En España todavía se cena en familia: una buena costumbre en 9 de cada 10 hogares con "una serie de normas"

Conectar y aprender son dos de sus mejores beneficios

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Te da más detalles la jefa de Sociedad de COPE, Carmen Labayen

Carmen Labayen

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En 9 de cada 10 familias padres e hijos cenan juntos habitualmente, una buena costumbre que se pierde en algunos hogares, por los horarios o por la propia estructura familiar y que según los expertos consultados por COPE es importante tanto para conectar como para aprender.

Más fácil con niños que con adolescentes

Cuando los hijos son pequeños, la principal dificultad reside en los horarios laborales, porque cuando son tardíos la cena suele retrasarse más de lo recomendable y tanto pequeños como mayores pueden llegar agotados. La mayoría de las familias españolas cenan entre las 21h y las 22h entre semana. Con hijos adolescentes el problema es más interactuar con ellos, algo que, según subraya Prado, “debe trabajarse desde la infancia”.

Otra dificultad es en las ciudades grandes, la falta de red familiar y las distancias que dificultan la conciliación. Y además influyen los modelos familiares y las separaciones: "hay mucha custodia compartida, pero se comparten cada vez menos comidas, en ocasiones ninguna".

Luca tiene 48 años y tiene 2 hijos de 19 años y de 18 años y asegura que cenan juntos regularmente: “Aunque con mi marido intentamos tener con ellos conversaciones fluidas y amables, no siempre funciona. Nos esforzamos por hacer de ese momento algo agradable y placentero, porque si fuera por mis hijos lo que quieren es cenar cada uno por su cuenta en sus cuartos”.

Leticia también tiene hijos adolescentes y en su casa la cena familiar es obligatoria de lunes a jueves “está bien porque aprovechamos para hablar un poco de todo, es un momento distendido y es una buena forma de tener una buena comunicación con ellos porque la verdad es que el resto del día no nos hacen mucho caso y están bastante en su cuarto. Aunque no lo hemos hablado tan directamente, saben que a cambio de esa tranquilidad el resto del día, por la noche deben estar simpáticos y comunicativos. Es poco tiempo, pero aprendemos cosas de ellos y con ellos y hacemos familia”.

Daphne tiene 15 años y en su casa las cenas son individuales “es bastante raro que cenemos juntas porque tenemos distintos horarios y a mi hermana le gusta cenar en cuanto llega a casa y en su cuarto, mi madre llega tarde y cena en el salón y yo prefiero cenar por mi cuenta y justo antes de irme a dormir. Con mi padre si hay comidas familiares y la verdad es que es muy agradable cuando tienes tiempo”.

En casa de Noemí la familia si cena junta, pero generalmente lo hacen “viendo las noticias en la tele entre semana y el fin de semana charlamos más y en general es un momento agradable en el que no suele haber muchos conflictos”.

Los móviles y la tele, enemigos de la comunicación en las cenas familiares

Si hay un asunto que genera discusión, también en la mesa, es el uso de la tecnología y es que, según recuerda Prado, “una de las normas debe ser dejar de lado el teléfono móvil porque solo de esta forma pueden padres e hijos estar implicados en la conversación y estar receptivos a los temas que vayan surgiendo”.

Recomienda “evitar comer tú solo y con un móvil y rápido, sin interaccionar con nadie y sin compartir nada. Cuando, por el contrario, comes en familia y si es posible con otras generaciones como los abuelos, pues estás compartiendo valores, vivencias y otras perspectivas”.

Planes y obligaciones de lo que más se habla

Y es que el motivo de optar por reunirse todos por la noche es en casi 7 de cada 10 casos y, según este informe, porque favorece el vínculo familiar y en menor media porque mejora las habilidades comunicativas y sociales y porque es una manera de fomentar una alimentación saludable. Y, aunque es minoritario, quienes no cenan en familia de forma habitual aducen en casi 6 de cada 10 casos la no coincidencia de los horarios y en 2 de cada 10 la comodidad.

Las cenas en familia ayudan a desarrollar una serie de hábitos y rutinas para los hijos como lavarse las manos (en el 75 por ciento de los casos) o ayudar a poner y quitar la mesa, algo que consideran importante 6 de cada 10 familias o reponer si falta agua, pan o servilletas. Y a la hora de preparar los menús, las madres tienen un papel más activo que los padres y solo en 2 de cada 10 casos son lo hijos quienes preparan la cena o participan en su elaboración.

Poca planificación de los menús

En cuanto a lo que cenamos, casi la mitad de las familias improvisa sobre la marcha por falta de tiempo o en función de la inspiración de ese día.

Casi 1 de cada 10 hogares cena de picoteo.

Y es que, según los expertos consultados por COPE, bien enfocadas, las cenas son un tiempo de calidad y un espacio de convivencia en el que se fomenta el aprendizaje, la comunicación y el conocimiento mutuo.

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