayudar y así fue”. También contó con algunos amigos para lograr hacer la mudanza “en tan solo un día”. Salir adelante ha sido complicado, reconoce, pero 9 años después lo ha conseguido.
“Tuve que empezar de cero sin un empleo, sin dinero, sin nada pero acudí a pedir ayuda a todo el que me la pudiera dar y así comencé a salir adelante. Trabajé limpiando y con todo lo que me iba saliendo y me formé para poder trabajar como ayudante de cocinera. Al final me ha quedado una pensión de viudedad porque él falleció hace dos años y con eso y mi esfuerzo me he comprado una casa en un pueblo o más bien la hipoteca. Salgo, entro me pongo lo que me da la gana y nadie me dice por aquí o por allí. Puedo decir que esto muy a gusto así”.
20 años de Ley Integral de Violencia de Género ¿qué ha cambiado?
A juicio de Marisa Soleto, tenemos una buena legislación en España. Prueba de ello es que el número de mujeres asesinadas ha caído en estas últimas décadas con 70 o más víctimas mortales al año antes de la aprobación de la ley hasta 48 en 2024: “el riesgo cero no existe pero sí que nos debe preocupar el seguir avanzando y mejorando las medidas de protección hasta alcanzar el horizonte de cero víctimas”.
Sin la Ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género (LOVG) y sin la legislación autonómica y los servicios específicos de atención y acompañamiento a las víctimas, afirma esta abogada, “no podríamos hacer un análisis de qué funciona bien y que no funciona nada, la ley nos ha permitido tener un análisis mucho más pormenorizado de la realidad y conocer mejor el fenómeno y sus causas”.
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Entrevista a la directora de la Fundación Mujeres, Marisa Soleto
A quienes aseguran que la ley no funciona porque sigue habiendo asesinatos les refuta que “desde ese punto de vista habría que decirle que también fracasó completamente Napoleón Bonaparte con su Código Penal”.
Y ante quienes afirmen que la ley ha perjudicado a hombres no maltratadores esta jurista recuerda que para que haya condena, una mujer necesita probar con claridad que ha sido víctima de la violencia machista y aunque pueda haber denuncias falsas “¿cómo lo resolvemos? ¿limitamos por ello el derecho de las víctimas a denunciar? No tiene solución. Y por ello creo que, además de constitucional, la fórmula que estamos aplicando es la mejor posible para proteger a las víctimas”.
Según datos de la fiscalía, son más de 150.000 las denuncias que por violencia de género se presentan cada año en España. Las condenas por el delito de acusación y de denuncia falsa son del 0,03 por ciento.
“Es muy gráfico cuando te dicen que la ley integral va contra los hombres y nadie dice que el Código Penal va contra las personas. El Código Penal va contra las personas que delinquen no contra las personas y la ley integral no va contra los hombres sino contra los hombres que maltratan. Hay cosas que debemos mejorar e insistir mucho en los agresores, que los hombres no se sientan cuestionados ni atacados porque se esté hablando de la violencia que ejercen los hombres, que las medidas contra la violencia de género no van contra ellos sino contra los maltratadores”, añade Lorente.
Considera Soleto que si los discursos políticos e incluso también académicos que, a pesar de las cifras, niegan la existencia de la violencia machista siguen calando hoy en día e incluso teniendo éxito entre los jóvenes es la prueba más fehaciente de que “el contexto cultural machista no está ni mucho menos erradicado”.
La renovación del Pacto de Estado una buena noticia
Vox ha sido esta semana el único grupo parlamentario en votar en contra de la renovación del Pacto de Estado contra la Violencia de Género y sus 462 medidas destinadas a reforzar la lucha contra la violencia digital, económica y vicaria contra las mujeres que, una vez aprobado por el Pleno del Congreso, contará con una financiación de 1.500 millones de euros durante los próximos 5 años, un 50 por ciento más que la actual.
Se trata de actualizar la hoja de ruta contra la violencia machista alcanzada en 2017. Plantea por primera vez que se tipifique como delito la violencia económica contra las mujeres por parte de sus parejas o ex parejas como el impago de la pensión, la falta de acceso a los recursos económicos o la limitación a tener ingresos laborales.
Tiene como columna vertebral la protección de la infancia. Ante la violencia vicaria aboga por mejorar la formación de los profesionales que tengan contacto habitual con niños y adolescentes víctimas; perfeccionar la redes asistenciales y revisar los protocolos de valoración del riesgo para que se tenga en cuenta a las víctimas menores de edad. Incluye además la violencia digital contra la mujer y los menores con medidas para la formación en peritaje informático dentro de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado.
