Felipe VI, un Rey de pico y pala
Dos situaciones han obligando al Rey y a su entorno a emplearse a fondo: la negativa de Mariano Rajoy a intentar la investidura y Cataluña.
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Durante los últimos 5 años, Felipe VI ha evitado cualquier actuación o declaración que pudiera situarle más allá del papel que le otorga la Constitución Española. Lejos de acaparar portadas, el jefe del Estado ha optado por el pico y la pala, por trabajar sin atraer una atención innecesaria y midiendo cada paso para evitar cualquier error.
Dos situaciones han sido la excepción a esta hoja de ruta motivando una cascada de titulares y obligando al Rey y a su entorno a emplearse a fondo en este primer quinquenio. La primera, en 2015, fue la negativa del entonces presidente del Gobierno en funciones Mariano Rajoy a intentar la investidura y, la segunda, la escalada separatista en Cataluña.
Tras cinco rondas de contactos, Felipe VI y la Casa del Rey lograron despejar un bloqueo político inédito en democracia y superar la primera de las grandes pruebas del reinado. Pero la hora de la verdad, la que hacía imposible nadar y guardar la ropa, llegaría el 1 de octubre de 2017 con el referéndum ilegal en Cataluña.
Con un Gobierno fuera de juego y las imágenes de violencia en las portadas de informativos y periódicos de todo el mundo, el Rey decidió intervenir y jugársela en el momento más difícil desde su proclamación el 19 de junio de 2014.
Fue su primer y único mensaje extraordinario televisado hasta la fecha y aunque desató las iras de la Cataluña independentista ha sido considerado su particular 23-F.
Con tono serio y firme tildó de “inadmisible apelar una supuesta democracia por encima del derecho”, aseguró que “la Constitución prevalecerá” y mostró su apoyo y el del resto de España a la población que en Cataluña resiste en el día a día a la creciente presión nacionalista “no estáis solos”.
A las pulsiones separatistas se han unido con el tiempo las republicanas, a cargo de formaciones de izquierda que tanto en el ámbito nacional como en Cataluña son contrarias a la monarquía y en estos cinco años varios han sido los desplantes al Rey en un panorama político cada vez más fragmentado.
A su llegada al trono hace 5 años prometió promover “una monarquía renovada para un tiempo nuevo” y esto se ha traducido entre otras cosas en un cambio de las normas en Zarzuela y en su entorno. A su llegada las actividades de la Familia Real integrada por Los Reyes Juan Carlos y Sofía, los Reyes Felipe y Letizia y sus hijas, fueron limitadas con carácter exclusivo al ámbito institucional.
Se trataba de instaurar la ejemplaridad y de evitar también el desgaste que para la monarquía ha supuesto el caso Noos. Significó ver por primera vez a una persona de la familia real, la Infanta Cristina, sentada en el banquillo de los acusados y una condena a cinco años de cárcel para su marido y cuñado del Rey, Iñaki Urdangarin. Aunque su hermana ya fue apartada de cualquier labor de representación en 2011, Felipe VI decidió al año de reinado retirarle también el ducado.
La renovación y la voluntad de integridad, honestidad y transparencia también pasó por establecer un nuevo régimen para los regalos que recibe la familia real y por instaurar una auditoría externa de las cuentas de la corona, que además cada año se hacen públicas. También por la puesta en marcha de un código conducta para el personal de la Casa del Rey.
Han sido cinco años de intenso trabajo, de muchos contactos, conversaciones privadas y agendas al servicio de la coyuntura combinada con una intensa actividad pública. Cada año y desde 2014, Felipe VI ha llevado a cabo 287 actividades y presidido 278 audiencias recibiendo a 2.324 personas. En cinco años ha realizado un total de 62 viajes el primero al Vaticano y el último al Reino Unido, ambos junto a la Reina Letizia, para recibir en Windsor la jarretera de manos de Isabel II, máxima distinción de la corona británica.
En España ha decidido celebrar sus primeros 365 días condecorando a ciudadanos ejemplares en el Palacio Real y de nuevo ha optado por destacar a esas personas anónimas pero comprometidas en el quinto aniversario de su reinado. En el primero estuvieron los Reyes Juan Carlos y Sofía y este año y tras la retirada de la vida institucional de su padre, Felipe VI y la Reina Letizia estarán acompañados por sus hijas.
Es la forma de festejar de un Rey prudente y discreto que cumple con su deber y da ejemplo a la heredera al trono cediendo el protagonismo la mayor parte del tiempo, pero sin dejar de intervenir cuando es preciso.