La figura del voluntario: ¿por qué ayudar a los demás?

Esta figura es más común en nuestro país de lo que imaginamos. En España hay más de 2 millones de personas voluntarias, un 6,7% más que en el año anterior. Y sin duda, las cifras son para sacar una leve sonrisa entre tanta mala noticia. Porque esos números reflejan que hay gente buena, dispuesta a dar todo a cambio de nada para aportar su pequeño granito de arena. Pero como dice Ana, voluntaria en un grupo de escucha desde hace 3 años “un poquito de cada uno suma mucho”.

Para Emilio López Salas, responsable del programa de Voluntariado de Cáritas Española, todo voluntariado es una acción solidaria y lo resume en “acompañar, promover, apoyar, potenciar, posibilitar, dinamizar, detectar y valorar situaciones de vulnerabilidad de derechos”. Ocho verbos que en la realidad que estamos viviendo son más necesarios que nunca, las necesidades de nuestro entorno han aumentado y se han agravado los problemas ya existentes como la pobreza, las dificultades de llegar a fin de mes o poder mantener a tu hijo.

Ana y su equipo de centro de escucha en la pandemia se dieron cuenta que “era una situación muy difícil para muchas personas y se abrió un servicio de escucha telefónica y estuvimos atendiendo a las personas que llamaban esperando que alguien les pudiera escuchar y comprender lo que estaban pasando”. También el voluntariado a necesitado adaptarse a la situación.

Ana nos invita a una reflexión, “hay personas que lo pasan mal y están en peor situación que nosotros en un momento dado y luego esto puede cambiar y a lo mejor somos nosotros los que después necesitamos ayuda”.

A José Ignacio, también voluntario, en la Parroquia de Nuestra Señora del Pilar, le parece fundamental que la gente se anime a serlo, “no solo por la experiencia vital que supone y el aprendizaje, si no porque cada vez más vivimos situaciones en las que necesitamos echarnos una mano los unos a los otros”, cuenta.

En cuanto al perfil del voluntario, es el de mujer (57,6%) de entre 35 y 54 años, con estudios y un estatus socioeconómico medio-alto.

Hay infinidad de voluntariados que hacer en función de lo que a cada persona le apetezca y las necesidades del entorno. Desde participar en grupos de escucha, acompañamiento, alimentos, sensibilización educativa y social, o en tu casa con tu propia familia, puedes ser voluntario.