“La unanimidad es algo que le sienta muy bien a las políticas de prevención de violencia de género. El debate social que pone en duda el derecho de las mujeres a denunciar, la veracidad de los testimonios de las mujeres o poniendo en duda la violencia que sufren es un retroceso y por eso es buena noticia el consenso alcanzado en torno al pacto de Estado, algo fundamental porque consolida la protección que merecen y necesitan las víctimas”, señala la directora de la Fundación Mujeres.
Proteger a las víctimas es también proteger a sus hijos
Desde 2015 la ley reconoce a los menores de edad de las mujeres maltratadas como víctimas directas de la violencia de género de forma que, según Marisa Soleto, “cuando se deniega una orden de protección a una mujer que tiene hijos conviviendo con ella como acaba de volver a ocurrir con el caso de Benalmádena, les estás denegando también esa protección a sus hijos. El agresor no solo atentó contra la vida de la mujer sino que 3 menores quedan huérfanos desde ese momento y van a necesitar mucha ayuda institucional y social para salir adelante”.
Una apoyo que el Fondo de Becas Soledad Cazorla, creado en honor de la primera mujer Fiscal de Sala contra la Violencia sobre la Mujer por su familia, brinda desde 2026 a los huérfanos de la violencia de género incluidos los mayores de edad sin medios económicos para facilitar que puedan formarse y apoyan también a las personas que les acogen. En total 1.862 según los datos recopilados de diversas fuentes por la Fundación Mujeres.
“Proteger adecuadamente los intereses de los menores huérfanos depende de que tengamos un buen sistema de protección de todos los menores expuestos a la violencia de género. Es uno de los aspectos que admite más mejora para que también su daño pueda repararse. Acompañar bien a estos niños y a sus familias de acogida hace que puedan ser sean elementos de cambio social”, asegura Soleto.
En la última década son 62 los menores asesinados en casos de violencia de género contra sus madres o tutoras legales en España, 6 cada año.
Desde 2013, 474 menores de edad han quedado huérfano por crímenes machistas, una media de 42 por año, 36 en 2024.
¿Por dónde pasan las soluciones?
Pese a los avances de los últimos años, 7 de cada 10 mujeres víctimas mortales de la violencia de género en 2024 no habían denunciado. En 6 de cada 10 casos el agresor es la pareja y en el resto la ex pareja o estaban en fase de ruptura.
“La principal realidad sigue siendo que la mayor parte de la violencia no se denuncia. Muchas mujeres siguen sin querer dar el paso para no meterse en problemas, a consecuencia de su baja autoestima, se sienten completamente anuladas y el miedo también paraliza”, subraya Vinagre.
En 6 de los 48 asesinatos de mujeres a cargo de sus parejas o ex parejas todo falló. Ellas habían denunciado a sus agresores y estaban inscritas en VioGén, el sistema de protección de víctimas de violencia de género, y fueron, con todo, asesinadas.
Mejorar la respuesta policial y judicial para perseguir el delito y proteger a las víctimas reforzará, admite Soleto, la confianza de las mujeres en las instituciones.
Piden también más medios. El 31 de diciembre de 2024 había casi 102.000 casos activos en el Sistema de Seguimiento Integral de los Casos de Violencia de Género (VIOGEN) un 22 por ciento más en que en 2023, la tercera parte de ellos de mujeres de entre 31 y 45 años, 12 de ellos de riesgo extremo y 849 de riesgo alto y 13.611 de riesgo medio. Solo 4.600 maltratadores tienen pulseras y dispositivos activos de seguimiento telemático por violencia de género, únicamente un 1 por ciento más que en 2023.
Para Agustina Vinagre también es importante la detección temprana de las víctimas de la violencia que puede, a su juicio, reforzarse en el ámbito sanitario y extenderse de la violencia física a la psicológica y de control. Y todo porque según recuerda a los centros de salud y hospitales acaban acudiendo tarde o temprano el 100% de la víctimas más propensas a sufrir trastornos psicosomáticos, problemas de sueño, digestivos, dolores musculares y migrañas que el resto de la población y poder atenderlas permitiría trabajar antes con ellas.
Sanidad detectó 15.301 casos de violencia de género mediante la historia clínica de las víctimas en 2022, último dato disponible, un 6 por ciento menos que en 2021. Por parte de lesiones se recogieron 11.569, lo que implica un aumento del 46 por ciento con respecto al año anterior, según recoge el Informe Anual de Violencia de Género 2023 del Ministerio de Sanidad.
Y según los expertos consultados por COPE también será clave hacer hincapié en la educación en igualdad, en la prevención y en la sensibilización, no consentir comportamientos machistas y contribuir, cada uno desde donde estemos, a promover la igualdad como base de cualquier democracia y del bienestar social.