Informe COPE: 3 de cada 10 niños y adolescentes viven en situación de pobreza en España
El 85 por ciento no logran dejar atrás la exclusión, una situación que se ceba con los más pequeños, afectando a 2,3 millones de menores, con 900.000 en pobreza severa
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El 85 por ciento de las personas que nacen pobres en España mueren pobres. La pobreza infantil afecta 2,3 millones de menores en nuestro país, casi 900.000 de ellos están en situación de pobreza severa. Familias con hijos e inmigrantes son dos de los colectivos más vulnerables.
Casi 3 de cada 10 niños y adolescentes viven en España situación de pobreza. De ellos, el 11 por ciento sufren una pobreza severa, según datos de la Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2021. Es la tercera tasa más elevada de la Unión Europea y la primera de la eurozona.
España es uno de los países que menos invierte en prestaciones familiares, el 1,3 por ciento del PIB, frente al 2,4 por ciento del PIB de media en la Unión Europea. El importe destinado aquí a ayudas directas a los hogares, el 0,5 por ciento del PIB, es la mitad que la media de los países de la OCDE.
Los expertos en políticas sociales e infancia consultados por COPE abogan por aumentar el gasto en apoyo a las familias y la infancia con fórmulas estructurales, también por reformar el sistema fiscal en beneficio de los hogares más vulnerables. Abogan por hacerlo no solo por justicia social sino también por motivos económicos. Reparar las consecuencias de la pobreza y la exclusión social resulta más costoso, subrayan, que intervenir a una edad temprana.
María Domínguez define como “achuchada” su situación económica. Con un sueldo de limpiadora a media jornada que no llega a los 600 euros se las ve y se las desea para sacar adelante a sus 2 mellizos de 7 años. Ahora su única ayuda procede de Cáritas, mientras según cuenta a COPE, lucha por recuperar el Ingreso Mínimo Vital (IMV) que les han retirado después de darle 3 días para aportar el Documento Nacional de sus hijos.
"El problema es que el trámite administrativo me llevó más de esos 3 días y me retiraron los 400 euros que me llegaron a ingresar al mes y ahora no nos salen las cuentas. Y cada día me pregunto de dónde voy a sacar el dinero que necesito para poder atender a mis hijos y también a mis padres a los que me traigo a casa los fines de semana", se lamenta María, de 48 años.
Viven en Córdoba y reciben ayuda alimentaria con la que acceden tanto a productos frescos como no perecederos. Y es la subida de los precios del 6 por ciento en el último año penaliza especialmente a las familias vulnerables.
"Ayer fui a recoger a los niños de catequesis, entramos en Mercadona, compré 4 cosas y me costó 17,90 euros, miré lo que tenía y es que no era nada. No es como si dices que tienes carne para toda la semana o fruta para varios días, es que era papel higiénico, mantequilla y un pack de 6 yogures y eso, en casa, no dura nada", señala.
Uno de sus hijos quiere ser cirujano y el otro veterinario. En el colegio, de momento, van bien y son aplicados. María va a hacer todo lo posible para que lo consigan, pero según explica, "tal y como están las cosas no lo sé, vivimos al límite y mi objetivo más inmediato es aprobar la oposición para ser auxiliar de enfermería". Además de mayor estabilidad, sueña con un trabajo que le permita conciliar. Al tener un turno de tarde, su último trabajo era incompatible. Actualmente, está de baja, lo que ha mermado aún más sus ingresos.
Una anomalía en la cuarta economía europea
Similar a la que registran los países del este de Europa, la tasa de pobreza infantil en España es, según subrayan desde Save The Children, una anomalía en la cuarta economía europea y una asignatura pendiente del sistema de bienestar. Además de su alta prevalencia, entre las características específicas de la pobreza en España está:
- Carácter expansivo: va más allá de la carencia de recursos y afecta a los derechos educativos, a la salud y a la participación pública. Las ayudas puestas en marcha no logran sacar a 8 de cada 10 niños de su situación de pobreza.
