Lady Di aviva su leyenda el día que cumpliría 60 años: sería dinámica, mantendría el glamour y con nuevo amor
La princesa de Gales vuelve a estar muy presente en la actualidad de la Casa Real británica que inaugura una estatua en su honor en el legendario Palacio de Kensington
Madrid - Publicado el - Actualizado
9 min lectura
Si el coche en el que viajaba a mucha velocidad junto a Dodi Al-Fayed no se hubiera estrellado contra uno de los pilares del túnel de la Place d'Alma de París, este primero de julio, la princesa Diana de Gales estaría celebrando su 60 cumpleaños.
Habría alcanzado esa edad en la que las mujeres del siglo XXI estamos mejor que con 30 o con 40 y en la que ya no somos sesentonas, sino sesenteañeras porque disfrutamos de la vida con más pasión y ponemos más dedicación en lo que "de verdad importa" -como malcriar a los nietos y Lady Di podría haber sido consentidora de 5 niños, los tres de Guillermo y los dos de Harry-; algo que cuando eres treinteañera no puedes hacer porque tienes que estar muy pendiente de obligaciones nada desdeñables como la educación de unos hijos que se están formando física y espiritualmente.
La princesa, convertida en leyenda, buscaba construir una nueva vida para ella y sus hijos en sus últimos años de vida; había encontrado el amor en Dodi (aunque enamorada, enamorada lo estaba de Hasnat) e intentaba superar, día a día, la melancolía para hacer de Kensington un hogar feliz para William y Harry (Guillermo y Enrique).
El último cumpleaños que pudo celebrar, el del 1 de julio de 1997, sopló 36 velas, estuvo rodeada de amigos y acudió a una gala benéfica con un vestido inolvidable. Pero vamos a situarnos en este jueves, en este 1 de julio de 2021, ¿qué habría hecho Lady Di para festejar haber llegado a los 60 años?
"Lo habría celebrado con sus hijos y sus familias, con sus nietos y, posiblemente con ¡un novio nuevo!", contesta Michael Begasse a la pregunta de cope.es. El experto en casas reales europeas y analista de la cadena de televisión luxemburguesa RTL, insiste en que, pese a estar muerta, "la princesa Diana brilla hasta el día de hoy. Sin ella y su historia trágica, el "Megxit" no habría existido, porque su vida está muy presente para su hijo, y su familia. Espero que Harry y William se reconcilien en la estatua de su madre".
Tina Brown, la famosa editora, periodista y escritora británica que ha sido directora de Tatler, Vanity Fair y The New Yorker, acaba de analizar en el número de junio de Tatler Magazine cómo sería Diana de Gales al cumplir 60 años, qué retos estaría superando en estos días, en definitiva, cómo luciría en 2021.
Concluye que como comunicadora obsesiva que era, "habría rivalizado con su cuenta de Instagram con el Papa para tener un mayor número de seguidores. El mundo se ha movido decisivamente en su dirección desde que murió. Todo lo que dijo entonces sobre la necesidad de modernización de la Familia Real se está reforzando después de Meghan. Todo lo que sentía sobre la necesidad de promover más empatía y sensibilidad es un valor social definitorio hoy en día".
Vivienne Parry, científica, escritora y presentadora de un espacio médico en la BBC Radio 4 tiene muy claro que Diana "sería una trotamundos, que estaría muy involucrada en causas de salud mental y sería una abuela que estaría muy satisfecha de sus nietos a los que enseñaría que junto al privilegio viene aparejada la responsabilidad".
Hay algo en lo que coinciden muchos expertos en el personaje: "Su leyenda ha eclipsado a la persona real y cálida que nació hace 60 años". Es inevitable asegura a cope.es, Martín Bianchi, redactor jefe de HOLA y gran conocedor de la vida de Lady Di, "la leyenda supera a la persona siempre, sobre todo, cuando la persona muere joven, muy, muy joven como Lady Di y cuando se muere tan joven las leyendas suelen ser mucho más grandes porque todos seguimos pensando en ella como una mujer joven, bella y vital, su última imagen es esa. Siempre va a ser joven para nosotros".
Tina Brown (además de ser una de las periodistas y editoras más influyentes del mundo anglosajón y amiga íntima de Lady Di) tiene muy claro que "la princesa seguiría viva si no hubiera renunciado a la escolta real. Diana estaba convencida de que la familia real controlaba todos sus pasos -apuntaba directamente al ya fallecido Duque de Edimburgo con el que se llevaba mal-, de que la espiaban, y si en lugar de un conductor ebrio, el coche lo hubiera conducido un escolta real "el accidente (de París) nunca habría ocurrido".
"No sé si la escolta le habría podido evitar el accidente" discrepa Martín Bianchi, "porque iba en el coche con el chófer de Dodi Al-Fayed y con o sin escolta habría ido en ese coche y el accidente habría ocurrido igual, demasiadas suposiciones".
El accidente fue el último capítulo de la "maldición" que acompañó a Lady Diana Spencer desde que con 6 años, su madre, Frances Roche, abandonó a su padre y dejó olvidados a sus hijos para fugarse con su rico amante, un empresario de la industria del papel pintado. El ir de un internado a otro entre su infancia y la adolescencia, su desgraciado matrimonio y aquella entrevista, por despecho, a la BBC... [Para los amigos de los datos: en el siglo XVIII vivió otra Diana Spencer que tuvo una vida marcada por las tragedias como se cuenta en el libro de Victoria Massey, 'The First Lady Diana Spencer'].
