Las comunidades autónomas tendrán solo 4 meses para aplicar la Ley Celáa

Al Gobierno le ha llevado 15 meses desarrollar la parte común

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Las comunidades autónomas tendrán solo 4 meses para aplicar la Ley Celáa

Carmen Labayen

Publicado el - Actualizado

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Las comunidades autónomas dispondrán de tan solo 4 meses para aplicar y desarrollar su parte de la ley Celáa. Al Ejecutivo le ha llevado 15 meses el desarrollo del marco común que culmina hoy con la aprobación por parte del Consejo de ministros del Real Decreto de Enseñanzas Mínimas de Bachillerato que sigue al de Secundaria aprobado la semana pasada y a los de Primaria e Infantil que se publicaron previamente.

Un año y medio después de aprobar en plena pandemia y con urgencia política la reforma impulsada por el PSOE para derogar la LOMCE, las regiones, los centros educativos y las editoriales tienen al fin sobre la mesa toda la hoja de ruta para llevar a cabo su parte de trabajo que tiene que estar listo para septiembre de 2022 en los cursos impares de cada etapa.

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Carmen Labayen, jefa de Sociedad en COPE

Carmen Labayen, jefa de Sociedad en COPE

“Llega muy tarde igual que los reales decretos anteriores para poder aplicar con calidad este nuevo currículo el próximo curso escolar y al profesorado le va a quedar muy poco tiempo para poder programar y organizar el curso 2022-2023 sin contar con que llegan muy cansados tras dos años de pandemia”, explica a COPE Jesús Pueyo, al frente del sindicato de profesores FSIE.

Y todo porque las comunidades autónomas con lengua cooficial deben desarrollar los contenidos del 50 por ciento del horario escolar, el 40 por ciento en el caso de las regiones sin lengua cooficial.

En opinión de Jesús Muñoz de Priego al frente de la Plataforma Más Plurales que defiende la libertad educativa: “sería necesario retrasar la aplicación de la ley un año porque de lo contrario va a ser un caos tanto para los centros, los docentes, las editoriales y los alumnos, al conjunto de la comunidad educativa”. Es algo que también han pedido desde Escuelas Católicas que también se opuso a la tramitación de la reforma.

Incluso el Consejo de Estado, principal órgano consultivo del Gobierno, advierte en la memoria de impacto de la norma, en que no se puede desdeñar “su previsible impacto en las posibilidades de las comunidades autónomas y del profesorado, de abordar con las suficientes garantías y atendiendo a los calendarios legalmente impuestos, la adecuada adaptación de sus sistemas educativos a los sucesivos cambios normativos en la materia”.

Un nuevo Bachillerato General

Son muchos los cambios que implicará la reforma no solo en cuanto a los contenidos, objetivos y la forma de aprender sino también de tipo organizativo para aplicarla y hacerlo en un tiempo exprés. Uno de los grandes retos será la implantación de cuatro modalidades para esta etapa educativa:

-Ciencia y Tecnología

-Humanidades y Ciencias Sociales

-Artes donde la novedad es que habrá una doble vía: Artes plásticas, Imagen y Diseño o bien Música y Artes Escénicas

-Bachillerato General para los alumnos que no quieran especializarse y que cursarán matemáticas generales en primero y ciencias en segundo además de dos materias de cualquiera de las otras modalidades.

“El Bachillerato General lo que pretende es no ir a una especialización tan grande porque muchos estudios posteriores no lo requieren por ejemplo si quieres hacer Turismo, Comercio, Educación Infantil o Producción de Sonido no necesitas un alto grado de especialización a diferencia de lo que ocurre si lo que quieres es cursar una Ingeniería o Medicina” subraya Alejandro Tiana, secretario de Estado de Educación.

“No sabemos todavía si será eficaz o no para acceder a los grados universitarios” señala Pueyo.

Para Pedro Huerta esta cuarta modalidad “complicará la organización porque todavía no se conoce que centros podrán ofertarla para el próximo curso. Ello unido al retraso en la publicación de los currículos nos ha llevado a pedir el retraso de un año en la aplicación del desarrollo de la LOMLOE para que los centros tengan mayor capacidad de integrar estas reformas y los docentes puedan realizar la formación necesaria y no haya desafección de los centros como ha podido ocurrir en otros casos”.

El peso organizativo recaerá, en efecto, sobre las Comunidades Autónomas ya que según explicaba Tiana cada una deberá decidir “en qué centros se imparten qué modalidades”.

