Este es el motivo por el que nos entra sed después de comer un helado
Con el comienzo del buen tiempo, a todo el mundo le gusta disfrutar de un refrescante helado. Sin embargo, cuando terminamos de comerlo, nos entra una sed excesiva

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Madrid - Publicado el - Actualizado
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Ya han comenzado los días de calor y el verano está a la vuelta de la esquina. Con él nos apetece más comer ciertos alimentos que durante el invierno no tomamos, como es el caso del helado. A quién no le gusta tomarse un helado bien frío en un día caluroso. Además, los hay de mil sabores y colores diferentes. Se pueden tomar de distintas maneras aunque la más típica y que más escoge la gente es la bola en el cucurucho. Pero seguro que te ha pasado que al terminar de comerte tu helado te ha entrado un deseo irrefrenable de beber agua. ¿Por qué ocurre esto?
Pues la culpa es del azúcar. Según la organización 'Sin Azúcar', un helado en forma de cono que contenga tan solo una bola de sabor, contiene unos 30 gramos de azúcar, o lo que es lo mismo, siete terrones y medio de azúcar para nuestro cuerpo en un solo momento. Hay que tener en cuenta que la mayoría de personas toma mínimo un helado al día, por lo que son grandes cantidades de azúcar, a lo que hay que sumar la del resto de alimentos que consumimos.
Por lo que, casi todos superaríamos las cantidades recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que son 25 gramos por dietas de unas 2.000 calorías. Cuando metemos a nuestro organismo tanto azúcar, este se cuela y circula por nuestro torrente sanguíneo, llevándola a todas las partes de nuestro cuerpo. El azúcar domina el agua que hay en nuestras células, por lo que nos quedamos sin reservas. Es en este momento cuando nos entra una sed incontrolable.
Necesidad fisiológica
Según la Biblioteca Nacional de Medicina, "las ganas de beber demasiado puede ser el resultado de una enfermedad física o emocional. La sed excesiva puede ser un síntoma de la presencia de altos niveles de azúcar en la sangre (hiperglucemia), lo cual puede ayudar a detectar la diabetes". ¿Cómo se desencadena la necesidad fisiológica de tener sed? Pues porque los osmorreceptores, unas células que se encuentran en el cerebro, detectan que se han disminuido los niveles de agua. Así que, como solución, segregan una hormona antidiurética que pasa por nuestra sangre.
La hormona envía una señal a los riñones para que no perdamos más agua a través de la orina. Y, para recuperar los niveles óptimos de agua, nos entra la necesidad de beber. "Si no se bebe en seguida o si la cantidad de líquido ingerido es insuficiente, se libera cada vez más HAD (hormona antidiurética) y se reduce progresivamente la producción de orina", comentan desde la Cátedra de Estudios Avanzados en Hidratación. Cuando bebemos agua, la hormona deja de circular por nuestra sangre, los riñones dejan de retener el líquido y los niveles de agua en las células se vuelven normales. Por lo que, es recomendable que siempre que vayamos a tomarnos un helado, tengamos un poco de agua a nuestro alcance.