¿Están preparadas las empresas y los trabajadores para la vuelta al teletrabajo?
El aumento en el número de casos ha obligado a muchas empresas a la vuelta a esta modalidad laboral
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Desde el confinamiento por la pandemia, el medio para dar continuidad y sostenibilidad al ámbito laboral ha sido el teletrabajo. Para algunas personas, este formato les ha permitido una mejor comodidad pero para otros ha significado una necesidad. Con la aparición de la nueva variante, y el aumento en el número de casos, las empresas se han visto obligadas a mandar de nuevo a parte de la plantilla (o a todos sus trabajadores, según diversos factores) a casa.
En España, más de tres millones de ocupados han tenido que adaptarse al formato de teletrabajo para poder continuar con sus jornadas laborales, según muestran los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). La vuelta al teletrabajo llega a empresas privadas y a las administraciones: la Agencia Tributaria, ha establecido el trabajo desde casa hasta el 10 de enero y en Cataluña se ha fijado como "prioritaria" esta modalidad entre sus empleados.
Según informa El País, cada vez más voces expertas (del ámbito sanitario y laboral) aconsejan retrasar la vuelta a la oficina. En algunos países europeos, como Reino Unido, llevan un tiempo recomendando reducir las horas presenciales ante la nueva variante y, por Portugal, anunció que establece el teletrabajo obligatorio entre el 25 de diciembre y el 9 de enero. En Holanda, será hasta el 14 de enero.
En nuestro país, no se ha establecido ningun criterio oficial por parte del Gobierno, aunque algunos sectores de la Administración están reforzando el teletrabajo. A mediados de julio, se publicaba en el BOE la nueva ley de trabajo a distancia, que se considera trabajo a distancia regular todo aquel que se preste en un periodo de referencia de tres meses, un mínimo del 30% de la jornada.
La empresa, según recoge esta normativa, puede adoptar las medidas que estime más oportunas de vigilancia y control para verificar el cumplimiento por la persona trabajadora de sus obligaciones y deberes laborales, incluida la utilización de medios telemáticos, guardando en su adopción y aplicación la consideración debida a su dignidad y teniendo en cuenta, en su caso, sus circunstancias personales, como la concurrencia de una discapacidad.
Por tanto, y reflexionando sobre esta normativa y la vuelta del teletrabajo a nuestras vidas por ómicron... la gran pregunta es: ¿estamos preparados para el teletrabajo?
Hace un año, la respuesta era no. Eva Rimbau, profesora de Estudios y Empresa de la Universidad Oberta de Cataluña, recordaba en COPE que "somos un país que vive del turismo, la hostelería, el comercio o la construcción y ahí no es fácil trabajar a distancia": Además, apuntaba a que las pymes no son muy receptivas a este modelo laboral. Rimbau indicaba que nos falta cultura para aplicar este modelo y que no debería improvisarse. "Plantearlo como un experimento, deprisa y corriendo, sin planificar es muy difícil que funcione. Es abocar el teletrabajo al fracaso”.
Más voces expertas. Hace escasos meses, Jesús Labrador, profesor de Psicología y del Máster en Recursos Humanos de ICADE Business School, comentaba en COPE que "hay que dar un tiempo a las empresas para que se vayan adaptando y poniendo un poco de orden". Labrador también indicaba que la filosofía empresarial estaba cambiando pero que existían trabajadores que "no acaban de sentirse a gusto con el trabajador alejado", "algo que no tiene sentido porque no implica una mayor productividad, hay un gran componente de desconfianza, necesitan tenerlos bajo una supervisión cercana".
Al mismo tiempo, un 40% de los empleados quieren acudir a la oficina para "estar rodeados". Con todas estas reflexiones sobre la mesa, sobre el teletrabajo podemos afirmar que queda todavía mucho trabajo por hacer. Estamos a la cola de Europa en esta modalidad laboral y todavía existen dificultades por parte de muchas empresas para adaptarse adecuadamente. Sin embargo, la evolución epidemiológica hace que las empresas, administraciones y trabajadores deban asumir las nuevas circunstancias de la mejor forma posible.