A la exdirectora de Vanity Fair, no le cabe ni una sola duda de que su amiga soplaría 60 velas, este jueves, si no hubiera hecho la famosa entrevista de la BBC en la que confesó que en su matrimonio eran tres. Ahora sabemos que Martin Bashir utilizó métodos no ortodoxos para conseguir aquella interviú, y que como afirma el príncipe Guillermo los argumentos que el periodista dio a Diana contribuyeron a su "miedo, paranoia y aislamiento".
36 velas, 90 ramos de flores, un vestido y un amor
El primer día del mes de julio de 1997, martes, al Palacio de Kesington llegaron 90 ramos de flores para homenajear a la princesa Diana en su 36 cumpleaños -happy birthday, si nos sale la vena británica-, se recibió una llamada telefónica muy especial, la del príncipe Harry desde el internado de Ludgrove y mientras felicitaba a su madre, compañeros cantaban de fondo el cumpleaños feliz a la princesa; por la noche, Diana acudió a una gala benéfica en la Tate Gallery de Londres con un diseño de Azagury, una de sus gargantillas preferidas con esmeraldas y diamantes en el cuello y pendientes a juego. El vestido se ha convertido en un icono.
Ese black dress que llevaba cuentas insertadas ha pasado a la historia por diseño, por la felicidad que mostraban todas las imágenes de aquel día de Lady Di y por ser el que lució en su último cumpleaños. Pero si hay un vestido con un alto significado es el litlle black dress más conocido como el vestido de la venganza con el que Diana acudía a un acto el 29 de junio de 1994, el mismo día en el que Carlos confesaba su relación con Camila.
Con aquel diseño elegante y sexy al cincuenta por ciento, los altos tacones, quiso demostrar, en especial a Charles, que no solo le podía eclipsar sino que iba a dar mucho de que hablar. Son datos que revela en 'The Diana Chronicles', Tina Brown.
En HOLA, Roberto Devorik íntimo amigo de la princesa le cuenta a Martín Bianchi que a Diana no le gustaba celebrar su cumpleaños porque recordaba lo infeliz que había sido desde que se fue su madre. Se conformaba con ir a buscar al colegio a sus hijos, comer con su padre y sus hermanos y pasar un día feliz con lo más sencillo.
Y falta un detalle de aquel día, de aquel último cumpleaños, cuando ya se dirigía hacia la Tate, le preguntó a su mallordomo Paul Burrell "¿crees que Hasnat me verá guapa?". Hasnat es el doctor Hasnat Khan, el verdadero último amor de Diana pese a que el destino la ha unido eternamente con Dodi Al-Fayed.
La estatua con la que Diana vuelve a unir a Guillermo y Harry
"Ian Rank-Broadley regrets he cannot give interviews, due to the Non Disclosure Agreement signed with his royal clients", se lo traduzco, "Ian Rank-Broadley lamenta no poder dar entrevistas debido al acuerdo de confidencialidad firmado con sus clientes reales", nos responden así desde la oficina del escultor a cope.es. Ian Rank-Broadley es uno de los artistas contemporáneos más importantes del Reino Unido, autor entre otras obras de la efigie de Isabel II que aparece en las monedas de libra, en los peniques y que ha realizado por encargo de Guillermo y Harry una escultura de Lady Di para conmemorar el que habría sido su 60 aniversario.
El acto tiene una gran simbología, primero porque estarán juntos los hermanos, distanciados desde que Harry y su esposa Meghan decidieran apartarse de la familia real, poner tierra y mar de por medio e irse a vivir, en un principio a Canadá para afincarse definitivamente en Estados Unidos. Hasta Lilibet Diana, la segunda hija de Harry y Meghan es una desconocida, pese a llevar su nombre, para Isabel II, el príncipe Carlos, los duques de Cambridge y sus primos, George, Charlotte y Louis.
¿Habría tenido lugar este distanciamiento, incluso entre los hermanos, si estuviera entre nosotros la princesa Diana? "Seguro que no habría habido el Megxit. Ha ocurrido porque Harry sufrió mucho por la muerte de su madre, el mayor trauma de su vida. Y el Megxit es consecuencia de ese trauma, de la pérdida de su madre, el trauma de la persecución de los medios, de la presión mediática y de los paparazzi y si Lady Di estuviera viva, seguramente Harry no habría sufrido tanto, no habría pasado por un trauma tan pequeño y la historia habría sido diferente", nos dice Martín Bianchi.
La estatua con la que los príncipes (tal y como afirmaban en el comunicado en el que anunciaban que iban a recaudar fondos para hacer a su madre este homenaje permanente), "esperamos que ayude a todos los que visitan el Palacio de Kensington a reflexionar sobre su vida y su legado", tiene un significado especial porque por primera vez, tendrá una estatua en Kensington alguien que no ha reinado, no ha sido rey o reina.
O sí, porque el Palacio de Kensington fue la residencia hasta el final de sus días de la "reina de corazones", de la "princesa del pueblo", aunque quizás en nuestros días no viviría en él, "sospecho que estaría viviendo fuera del Reino Unido, quizás en Estado Unidos porque era una mujer muy dinámica que le costaba mucho lidiar con el protocolo y, aunque había nacido y se había criado en una de las familias más ligadas de la aristocracia y, estaba muy ligada con la realeza, le costaba mucho lidiar con ello. Me la imagino viviendo en EE.UU. y siendo muy dinámica y con el mismo glamour, nos habría seguido deleitando con su estilo" palabra de Martín Bianchi.