A diferencia de lo que ocurre en Secundaria en Bachillerato todos los alumnos cursarán Filosofía en el primer curso e Historia de la Filosofía en segundo. Común para todos serán también Lengua Castellana y Literatura, una Lengua extranjera y la Lengua Cooficial en las comunidades que la tienen. Y en el segundo año Historia de España con un programa que arranca en 1812.

Esta última asignatura fija como principales competencias, entre otras, valorar los movimientos y acciones que han promovido las libertades en la Historia de España; reconocer la diversidad identitaria de nuestro país; tomar conciencia de la diversidad social, analizar la idea de progreso desde la perspectiva del bienestar social y de la sostenibilidad o abordar el papel de las creencias y de las ideologías en la articulación social.

Se estrenan asignaturas optativas como Tecnología e Ingeniería en Ciencias o Empresa en Humanidades, un itinerario en el que se podrá cursar al mismo tiempo Latín y Matemáticas.

Promocionar con un suspenso

A partir del próximo curso se podrá pasar de primero a segundo de Bachillerato con un máximo de dos suspensos, pero esas materias se arrastrarán a segundo y, a diferencia de lo que ocurre en secundaria, habrá exámenes de recuperación. Obtener el título con un suspenso también será posible en determinadas circunstancias: que la nota media incluido el suspenso sea de como mínimo cinco, que el equipo docente considere que el alumno haya alcanzado los objetivos y competencias, que haya hecho todos los exámenes y recuperaciones y que haya ido asiduamente a clase. Si tras el segundo curso se obtiene una evaluación negativa puede optarse por volver a cursar solo las materias no superadas, o por repetir el curso completo.

“Les hemos puesto condiciones, no es que se ahorren una materia, no es eso, sino que en determinadas condiciones puedan condensarla como ocurre también en la Universidad y en otros sistemas educativos” defiende Tiana.

Para Huerta esa forma de obtener el título que da acceso a la EVAU o prueba de acceso a la Universidad “es preocupante porque puede rebajar el nivel del bachillerato al igual que los contenidos más genéricos y menos profundos en Humanidades que es una continuidad con el currículo aprobado la semana pasada para Secundaria”.

Y es que según señala Pueyo “si no se ha superado una materia es evidente que no se han podido conseguir los objetivos y competencias de la etapa y por tanto no se debería obtener la titulación oficial”.

También y en determinadas circunstancias se podrá cursar el bachillerato en tres años en lugar de 3 para deportistas de alto nivel, alumnos con necesidades específicas o en determinadas circunstancias personales, temporales o permanentes que hagan aconsejable ese año extra.

Una posibilidad sobre la que el Consejo de Estado pide mayor precisión sobre qué demanda puede tener y sobre las dificultades o no para vertebrar estos tres cursos en los centros educativos.

El espíritu del nuevo bachillerato

La idea de la reforma educativa también en esta última etapa es fomentar que el alumnado sepa aplicar lo aprendido, que pueda resolver problemas a partir de sus conocimientos o de una adecuada investigación. También busca hacer que los alumnos puedan aprender por si mismos a partir de sus intereses y trabajando en equipo.

La finalidad del Bachillerato según figura en el Real Decreto de Enseñanzas mínimas es “proporcionar al alumnado formación, madurez intelectual y humana, conocimientos, habilidades y actitudes que le permitan desarrollar funciones sociales e incorporarse a la vida activa con responsabilidad y aptitud. Debe, asimismo, facilitar la adquisición y el logro de las competencias indispensables para su futuro formativo y profesional, y capacitarlo para el acceso a la educación superior”.

La perspectiva de género es otro de los hilos conductores en todo el programa y en todas las asignaturas. También transversal, el enfoque competencial y la promoción de los valores para luchar contra el cambio climático y en favor del desarrollo sostenible.

Mayor complejidad y menos concreción

Según el Consejo de Estado, el nuevo currículo es “abstracto”, “complejo” y difícil de aplicar para los profesores y las comunidades autónomas.

Buena parte de las 448 páginas que componen el Real Decreto se destinan a describir para cada una de las competencias el nivel de adquisición que se espera a finales del Bachillerato, los desempeños que debe poder desplegar en actividades o en situaciones en las que debe aplicar los saberes básicos de cada materia.

A juicio del consejo de Estado, las asignaturas “presentan una creciente complejidad, lenguaje abstracto y excesivo detalle”.