Javier, a los 23 años: “Dos veranos en la playa sin protección y me salió un cáncer”

Con una buena prevención se podrían evitar el 95 por ciento de los casos

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Javier, a los 23 años: “Dos veranos en la playa sin protección y me salió un cáncer”

Ana Palacios

Publicado el - Actualizado

7 min lectura

Con el verano y la llegada del buen tiempo, que este año se ha hecho querer un poco más, es normal que todos busquemos el sol, la vitamina D y, de paso, ponernos morenos.

El sol no es malo, pero abusar de él tiene consecuencias muy negativas. Según el Observatorio contra el cáncer, en 2022 se diagnosticaron 40.352 nuevos casos de cáncer de piel y 5.835 de melanoma. Según datos de la Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN) y la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), la tasa de incidencia anual de melanoma de piel ha aumentado un 2,5% en mujeres y un 1,6% en hombres entre 2002 y 2022.

La buena noticia es que con una buena prevención se podrían evitar hasta el 95 por ciento de los casos.

Javier: “Me dijeron que tenía suerte, era joven y me lo habían visto rápido”.

Tiene 29 años y hace 6 Javier de la Hoz se llevó el susto de su vida. Explica a COPE que “desde pequeño siempre he tenido a mis padres detrás para que me echara la crema de protección solar, me han perseguido por la playa y piscina. Pero llega un momento que eres adolescente, te crees indestructible, te vas con amigos...es lo que me pasó a mí. Estuve dos veranos seguidos en la playa por supuesto sin crema y horas en el agua, me quemaba de vez en cuando, me ponía aftersun y luego parecía moreno”.

En otoño del segundo año y con 23 años, Javier notó un picor en la parte de arriba de la oreja izquierda. Una manchita de color entre rojo y marrón. No le dio mucha importancia, aunque fue al médico a pedir una crema para quitar la irritación: “me hacen una biopsia y me dicen que me tienen que operar, que tenía cáncer de piel”. Explica Javier que, en ese momento, no se lo creía, que lo primero que se le pasó por la cabeza es que se habían equivocado de paciente: “piensas que es imposible que te pase a ti, pero te ha pasado”.

Fue una operación de 4 horas: “me dijeron que tenía suerte, que era joven y me lo habían visto rápido”. Tras la operación tocó la cura: “fue una locura. Tenía una cicatriz enorme, que cicatrizaba muy mal, tiraba mucho de la piel. De hecho, aún se me nota, donde está no me crece el pelo, lo puedo tapar con un buen corte de pelo, pero en esa zona tengo un hueco”.

Todavía hoy sigue yendo a revisiones anuales, porque el cáncer de piel es para toda la vida. Va a la playa, pero no toma el sol, y por supuesto crema de más de 50: “me pongo protección media hora antes de tomar el sol, y no estoy en la playa más de hora y media. Y si por la tarde vuelvo a la playa, me vuelvo a poner protección”.

La piel tiene memoria

El daño provocado por la radiación ultravioleta en las células es acumulativo, por lo que el riesgo de padecer cáncer de piel se incrementa con la edad. Estíbaliz García, es responsable de Prevención de la Asociación Española Contra el Cáncer en Madrid: “el cáncer de piel y melanoma se relaciona con una exposición excesiva al sol desde edades muy tempranas. La frase de la piel tiene memoria, es muy cierta, muchos tipos de cáncer de piel se relacionan con haber tenido quemaduras o exposiciones prolongadas al sol en edades infantiles o en la adolescencia. Es muy probable que el cáncer te pueda aparecer décadas después”.

La radiación solar es beneficiosa, pero debe ser tomada con prudencia y con sentido común. Hay que evitar las horas centrales del día, tanto en verano como en invierno: “en invierno también hay que protegerse, las nubes sólo filtran el 20 por ciento de los rayos solares”, explica la doctora García. En verano los cuidados deben incrementarse: “la radiación ultravioleta del tipo A es la que nos produce el bronceado”.

