El increíble experimento centenario que muestra la resistencia de las semillas
Investigadores de la Universidad de Michigan, en Estados Unidos, llevan más de un siglo experimentando con el crecimiento y el aguante de semillas con el paso de los años
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En 1879 dio comienzo uno de los experimentos científicos más largos de la historia que, incluso, continúa a día de hoy. En aquel año, el botánico William J. Beal decidió poner en marcha un curioso proyecto con el que quería comprobar la resistencia de las semillas y su utilidad a muchos años vista. Es decir, quería conocer si estas semillas podrían germinar después de años, décadas o siglos de inactividad.
Para ello, decidió llenar 20 botellas con una mezcla de arena y semillas de diferentes plantas y enterrarlas boca abajo en los alrededores de la universidad. La idea era la de preservarlas en el interior de las botellas y que no pudiesen tener acceso al agua, de ahí que tomara la decisión de ponerlas al revés.
Originalmente se desenterraba una botella cada cinco años para observar si las plantas eran capaces de germinar una vez extraídas y trasplantadas en condiciones normales, pero con el paso del tiempo se tomó la decisión de hacerlo cada dos décadas.
Así se llegó a nuestros días, en los que la última botella restante acumulaba más de 140 años bajo tierra, aumentando también la expectación en el experimento. La penúltima de estas botellas había sido desenterrada en el año 2000, por lo que justo el año pasado se tendría que haber desenterrado una nueva, algo que se tuvo que posponer con la llegada del covid, dejándolo para este 2021.
Ahora, según lo informado por The New York Times, se ha procedido a extraer última la botella correspondiente a este curioso experimento, con gratos resultados desde las primeras semanas.
Ocurrió el pasado mes de abril, cuando David Lowry, un profesor asociacido de botánica de la Universidad de Michigan, se puso manos a la obra registrando asombrosos avances.
Según lo informado desde el diario estadounidense, tan solo una semana después de plantar las semillas, apareció el primer brote, mientras que en cuestión de 20 días ya se podían disintguir hasta 11 brotes, 10 de ellos de la misma planta, la Verbascum blattaria, una de las que ha mostrado una mayor resistencia al ser la planta con un mayor número de semillas germinadas de entre las enterradas hace más de 100 años.
Ahora, se pondrá a prueba el efecto en el crecimiento de estas semillas ante diferentes sustancias y ambientes mediante diversas pruebas, como baños de humo o tratamientos de frío, para así poder determinar cómo la mezcla de diversos factores pueden llegar a afectar a estas semillas centenarias.
Un proyecto más ambicioso
A pesar de que esta era la última de las 20 botellas enterradas en origen por William J. Beal, el experimento continuará en el futuro con nuevas semillas diferentes.
La idea es la de 'plantar' al menos el doble de botellas que en su día para ampliar las posibilidades y poder recoger una mayor cantidad de datos, atendiendo a nuevas características que multipliquen los aspectos a analizar.
De hecho, la intención inicial es la de enterrar un mayor número de semillas para expandir el proyecto más allá de la plantación de estas, dejando parte de la muestra para diseccionar y observar los cambios en las simientes tras tantos años alejadas del Sol y sin acceso a agua, un ámbito en el que hasta ahora apenas se ha indagado.
Sin embargo, esta continuación del experimento tiene un objetivo mucho más cercano, con 2.100 como fecha prevista del desentierro de la última botella de esta nueva remesa. De esta manera, en esta ocasión se estudiará la evolución de las semillas en un periodo máximo de 79 años.
Los científicos de la Universidad Estatal de Michigan confían en poder seguir avanzando con este tipo de pruebas, ya que consideran que los resultados de esta primera investigación han sido "asombrosos" por demostrar las capacidades de resistencia en el largo plazo de las simientes.