Drones, robots y ropa inteligente: tecnología que salva vidas en catástrofes

Jose F. Sánchez

Drones con cámaras de máxima resolución, helicópteros teledirigidos y medicalizados, robots con cámaras térmicas o trajes inteligentes que miden las constantes de bomberos y sanitarios. La incorporación de estas tecnologías es el presente y futuro de la respuesta de los servicios de emergencias ante las catástrofes.

Para tranquilidad de los vecinos del municipio madrileño de Rivas Vaciamadrid, el suelo de su localidad no tembló este martes, sino que fue el escenario escogido por el proyecto Faster, financiado por la Unión Europea, para realizar el simulacro de terremoto que ha puesto a prueba toda una investigación internacional que se inició hace tres años.

Son en torno a las nueve de la mañana cuando salta el primer aviso en el centro operativo del teléfono de emergencias 112. Un terremoto acaba de sacudir esta zona al sur de Madrid y el temblor ha provocado el derrumbe de varios edificios próximos a la Escuela Nacional de Protección Civil.

Ante la magnitud del suceso y la posibilidad de que haya un alto número de víctimas, se activa el protocolo de emergencias de respuesta a catástrofes -incendios, terremotos, tsunamis, atentados terroristas, etc.-. Los primeros en llegar a la zona cero son los agentes de la Policía Municipal de Madrid, que aseguran el enclave y facilitan información de primera mano al resto de cuerpos y servicios.

LOS DRONES: OJOS PARA SALVAR VIDAS

Hay numerosos edificios completamente derrumbados, se han podido avistar víctimas y otras están desaparecidas, presumiblemente bajo los escombros. Para garantizar la seguridad de la intervención, se recurre a cuatro drones con cámaras de alta resolución que visualizan y ofrecen imágenes a tiempo real de los puntos calientes del terremoto, todo gracias a la aportación del Centre for Research & Technology Hellas (Certh) griego.

Mientras un dron cautivo ofrece una visión fija y panorámica de la zona afectada, otros tres más pequeños sobrevuelan los escombros para reconstruir, captando imágenes 3D y uniéndolas a modo de mosaico, el escenario de la catástrofe.

Los coordinadores del operativo, en el que participan la Policía Municipal y el servicio de Emergencia y Respuesta Inmediata de la Comunidad de Madrid (Ericam) -formado por sanitarios del Summa, bomberos y unidades caninas-, reciben las imágenes aéreas de los drones y localizan a dos víctimas del terremoto en la superficie de los escombros.

Gracias a la tecnología incorporada en los drones, que registra temperaturas y otros parámetros, saben que aún están con vida, por lo que no hay tiempo que perder.

Un sistema de inteligencia artificial indica a los bomberos, médicos y enfermeros el camino más accesible, rápido y seguro para llegar al punto en el que se encuentran.

Uno de los heridos presenta una importante hemorragia. En cuestión de pocos minutos, un minihelicóptero medicalizado y teledirigido lleva hasta el lugar una cinta para realizarle un torniquete.

VESTUARIO INTELIGENTE

Los efectivos de emergencias que le atienden portan un nuevo traje que controla sus constantes vitales y les geolocaliza, por lo que en caso de una réplica del terremoto u otro incidente durante la intervención, el centro de operaciones podría conocer su estado en tiempo real.

Los primeros heridos ya han sido evacuados y trasladados a un hospital en una de las UVIs móviles del Summa. Ahora la prioridad es hallar supervivientes bajo los escombros.

Mientras los bomberos del Ericam trabajan sobre la zona, un robot que tiene incorporado un sensor de gases y una cámara térmica busca entre toneladas de piedra señales de vida o potenciales riesgos para las víctimas y los efectivos de emergencias.

Ante la magnitud del terremoto, se han desplazado hasta Rivas Vaciamadrid bomberos procedentes de Grecia, Francia e Italia.

Son las dos de la tarde y el simulacro ha terminado. Es hora de evaluar la respuesta de todos los servicios desplegados después de tres años de investigación. La próxima vez, quien sabe, podrán salvar vidas reales.