Habría que empezar a separar la idea de bronceado con estado saludable, porque realmente se trata de una reacción de defensa del organismo, Lo lógico es que durante el verano nos vayamos bronceando, es una reacción biológica con la que el cuerpo se va protegiendo. Pero según los expertos consultados por COPE, hay que evitar “ponerse negros”, porque eso es quemarnos en capas más profundas, llegando a nuestras células. “Yo como soy morena no me protejo porque no me quemo”, según la doctora García eso no es cierto, porque la radiación llega a capas más profundas y puedes tener cáncer igual.

Cáncer de piel, ¿de qué hablamos?

Cuando hablamos de cáncer de piel tenemos que distinguir entre el melanoma y el carcinoma. El primero, a pesar de ser el menos frecuente, es el más mortal.

Su tratamiento es quirúrgico, aunque dependiendo de la fase evolutiva en la que se encuentre la enfermedad en el momento del diagnóstico, la localización del tumor, el espesor y la extensión del mismo, habrá que acudir también a radioterapia, quimioterapia, inmunoterapia o terapias dirigidas.

En cuanto a los carcinomas se diferencian dos tipos, el carcinoma basocelular, el más frecuente y menos peligroso de los tres, y el carcinoma de células escamosas, con un comportamiento más agresivo, y que, en ocasiones, puede dar lugar a metástasis ganglionares en la proximidad del tumor inicial.

Hay algunas señales de alarma que nos pueden servir para detectar si nos pasa algo en la piel:

A, B ,C ,D, E del melanoma. Cualquier tipo de lesión en cualquier parte del cuerpo que sea Asimétrica, con Bordes irregulares, un Color que no sea monocromático, es decir zonas marrones, otras beige…con un diámetro que cambia y que se va extendiendo en el tiempo.

En el caso del carcinoma, se trata de una lesión de un color más rosado, que puede sangrar, le sale una costra, se cae, pero no se termina de curar. Sale en zonas más expuestas como la nariz, las mejillas, las orejas...

Respecto a la mortalidad, según el Observatorio contra el cáncer, en 2020 se contabilizaron 1.079 defunciones por melanoma cutáneo (2,3 por cada 100.000 personas/año), 655 en hombres y 424 en mujeres. Estas cifras sitúan al melanoma cutáneo como el 18º cáncer más mortal en mujeres y en el 21º en hombres.

Según los últimos datos de Sanidad, el tiempo medio de espera para conseguir en España una cita con la especialidad de dermatología son 75 días

La importancia de un diagnóstico precoz

Lo cierto es que, a pesar de esas cifras tan altas, el cáncer de piel es altamente prevenible porque es visible. El 95 por ciento de los casos se podrían evitar con una buena prevención. Por ello, es fundamental realizar un chequeo anual y hacer una constante exploración a la piel: “las personas que ya han sufrido quemaduras por el sol, que son blancas de piel, que tienen lunares, pecas, deben realizarse un control exhaustivo piel”, dice la doctora García.

Sobre el daño que ya le hemos hecho a nuestra piel en los años pasados, ya no podemos hacer nada, pero si debemos evitar acumular más. Existen algunas recomendaciones que todos podríamos seguir:

Buena sombra, gafas solares con filtro, camiseta, sombrilla.

La crema. Aplicarlo de manera correcta cada dos horas y si nos damos un baño de más de 20 minutos, a la salida secarnos y volver a aplicarnos. En verano todos debemos usar crema de más de 50.

Evitar las peores horas del día. Y por supuesto no hay que quedarse dormidos jamás al sol.

Beber mucha agua, una piel hidratada es más resistente a cualquier tipo de quemadura.

Para una mejor prevención ayuda mucho que la población siga una serie de procedimientos básicos, como es acudir al médico al menor cambio sospechoso de la piel, y no esperar tiempo a ver si desaparece. Además, hoy en día existen muchas aplicaciones en los móviles que te ayudan a conocer los índices de radiación ultravioleta, para evitar exponernos a esos momentos.

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