- Es persistente: la pobreza infantil se mantiene incluso cuando tenemos ciclos económicos positivos y expansivos.
- Es invisible: no vemos esa pobreza, aunque convivamos con ella porque es una realidad doméstica. No se ve en las calles, sino que se viven en muchas casas en las que no hay calefacción o conexión a Internet. Tampoco la vemos porque es vergonzante para estas familias a las que no les gusta que se sepa que reciben ayudan. Y también porque es una sociedad cada vez más segregada económicamente, de forma que no acudimos a los lugares donde se vive más esa pobreza. Además, influye nuestra visión sesgada de la pobreza que está anticuada y estereotipos que nos llevan a seguir buscando niños en harapos y pidiendo por la calle cuando la pobreza es tener bajos ingresos, que para un tercio de las familias vulnerables se sitúan en 386 euros al mes para 4 personas.
Monoparentales, numerosas e inmigrantes entre las familias más pobres
Las familias formadas por una mujer con hijos a cargo, las familias numerosas por el coste de la crianza (que es en España de una media de 672 euros por hijo al mes), y las de padres inmigrantes por la alta precariedad laboral son las que mayores tasas de pobreza y exclusión social registran.
Y es que en nuestro país y según el último informe de la Fundación Foessa 1 de cada 3 extranjeros está en situación de exclusión social severa, el triple que la población española. Edwin, su mujer y sus 3 hijos son colombianos y hace un año que decidieron instalarse en nuestro país. Han sido 12 meses caóticos, nos cuentan por qué no han logrado aún un permiso de trabajo y han agotado todos los ahorros que habían acumulado. Viven en Valencia, donde reciben apoyo alimentario y también sus familiares les han apoyado pero con los trabajos puntuales en la economía informal de Edwin.
"Me costó, pero si voy al banco de alimentos, a los servicios sociales y a Cáritas es porque veo que lo necesitamos. Esto también lo he aprendido al ser padre que, en ocasiones, hay que dejar el orgullo de un lado y pedir ayuda porque no soy solo yo, sino que tengo a toda mi familia", explica Edwin.
Reforma fiscal y medidas estructurales
Desde Save The Children consideran que el 60 por ciento de las ayudas a la infancia se hacen en España por deducción fiscal. Abogan por una reforma de los impuestos para que las ayudas lleguen a las familias más vulnerables y también a las que no tienen obligación de declarar, pero tampoco tienen acceso al Ingreso Mínimo Vital. Abogan por el desarrollo de deducciones o créditos fiscales reembolsables que ya funcionan en otros países europeos y que supondrían una inversión que, según el informe, "por una prestación a la crianza" oscilaría entre los 3.700 euros y los 11.700 millones de euros si se establece una prestación universal con hijo a cargo entre los 0 y los 17 años.
En función de la inversión, cifran entre 200.000 y 650.000 los niños que lograrían dejar atrás la situación de pobreza.
Según recoge el último informe Foessa publicado en 2022, el impacto de la pandemia ha sido más grave para las familias en situación vulnerable. Han crecido además las desigualdades, de forma que ha aumentado más la pobreza y la privación en los hogares que ya partían de una peor situación, dando forma a un proceso de desventaja social acumulativa. El principal reto para la intervención social es evitar que estas nuevas situaciones de vulnerabilidad se transformen en crónicas.
"No se puede basar el apoyo a las familias en entregas o transferencias monetarias puntuales. Reconociéndoles su valor, necesitamos políticas y estrategias estructurales. Las familias con hijos tienen el doble de pobreza y exclusión que las familias sin hijos y necesitamos que esas circunstancias no se prolonguen, cuanto más se permanece en esta situación, más difícil es para esas familias dejar atrás la pobreza", explica a COPE Raúl Flores, coordinador de Estudios de Cáritas y director técnico de la Fundación FOESSA.