Un estudio ofrece nuevas técnicas para revolucionar el tratamiento del cáncer de pulmón

El doctor Carlos Huesa plantea una metodología para reducir el daño de la radioterapia en el tejido sano del paciente

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Un estudio ofrece nuevas técnicas para revolucionar el tratamiento del cáncer de pulmón

Paco Delgado

Madrid - Publicado el - Actualizado

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“Hemos creado una metodología para correlacionar imágenes y hacer un cálculo de la radiación más fiable” en los pacientes de cáncer de pulmón. Así es la carta de presentación de un nuevo estudio llevado a cabo en la Universidad de Navarra por el doctor Carlos Huesa y que busca revolucionar la forma en la que se aplica la radioterapia en el tumor en esos casos de carcinoma. Una nueva metodología que busca llevarse hasta la mayoría de los grandes centros médicos y que puede ayudar a perfeccionar la aplicación del tratamiento dañando la menor cantidad de tejido sano posible.

Una investigación llamada 'Cuantificación de incertidumbres dosimétricas en radioterapia corporal estereotáctica pulmonar'. Y es que en los casos de cáncer de pulmón la mayoría de los tumores no es viable hacer cirugía, por lo que se recurre a la radiación externa para eliminarlo en lo que se conoce como la radioterapia externa.

Doctor Carlos Huesa, director del estudio de la UNAV sobre radioterapia en cáncer de pulmón

Doctor Carlos Huesa, director del estudio de la UNAV sobre radioterapia en cáncer de pulmón / UNAV (Manuel Castells)

Los márgenes de error en la radioterapia

“El asunto está en que la radiación se focaliza donde está el tumor, pero el paciente sigue respirando y el tumor se mueve”, explica el doctor Huesa a COPE. “Lo que se hace en la práctica habitual es crear unos márgenes de seguridad para que el tumor no se escape, y se 'bombardea' ese margen, asegurándote que eliminas el tumor. El problema está en que, a más grande el margen, más tejido sano adyacente”, detalla. Por tanto, si dicho tumor está junto a una costilla también se le administraría parte de la radiación a la costilla.

Es por ello que, como subraya el experto, en estos tratamientos hay tres fuentes de incertidumbre: “la respiración del paciente, el movimiento del campo de radiación simultáneamente con el del tumor, y que estos tratamientos se administran en varias sesiones o días, y cada día puede estar en una posición determinada”. Es por ello que el paciente puede perder peso y sufrir cambios anatómicos durante esos días.

Un cálculo más fiable de la radiación

Es por ello que la investigación de la UNAV se centra en un análisis fotográfico de la posición del tumor y la evolución del paciente para limitar la radiación a la zona a eliminar. El doctor Huesa detalla el procedimiento: “el paciente llega al hospital y se le hace un TAC 4D de varias fases del ciclo respiratorio y, cada día del tratamiento, justo antes de la radiación, se adquieren imágenes que permiten corregir la posición”.

“El paciente se tumba en la camilla de tratamiento, se le sacan las imágenes, que puede durar un minuto aproximadamente, se verifica que está bien posicionado y ya se comienza a administrar el tratamiento”, comenta.

Imagen de un tumor de cáncer de pulmón

Imagen de un tumor de cáncer de pulmón

Aplicación en tratamientos de prontoterapia

Otro de los aspectos que para Huesa sería interesante es la aplicación de estas herramientas estudiadas en los tratamientos de protonterapia. “A diferencia de la radiación convencional, en la protonterapia el máximo de la radiación se deposita en el tumor, reduciendo considerablemente los efectos secundarios. Para garantizar este procedimiento, es crucial cuantificar el impacto de las incertidumbres que hemos evaluado en esta tesis doctoral”.

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