Hablar con desconocidos, una práctica en vías de extinción
Las sociedades tecnológicas e individualistas dificultan este tipo de relaciones
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Practicar lo que los ingleses denominan “small talk”, esas pequeñas conversaciones con extraños por ejemplo en la parada del autobús o en la consulta del médico, es beneficioso tanto desde el punto de vista personal como social. Sin embargo, en un mundo cada vez más individualista en el que impera la tecnología esta forma de relacionarnos es cada vez menos frecuente.
El small talk se diferencia de una conversación en que no conocemos a nuestro interlocutor, su duración es más breve y versan sobre temas ligeros que en ningún caso puedan ser polémicos. Van desde una sonrisa por la calle a intercambiar impresiones mientras esperamos en la panadería o bajamos en el ascensor. Nos ayudan a vencer la timidez y pone a prueba nuestra empatía además de fomentar la escucha activa.
“El small talk está en super peligro de extinción porque cada vez estamos más aislados, vamos con nuestros móviles o con nuestros pinganillos y esto nos aisla. Y claro, de no practicarse, se pierde. Y después las nuevas generaciones cuando luego tengan que hablar en público, cerrar un acuerdo o vender algo lo van a tener más difícil”, explica en COPE la directora de la Escuela Europea de Oratoria, Mónica Pérez de las Heras.
“Es una forma de relacionarse que la veo bastante más en gente mayor porque los adolescentes o los jóvenes vamos más a lo nuestro, con el móvil y los cascos. Da un poco de pena la verdad venir en el metro y ver que nadie te mira ni un segundo y que todo el mundo está inmerso en su mundo. En ese ambiente atreverse a dirigirle la palabra a alguien la verdad es que es para nota”, admite David Ulloa de 19 años.
A Miguel Sanz, de 20 años, sí le gusta hablar con desconocidos, se define como alguien muy social. La última vez que practicó el "small talk" fue hace un par de días y lo hizo precisamente en el metro al ver que uno de los viajeros estaba leyendo un libro de economía que él también conocía: “le pregunté que le estaba pareciendo y fue interesante intercambiar opiniones”.
“Creo que te ayuda a salir de tu zona de confort y a ser más social y aprender más de experiencias y opiniones de otra gente a la que no conoces y que no tienes en tu día a día pero es verdad que para llegar a un sitio no suelo preguntarle a nadie porque lo puedo ver fácilmente en el móvil”, subraya Natalia que también es estudiante y tiene 18 años.
Tampoco a Olivia Alvarez, de 19 años, le da vergüenza hablar con desconocidos. Explica a COPE que su última experiencia se remonta a esta misma mañana en el autobús con una señora mayor a la que le había cedido el sitio o cuando unas chicas la abordaron por la calle para preguntarle que de dónde era su bolso. Considera que estas pequeñas conversaciones pueden ser muy útiles y que te pueden brindar oportunidades que no podrías haberte imaginado de no haberlas tenido.
Pérez de las Heras las considera, de hecho, “una gran inversión” que nos permite “como poco aprender cosas de los demás o pasar un rato agradable y en algunos casos sernos de gran utilidad en nuestra vida”.
Primer paso desde para conocer a alguien hasta lograr un empleo
“Grandes historias de amor han comenzado con un small talk. De hecho la mayor parte de las personas que hoy son conocidos, algún día no lo fueron: tus compañeros de trabajo, tus amigos, tus jefes” señala esta experta en oratoria que considera que “la gente no es tan áspera como pensamos lo que pasa es que a veces tienen los mismos miedos que tenemos nosotros”.
Exceptuando a los menores que sí deben de tener cuidado en no hablar con desconocidos, considera que esta forma de relacionarnos es rentable, sana y una buena herramienta de crecimiento personal. Y así lo defiende en su libro: “Habla con extraños” en el que aborda cuál es la mejor forma de hacerlo y cómo mejorar con ello también nuestra capacidad de hablar en público.
“Saber relacionarnos con extraños te puede llevar a encontrar un nuevo trabajo, conocer a la persona con la que compartir tu vida; es sano porque puede provocar tu sonrisa o la de otro individuo que habla contigo; y es además una excelente herramienta para trabajar la timidez, la vergüenza, la escucha activa o la empatía” resume la autora.
Aboga por aplicarlas también en el mundo digital “ahora que hay tanta tensión y tanta agresividad en redes sociales como X, anteriormente Twitter, también se pueden hacer "small talks" y es a través de caricias verbales que son comentarios agradables que le haces a alguien”.
Y es que el "small talk" es una gran ayuda para conseguir y aportar un poco más de felicidad en nuestras vidas “una auténtica navaja multiusos que todos llevamos en el bolsillo de manera natural” en palabras de la directora de la Escuela Europea de Oratoria.